En la recta final de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el ministro de Economía, Sergio Massa, ultima los detalles para viajar a Washington a firmar el acuerdo y dar la noticia que le puede dar el empujón definitivo a su eventual candidatura presidencial. Sin embargo, el adelanto de los desembolsos del año aún no está confirmado y depende de dos señales macroeconómicas clave sobre las que el organismo crediticio pone la lupa: el déficit fiscal y el financiamiento en pesos.
Anunciar el éxito del acuerdo antes del 24 de junio es posible, pero depende de un efecto dominó. Este jueves el titular del Palacio de Hacienda espera que la vocera de la entidad, Julie Kozak, dé a conocer el cronograma del staff para confirmar el plan de viaje.
Si hay un calendario de trabajo acorde, Economía enviará a los equipos técnicos el próximo jueves a la capital de Estados Unidos, pero Massa viajaría entre el 20 y 21 de junio ya que tiene la intención de participar en la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner en Vaca Muerta, hecho que marca como histórico, aunque la fecha del acto tampoco está ratificada.
La marcha del diálogo, que lleva ya más de mes y medio, va "bien" aunque con algunas "charlas tensas, pero es lógico”, reveló en un off con periodistas una fuente del equipo económico al tanto de las negociaciones que llevan adelante el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, y el jefe de asesores, Leonardo Madcur, en los despachos oficiales. Los tiempos apremian y a modo de gesto, una de las posibilidades que evalúa Hacienda es adelantar “algo” del pago de los vencimientos del 21 y 22 de junio, de un total aproximado de U$S 2.700 millones, con la moneda del Fondo, los Derechos Especiales de Giro (DEG), remanentes. Según un informe de la consultora Geres, al 31 de mayo quedaban una valuación equivalente a U$S1.899 millones sin utilizar que podrían destinarse a este guiño.
Según pudo saber Letra P, tanto el canje de deuda en pesos como el déficit fiscal son los dos puntos críticos que el FMI mira de cerca para terminar de otorgarle a la Argentina los dólares para sus reservas y las modificaciones que pide en relación a la sequía. La operación financiera se concretará este jueves. “Si la adhesión llega al 50%, se despejaría la mitad del financiamiento en el año y sería un éxito para el Fondo”, aseguró una fuente oficial. La Secretaría de Finanzas prevé que el porcentaje superará el 60%, lo que significaría que los tenedores de entidades públicas, que tienen en sus manos más del 50% de los bonos, participaron en el canje y también una parte de los privados. Si sucede, el mercado le habrá dado un empujón de confianza a Massa.
En el caso del gasto público, el organismo que conduce Kristalina Georgieva pretende que la Argentina muestre que mantiene las cuentas “a raya”. En los pasillos del quinto piso afirman que hay una cuestión de gasto duro vinculado a temas como las jubilaciones que el Gobierno “no va a resignar”, y adjudican el nivel de déficit al impacto de la sequía en la recaudación y en los precios de los alimentos.
El esquema de pasos a seguir está teñido de una interna electoral álgida en el Frente de Todos, en la que Massa y los gobernadores piden un candidato único, dirigentes massistas amenazan con la salida de su líder del ministerio si no lo ungen como presidenciable y Alberto Fernández que insiste con resolver las candidaturas en las PASO. Tras reunirse con el Presidente, Massa prepara el congreso del Frente Renovador en el que la plana mayor le pedirá la candidatura el sábado 10 en el estadio Malvinas Argentinas. Sobre el pacto con el FMI, desde su entorno aseguran que el tigrense estará tranquilo sólo cuando el entendimiento este cerrado.