El ministro Sergio Massa inició este mes una serie de acuerdos con gobernadores para amplificar la asistencia del Gobierno a las provincias. Lo moviliza, en parte, el impacto de la sequía en sectores productivos clave para la actividad económica en su conjunto, pero, también, la intención de darles más ventajas para sustentar el modelo productivo y la federalización de los recursos. Con financiamiento propio y externo, aceleró los tiempos de campaña y se puso a disposición de los mandatarios provinciales para agrandar la billetera de los recursos que les fueron asignados por el Presupuesto 2023 que el Congreso le aprobó el año pasado. Hasta el momento, siete provincias recibieron promesas de aportes extraordinarios de parte del Palacio de Hacienda.
La gestión de recursos se convirtió en un canal de diálogo político entre las administraciones provinciales y la Casa Rosada y llevó a que la figura de Massa se haya agrandado. Si bien el ministro niega tener aspiraciones a suceder a Alberto Fernández en diciembre próximo, aparece como la carta de resolución de las necesidades de los gobernadores, que siguen a la espera de respuestas al escenario interno en el Frente de Todos, que mantiene la tensión por las candidaturas presidenciales y la puesta en marcha de la mesa política.
El problema de las provincias es que los recortes en los gastos del Estado llevaron a ponerle restricciones a la oferta de gestión, de manera inédita, en un año electoral, pero el jefe del Palacio de Hacienda prometió utilizar, también en este ámbito, una contabilidad creativa.
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Desde el inicio del año hubo solo un gobernador opositor que logró arrancarle beneficios extra a Massa: el radical mendocino de Juntos por el Cambio, Rodolfo Suárez, quien, días antes del encuentro llevado a cabo durante la última semana de enero, había pegado el faltazo a un acto oficial en su provincia encabezado por el presidente Fernández, enojado por la decisión del Gobierno de apoyar un reclamo de La Pampa por la construcción de la represa Portezuelo del Viento en el río Grande, al sur de esa provincia, que desemboca en el río Colorado, que atraviesa territorio pampeano, además de Río Negro y Buenos Aires.
En el encuentro, el ministro y el gobernador firmaron una adenda para la financiación de la obra de Modernización del Sistema de Riego Canal Rama Chimba, con un costo superior a los 11 millones de dólares, que "permitirá incrementar la eficiencia del riego en las 4.439 hectáreas de la región y llevar tranquilidad a los productores".
En febrero y con alivios para los productores agropecuarios afectados por la sequía, Massa comenzó su gira federal, aunque en muchos casos los gobernadores viajaron desde sus provincias hasta el calor porteño. El primero del desfile fue el sanjuanino Sergio Uñac, quien se llevó del Palacio de Hacienda un acuerdo de financiamiento por 1,6 millón de dólares para sumar a la administración provincial al programa Agro XXI, que respalda el desarrollo de prácticas que cuidan el medio Ambiente. Sin tocar un peso de los recursos del Estado, el ministro hace la ingeniería para incorporar a los mandatarios a los beneficios que cuentan con financiamiento del exterior, en este caso, con plata del Banco Mundial.
Otro de los instrumentos de financiamiento que Massa puso a disposición de los gobernadores fue el programa Crear, que otorga créditos a tasa subsidiada, con plazos flexibles de amortización y bonificación de tasas combinada por los gobiernos nacionales y provinciales.
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Eso se llevó del Estado nacional Sergio Zilloto para La Pampa, de modo de enviar un doble mensaje: federalizar los créditos baratos para la producción industrial y profundizar el modelo de sustitución de importaciones, una suerte de corazón del proyecto económico del peronismo que el ministro convalidó desde su arribo al Palacio de Hacienda a pesar de las restricciones fiscales y los problemas que dispararon la escasez de divisas internacionales.
Con su amigo Mariano Arcioni, de Chubut, Massa fue contemplativo y refinanció la deuda de 10.000 millones de pesos, con el objetivo de que la administración provincial para destinar a inversiones en viviendas, escuelas y hospitales. El plan fue tener cero costo fiscal, aunque haya resignado la recuperación de fondos adeudados y, de esa manera, poner en funcionamiento obras públicas que dinamizarán la economía local, en medio del año electoral. Ese mismo día, al Palacio de Hacienda llegó el puntano Alberto Rodríguez Saá y la agenda de diálogo fue centralmente industrialista: además del mayor financiamiento para las empresas, el gobernador le reclamó agilizar la importación de insumos. La caída de la actividad productiva preocupa a los mandatarios provinciales, que temen una retracción del sector privado y su impacto en el empleo.
En esa intensa primera semana de febrero, Gildo Insfrán acordó presentar de manera conjunta un proyecto para el financiamiento internacional para la construcción de un acueducto para beneficiar a los productores agropecuarios. El costo será de 250 millones de dólares, de los cuales 200 serán aportados por el Banco de Desarrollo de América latina y los otros 50, como contrapartida local. Unos días después, Raúl Jalil, de Catamarca, se llevó del Palacio de Hacienda financiamiento blando para las industrias de su provincia.
Quedó tiempo para que Massa visitara el inicio de la vendimia en La Rioja, con el anuncio de medidas de alivio para los productores del campo y, así, no dejar que los beneficios para el campo queden en manos de la Mesa de Enlace. Las tasas subsidiadas y los programas de crédito internacional fueron claves para los anuncios. Ahí, el ministro mostró su muñeca para destrabar la asistencia mundial, ya que el financiamiento del exterior "alcanzó la cifra más alta de la serie histórica desde 1990, con un aumento de 27,5% con relación a 2021 y superando el anterior máximo de 4.669 millones de dólares logrado en 2003". "Particularmente, se observa una aceleración de los desembolsos a partir de agosto del año pasado, ya que el 77% -casi 4.000 millones de dólares- se realizaron entre ese mes y diciembre", destacaron en el quinto piso del Palacio de Hacienda.