TRANSPORTE & LOGÍSTICA

Trenes: una empresa argentina busca dejar atrás el fracaso de un grupo ruso auspiciado por Mauricio Macri

Motora Argentina ya está operando en los talleres ferroviarios estatales de Mechita en Bragado. Con Cambiemos llegó TMH con socios locales: descarriló.

Después del fracaso que resultó la incursión de la empresa rusa Transmashholding (TMH) y sus socios locales para reconvertir los talleres de Ferrocarriles Argentinos en Mechita (Bragado), ya está al frente de la operatoria la empresa de capitales nacionales Motora Argentina, cuyo titular es Augusto Marini, presidente de la corporación Cale Group.

“Compramos la acciones de la compañía de TMH Internacional AG, toda la operación de una empresa que estaba a punto de entrar en una situación concursal, con retrasos en los salarios de los trabajadores, con deuda al fisco, con proveedores, con bancos, pedidos de quiebra y embargos en sus cuentas”, dijo a Letra P Augusto Marini.

Así se concretó la salida por la puerta de atrás del gigante ruso TMH y sus socios argentinos, ejecutivos relacionados con otros “emprendimientos” germinados cerca del poder político con privados relacionados a los negocios del Grupo Macri, como los parques eólicos o las comisiones por refinanciamiento de la deuda de la Ciudad de Buenos Aires. Atrás quedaron anuncios de inversión formulados por el entonces mandatario Mauricio Macri en 2017 por 170 millones de euros, 1.200 puestos de trabajo y una fábrica de material rodante de última generación. La inversión estimada total de TMH en Mechita fue de tres millones de dólares y dejó un tendal de deudas.

“Logramos que la empresa no cerrara, pagamos deudas, cumplimos con la gente y antes de fin de año haremos la presentación correspondiente en los talleres”, dijo el empresario.

Antecedentes

Motora Argentina compró las acciones que tenía el presidente de la compañía rusa, Andrei Bokarev y se quedó con 211 empleados. Administran los talleres de Mechita, Maipú, Retiro (CABA), San Lorenzo y Rosario (Santa Fe), y Cevil Pozo (Tucumán).

El holding de Marini tiene empresas de salud (Alegra Med), construcción (Cale Via), indumentaria de trabajo (Cale Urbano), energía (Change Solar), combustibles (Agrocomb) y alimentos balanceados para la exportación (Marini y Cía). En varias es proveedor del Estado.

“Nos posicionamos como una compañía abierta a prestar servicios a todo el sector de trenes de Argentina, a los fabricantes de trenes internacionales que puedan vender trenes en el país y a los operadores locales”, afirmó Marini.

Fuentes de la negociación aseguraron a Letra P que la cifra que pagó Motora Argentina por quedarse con el negocio “está resguardada por una cláusula de confidencialidad”.

El objetivo es ofrecer servicios de arreglo y mantenimiento de trenes. Por ejemplo, TMH Argentina tenía un contrato, que incumplió, con NCA, del empresario Roberto Urquía (Aceitera General Deheza), el concesionario de la línea de cargas del Ferrocarril Mitre.

Ahora Motora está buscando nuevos contratos con NCA, con Ferroexpreso Pampeano (Techint), con Belgrano Cargas y Logística (estatal). TMH Argentina hizo trabajos para esas empresas y tuvo muchos problemas para cumplir los contratos.

Motora busca retomar la ejecución del contrato estatal que había ganado TMH Argentina en 2018 para reparar 24 locomotoras diésel modelo SDD7 y 160 coches chinos de la línea San Martín en 24 meses. Le ganaron la compulsa a Roggio y Emepa, Material Ferroviario SA y CRRC International.

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En los talleres, hace meses que los trabajadores se quedaron sin repuestos para trabajar. Los operarios afirman que “había que sacar una locomotora cada dos meses y no sabían comprar los repuestos”. Las máquinas para reparar todavía están en Mechita.

Para operar en el centenario taller (de 1910), Motora se quedó con el permiso provisorio de uso (PPU) -por tres años- que le otorgó Guillermo Fiad, el funcionario macrista a cargo de Trenes Argentinos Infraestructura. Motora asegura que el permiso provisorio está en vigencia.

El predio de los talleres (21 km2), la playa de maniobras y el material rodante son propiedad del Estado. En ese taller también tiene un espacio la empresa Dellner, que hace los acoples de los trenes, proveedora de TMH y ahora de Motora Argentina.

En su balance de gestión de 2019, antes de dejar el Gobierno, Fiad describió a “TMH como un caso de éxito” y detalló que “la empresa rusa tiene una inversión comprometida de US$ 70 millones, a cambio de una concesión por 30 años. TMH está desarrollando la ingeniería para la construcción de la nueva planta durante 2020”. Nada de eso se concretó.

Augusto Marini es titular de Motora Argentina y de Cale Group, el holding familiar que fundó en 2013 después de vender la pyme que había creado su padre Omar Marini, Agro-Industrias Baires, el molino de alimentos balanceados para mascotas que tenían en la ciudad bonaerense de Las Heras. Por ejemplo, Cale Urbano es proveedor de ropa de trabajo para los operarios de la estatal Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) cuyo titular es Martín Marinucci.

Historia de idas y vueltas

En abril de 2018, en un comunicado de TMH Argentina, Kirill Lipa, ceo de la empresa rusa, sostuvo: "Transmashholding tomó la decisión estratégica de acompañar activamente el amplio proceso de transformación del sistema ferroviario argentino que está llevando adelante el gobierno del presidente Mauricio Macri, para lo cual hemos previsto inversiones por 170.000.000 de euros".

“Los trabajadores se preguntan si será verdad o será mentira esto de unos rusos que vienen a Mechita, pero los rusos cumplieron, y serán 400 trabajadores más los que vengan a construir”, dijo Macri durante su discurso en Bragado en 2018.

“Tenían todo para funcionar, pero se transformó en una mentira”, le dijo a este medio un trabajador que estuvo desde la llegada de TMH a Mechita. Allí hubo dos caras visibles, el presidente de la compañía Thibault Desteract y Pablo Emilio Basualdo.

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Desteract es un ex ejecutivo de la francesa Alstom que fue imputado -y sobreseído en 2022- por haber firmado en 2008 un contrato-soborno (así lo definió la Justicia) de asesoramiento por un millón de dólares en el proceso de negociación de la licitación para la construcción del Tren de Alta Velocidad entre Rosario y Buenos Aires durante el gobierno de Néstor Kirchner. Por ese contrato, sí fue condenado por cohecho pasivo el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime.

El otro es Pablo Emilio Basualdo. En Mechita lo apodaron Don Corleone y aseguran que iba armado a la oficina. Fue presidente de la consultora KBR Argentina, con sus socios Mariano Arrigo y Edgardo Srodek. KBR Corporate Finance quedó involucrada en 2010 por la Asociación Civil Igualdad y la Justicia (ACIJ) en la denuncia contra Mauricio Macri, como jefe de Gobierno porteño, por pago de comisiones “desmedidas” por el lanzamiento de los bonos Tango S8 de deuda de la ciudad.

Basualdo y Arrigo fueron parte de TMH Argentina, de la consultora KRB y de la empresa Helios y Selena Partners, las firmas que participaron en el escándalo del traspaso de los parques eólicos durante el gobierno de Macri que significó una ganancia de casi 50 millones de dólares en 11 meses con la compraventa de seis parques, según distintas investigaciones periodísticas de amplia repercusión.

El gobierno de Alberto Fernández terminó de desarticular la aventura rusa cuando dejó en veremos el contrato por casi 865 millones de dólares para la compra a TMH de 70 formaciones eléctricas para la línea San Martín. Esa marcha atrás estuvo relacionada con la caída del financiamiento de China, justamente, para la electrificación de la línea San Martín.

Fuentes que participaron de las decisiones que tomó TMH en Mechita coinciden que ninguno de los gerentes estuvo a la altura de la gestión. Franco Comparato le siguió a Desteract, luego llegó Ignacio Leone.

Los talleres de Mechita y de Mecha (los nombres de las hijas del expresidente Manuel Quintana, que donó los terrenos) pertenecen a Ferrocarriles Argentinos. Cuando el expresidente Carlos Menem privatizó los trenes, el entonces gobernador Eduardo Duhalde preservó los talleres para el Estado provincial, creó una unidad Ejecutora en 1993 y luego la empresa Ferrobaires. María Eugenia Vidal liquidó Ferrobaires en 2017 y sus servicios transferidos a la Nación. En el taller Mechita en sus tiempos de esplendor trabajaban 2500 ferroviarios.

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