“Esperemos”. Juan Manzur tenía confianza ciega en los resultados de su provincia. El sábado, cuando algunos colaboradores cercanos le consultaron por su opinión sobre el panorama nacional del Frente de Todos(FdT), mantuvo el misterio. El domingo, el resultado de las urnas y la presencia masiva de la dirigencia peronista en su provincia lo pusieron en el lugar que esperaba. Desde Tucumán donde construyó un triunfo arrasador junto a Osvaldo Jaldo, el gobernador intentará tallar en la discusión por las candidaturas presidenciales del oficialismo, cuando quedan 13 días para la presentación de listas. Su chaleco de la suerte que utiliza en cada elección pareció surtir efecto.
La foto de la victoria fue elocuente. Los gobernadores peronistas del Norte Grande fueron los primeros en llegar a Tucumán. Junto a Manzur y el recién electo, Jaldo, estuvieron los gobernadores Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), Raúl Jalil (Catamarca) y los vicegobernadores Carlos Haquim (Jujuy, donde gobierna el radical Gerardo Morales), Antonio Marocco (Salta), Florencia López (La Rioja), y el senador Emilio Neder (Santiago del Estero).
A esa troupe se unió, más tarde, el posible precandidato presidencial Eduardo Wado De Pedro. El ministro del Interior habló desde el escenario junto a Manzur y Jaldo y felicitó al pueblo tucumano “por la valentía e insistencia de seguir acompañando gobiernos peronistas”. ¿Señal de posible acuerdo por una fórmula federal? De Pedro sigue esperando la definición de Cristina Fernández de Kirchner.
Enseguida llegaron las felicitaciones, vía Twitter, del presidente Alberto Fernández; el ministro de Economía, Sergio Massa; el embajador en Brasil, Daniel Scioli; y el jefe de Gabinete, Agustín Rossi. Los tres últimos, anotados en la carrera presidencial.
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La elección de Tucumán tiene una importancia significativa para la discusión nacional. La provincia es el sexto distrito electoral del país y el Norte Grande es vital para el peronismo. Según los datos del padrón 2021, las diez provincias que forman la región concentraron 7,5 millones de personas en condiciones de votar. En el conurbano bonaerense hay cerca de diez millones. La provincia de Buenos Aires y el Norte Grande suman el 55% del padrón electoral. En tanto, la región centro, donde domina JxC, tiene casi 11 millones. Por eso, el peronismo del Norte Grande insiste desde hace tiempo en que el Gobierno debe enfocar su búsqueda de votos donde tiene mayor potencial para ganar.
El triunfo aplastante le da autoridad a Manzur en la discusión. La elección estaba inicialmente prevista para el 14 de mayo, pero se postergó por decisión de la Corte Suprema de Justicia. Aquel domingo, el FdT tenía previsto subirse a cinco triunfos electorales, en Salta, San Juan, Tucumán, Tierra del Fuego y La Pampa.
El plan quedó frustrado con la intervención de la Corte, que suspendió el llamado a las urnas en Tucumán y San Juan e inhabilitó como candidatos a Manzur y Sergio Uñac, respectivamente. El tucumano desistió rápido de su postulación a vicegobernador y se dedicó a apuntalar a Jaldo. Desde la provincia, se desenganchó de la discusión nacional sobre las candidaturas presidenciales.
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El miércoles 7, Manzur fue el único de los gobernadores del FdT ausente en la reunión que se celebró en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), ya que el santafesino Omar Perotti se autoexcluyó hace meses de ese ámbito. Tampoco se conectó vía Zoom ni mandó delegados para decir si acordaba con la idea central del documento que emitió la liga de las provincias, que le exigió a la plana mayor del FdT que compita en las PASO con una lista de unidad con impronta “federal”.
Hasta este domingo, le bajó línea a la tropa propia para que evitaran hacer declaraciones sobre el escenario nacional. Desde que desembarcó en la Jefatura de Gabinete, en septiembre de 2021, Manzur hizo saber que tenía aspiraciones de subirse a la carrera por el sillón de Rivadavia, pero el protagonismo que tuvo el tucumano durante los primeros meses de su gestión se apagó con el tiempo y terminó por desdibujarse cuando volvió a su provincia, en febrero de este año, y fue reemplazado por Rossi.
Desde entonces, se corrió del debate, aunque siempre mantuvo aspiraciones de conseguir un gran triunfo en su provincia, el 14 de mayo, y ofrendarlo al FdT para posicionarse como posible candidato nacional. El plan quedó aguado por el fallo de la Corte.
El resultado de este domingo mostró un nuevo panorama. El tucumano tiene una buena relación con Scioli. En las últimas semanas se había especulado incluso con que podían conformar una fórmula presidencial. En Tucumán arriesgaban que, si el embajador es candidato, Manzur tiene todas las fichas para acompañarlo. Su presencia en la boleta garantizaría el carácter federal que reclamaron los gobernadores en el CFI. Por eso generó sorpresa que la primera foto con un dirigente nacional fuera con De Pedro, el enviado de Cristina, con quien el tucumano forjó una buena relación durante el tiempo de convivencia en la Casa Rosada.
La relación del tucumano con Massa, en cambio, atraviesa un pésimo momento. Aunque fue muy bueno en el pasado, el vínculo se rompió durante los meses que compartieron como en el Gabinete presidencial. Se celaron y acusaron de traiciones mutuas. Massa saludó este domingo a Jaldo.
Este lunes, Jaldo y Manzur recibirán en la provincia a Fernández, que viajará a celebrar el triunfo del peronismo, como hizo después de las elecciones de La Rioja y La Pampa. El Presidente mantiene un buen vínculo con Manzur, su jefe de Gabinete después de la derrota de las elecciones 2021, cuando el FdT estuvo a punto de quebrarse.
Fernández insistirá en Tucumán con los logros de la gestión, reflejados en el triunfo local, con particular énfasis en la obra pública. En el Gobierno insisten en que la buena performance de los gobiernos locales tiene un componente nacional, relacionado con la creación de trabajo y la reactivación de las economías regionales.
Así explican en la Casa Rosada la mayoría de triunfos de los oficialismos hasta el momento, con las excepciones de Neuquén y San Luis, dos casos atravesados por situaciones particulares. El gobernador electo de Neuquén, Rolando Figueroa, es un exreferente del Movimiento Popular Neuquino que se abrió del partido y lo derrotó.
En San Luis, se trataba de una pelea entre los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá, que siempre tuvieron una relación zigzagueante con el FdT, se pelearon con Cristina y Fernández, discutieron y se aliaron según la coyuntura doméstica. La Casa Rosada lo miró a la distancia. El kirchnerismo, también.
Con todo, está claro que la victoria del puntano de origen peronista Claudio Poggi es un batacazo para Juntos por el Cambio (JxC), que capitaliza en la interna Horacio Rodríguez Larreta, impulsor de la ampliación del espacio.
Catástrofe mendocina
Si las elecciones tucumanas fueron el gran triunfo que el FdT quiso mostrar, los resultados de Mendoza, donde festejó Patricia Bullrich, quedarán en la página negra de la historia del PJ local. Mientras Juntos por el Cambio se alzó con un triunfo, con el 43% de los votos, el Frente Elegí, que nuclea al peronismo, quedó tercero en la elección, con apenas el 15,74% de los votos, detrás del diputado del PRO Omar De Marchi, que sacó más del 20%.
Fue un resultado acorde a la dispersión política que vive el espacio, que llevó cuatro listas a las PASO y perdió gran parte de la capacidad de organización. El más votado, Omar Parisi, obtuvo el 6,75% de los votos, seguido por Guillermo Carmona, que cosechó un punto menos. Parisi fue impulsado por el sector que lidera la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, referente de La Cámpora y mano derecha de Cristina. Carmona es secretario de Malvinas y funcionario de la Cancillería, cercano a Rossi y al Presidente.
Los votos del Frente Elegí quedaron muy por debajo de las elecciones de 2019, en las que la alianza que llevó a las PASO a Fernández Sagasti y Adolfo Bermejo obtuvieron el 37,55% de los votos. Mendoza es el quinto distrito electoral del país y tuvo cinco gobernadores peronistas desde 1983.
