Recién llegado de China, el ministro de Economía, Sergio Massa, puso toda su atención en el otro lado de la grieta global. La renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ( FMI) entró en su recta final y es la tarjeta de garantía que necesita para finalmente lanzarse a pleno como precandidato presidencial, si la inflación no desinfla sus aspiraciones. Hasta ahora, logró que el organismo le concediera la posibilidad de mantener la intervención en el dólar para evitar una corrida cambiaria. Ahora, buscará que el organismo le otorgue un desembolso para compensar las pérdidas por la sequía.
Durante la tarde de este lunes, el jefe de Hacienda se sentó con el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein; y con el jefe de asesores, Leonardo Madcur; los funcionarios a cargo de las conversaciones a distancia con la entidad crediticia, para ponerse al tanto de los detalles. “Fue una reunión para acordar la propuesta final al Fondo”, aseguraron fuentes oficiales en diálogo con Letra P.
“El equipo estaría pidiendo un desembolso presupuestario para compensar la pérdida de ingresos por la sequía. Estarían discutiendo el monto”, indicaron las fuentes. Eso significa que aún no está confirmado si el Fondo girará los U$S 10.600 millones adelantados (completos) y cuántos de esos dólares podrán ser utilizados como herramienta para aliviar la presión financiera.
El objetivo del Gobierno es recalibrar todas las metas en función de que las mismas reflejen el impacto de las condiciones climáticas y que los fondos sirvan para engrosar las reservas en un momento de drenaje acelerado. En ese sentido, la traba es política: el Fondo pide ajuste fiscal y simplificar el tipo de cambio oficial, aseguraron analistas financieros que conocen los pormenores de los equipos técnicos de la entidad. En ese ordenamiento del sistema cambiario está implícita una devaluación, algo que Massa tiene prohibido hacer en el marco del acuerdo político con Cristina Fernández de Kirchner, la principal figura del FdT.
Los próximos días continuarán con reuniones por Zoom entre Rubinstein, Madcur y los representantes del Fondo. El jueves 15 viajaría una delegación técnica para Washington y el titular de la cartera económica se sumaría “unos días después” para rubricar el acuerdo. De esta forma, el ministro estará en el país cuando se anuncie el dato de inflación de mayo, que las consultoras privadas prevén estará cerca del 9%. Un mal número puede empeorar la imagen del tigrense y valerle la intención de voto. Pero, según contó Letra P, en el massismo admiten que la mira está puesta en el éxito del pacto con el FMI.
Otro factor que presiona las conversaciones son los vencimientos del 21 y 22 de junio, cuando Argentina debería pagarle al Fondo entre U$S 2.600 millones y U$S 2.700 millones. Según el cronograma de desembolsos, en junio llegarían U$S 4000 millones que servirían para cancelar los montos de julio y agosto. Es decir, en la propuesta final también deberían contemplarse fechas "sostenibles".
Con la ampliación de las divisas de libre disponibilidad del swap con China a U$S 10.000, Massa obtuvo aire para continuar el tira y afloje con el organismo crediticio hasta llegar al punto de encuentro entre las pretensiones de mantener la economía circulando teñidas de aspiraciones presidenciales y las exigencias de un Fondo que lee el contexto local en clave electoral con preocupación. Mientras tanto, a Massa lo corre el cierre de listas del próximo 24 de junio y se le termina el margen para estirar las conversaciones.