DIARIOS DE LA BICICLETA

La deuda secreta de Javier Milei y Toto Caputo

Las vidriosas formas de endeudamiento contraído en condiciones desconocidas son la fase superior del populismo financiero libertario de campaña.

La velocidad está dada por la onerosa saga de salvatajes que requiere la mileinomía; el sesgo, por el carácter de cobro privilegiado de esos compromisos, contraídos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ahora con el Tesoro de Estados Unidos, y la modalidad, por el secreto que se le impone, como si el Presidente y el ministro de Economía administraran una monarquía o un país stalinista y no una democracia republicana.

A los 20.000 millones de dólares –adicionales a los 45.000 millones de Mauricio Macri– que se tomaron del FMI, se sumó –más que una presunción– la activación del swap con los Estados Unidos, destinado a un doble propósito: darles salida –con fuertes ganancias– a los pesos que había obtenido el virrey Scott Bessent por la venta electoralista de unos 2.100 millones de dólares en la previa de los comicios legislativos y obtener de allí recursos para pagarle un grueso vencimiento al Fondo, lo que no habría sido necesario si Milei y Caputo no se hubiesen entregado al populismo financiero de campaña.

Una manada de números para la deuda

La cuestión del swap –en teoría, un intercambio de monedas, pero en la práctica, deuda contraída en condiciones desconocidases vidriosa por todos lados y sus números recuerdan aquella frase de que el mejor modo de hacer pasar desapercibido un elefante es lanzarlo en el medio de una enorme cantidad de paquidermos.

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Imagen generada con inteligencia artificial (Gemini).

Imagen generada con inteligencia artificial (Gemini).

No hay información oficial sobre su activación, los montos efectivamente usados, tasa de interés, plazos de repago y condiciones políticas por una ayuda que, si es tal, no lo es precisamente en beneficio de la población argentina.

Lo que está ocurriendo al respecto es descubierto por economistas –especialmente del "palo", no "zurdos", "kukas" o "heterodoxos"– en base a un escrutinio hábil de los indicios indirectos que entregan las estadísticas oficiales. ¿Cómo evoluciona el stock de letras del Banco Central, cómo se comportan las reservas, qué pasa con la tenencia de derechos especiales de giro –DEG, la moneda del FMI–?

Ni las autoridades del Ministerio de Economía ni del Banco Central se sienten obligados a responder qué diantres –no perdamos la sobriedad– están haciendo con dinero que no les pertenece a ellos, sino a la sociedad.

Se va la primera…

De los dos mecanismos mencionados para la –presunta, porque mañana puede que se la desmienta o se la maquille– activación del swap, el primero de los mencionados resulta especialmente llamativo.

La inédita decisión del Tesoro de los Estados Unidos de salvar no la economía de un país aliado, sino directamente un proyecto político particular, de extrema derecha, en la previa de una elección trascendente supuso, de por sí, un elemento de injerencia más que delicado.

Mediante el mismo, un gobierno extranjero –el más poderoso del mundo– determinó –por interés geopolítico, afinidad ideológica y seguidismo asegurado– que podía intervenir de modo decisivo en la fijación del principal precio de la economía argentina: el tipo de cambio. De este dependen –junto con otros factores, claro– la competitividad general de la economía, el saldo de divisas del país, el nivel de actividad, la suerte del sector industrial, el nivel de los ingresos populares y la evolución de la inflación. Nada menos.

caputo con bessent
Toto Caputo y Scott Bessent vuelven a ilusionar al mercado, hasta el martes.

Toto Caputo y Scott Bessent vuelven a ilusionar al mercado, hasta el martes.

Lo hizo al actuar con un poder de fuego desmesurado respecto del tamaño del mercado cambiario local. ¿Qué trader o fondo de inversión sería capaz de correr en el largo plazo –ojo: en el corto lo hicieron– a los dueños de los dólares del mundo?

Así, bastó con que trajera al país unos 2.100 millones de dólares, por los que obtuvo pesos, operación simpáticamente presentada por las autoridades y replicada por algunos medios como un interés del "Tío Scott" por hacerse de moneda local.

A cambio, parece –porque todo sólo parece–, el Banco Central le entregó una letra que pagó una tasa de interés importante, acaso del 4% mensual. Al deprimir el precio de la divisa, el virrey pudo luego de hacer esa ganancia volver al dólar –más barato– y salir con más dólares todavía. Fuentes del mercado calculan que entre el interés pagado por la tasa de la letra en pesos y la ganancia cambiaria obtenida, Bessent pudo haberse llevado en pocos días un 10% en dólares.

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¿Cómo lo consiguió? Para no disparar el precio del dólar en el Mercado Libre de Cambios (MLC) y arruinar el negocio, usó el propio swap, cuya activación convierte en deuda el tramo activado, lo que devenga un interés tan desconocido como el del chino negociado por Cristina Fernández de Kirchner y utilizado luego por Mauricio Macri, Alberto Fernández y también por Milei. De este último al menos se conoce el monto de 5000 millones de dólares.

Queda a la vista una operación de carry trade –bicicleta financiera–realizada de modo virtualmente inédito por un país extranjero con fines de manipulación cambiaria y en posible uso de información reservada, producto de los largos días de contactos entre funcionarios de los dos países, con los argentinos abducidos en la Secretaría del Tesoro en Washington. No perdamos la fe: algún fiscal y algún juez ya pondrán la mira en este raro negocio nuevo.

De ese modo, una intención electoralista –mantener el tipo de cambio mayorista justo por debajo del techo de la banca negociada con el FMI para evitar la venta de divisas prescripta para el caso de un desborde, pero sobre todo para hacer votar al electorado en condiciones de estabilidad precaria y mentirosa– se convirtió en deuda, con el más privilegiado de los acreedores para los años venideros. La sociedad pagará por mucho tiempo una conveniencia de la extrema derecha gobernante, que, culposa, no atina a detallar lo ocurrido y que, ensoberbecida por el resultado del 26-O tampoco se siente obligada a hacerlo.

Donde sí se exigieron explicaciones a los bancos intervinientes en la intermediación de esas operaciones fue en Estados Unidos, país que, pese a los excesos de Donald Trump tiene, a diferencia de la Argentina, un Congreso en funciones.

Se va la segunda…

El segundo tramo del endeudamiento secreto se habría producido –así hay que expresarse, en potencial– por la activación de un segundo tramo del swap para pagarle al Fondo un vencimiento de 800 millones de dólares con 640 millones de DEG del Tesoro norteamericano. ¿Cómo se sabe? Por la caída de esas tenencias en Estados Unidos y su aumento, paralelo, en Argentina, previo al pago al Fondo.

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Más deuda y más secreto, que –se insiste– por ahora nadie confirma ni desmiente. Serían casi 3.000 millones de dólares solamente en los conceptos mencionados.

Se va la tercera…

Toto Caputo sigue activando mecanismos de bicicleta financiera, esto es el ingreso de dólares, su conversión a pesos, realización de elevadas ganancias a tasa en un contexto de garantía oficial de estabilidad cambiaria a como dé lugar y reversión a dólares –más dólares que al inicio–. Al final del ciclo, se cambia un "bienestar" inmediato –aumento de la oferta de billetes verdes– por un drenaje definitivo de divisas. Tocata y fuga.

Los esquemas se repiten: mutismo ante la sociedad a la que se debería rendir cuentas, revelación de información supuestamente reservada a los invitados al negocio y garantía de condiciones para su realización.

La agencia Bloomberg contó los entretelones de una reunión que el ministro de Economía mantuvo el viernes con unos 40 inversores en un evento organizado… por JP Morgan. ¿Por quién si no?

En ella, filtró que no se dispondrá una libre flotación del dólar –tal como exigen gigantes como PIMCO para apostar en un contexto de tipo de cambio más realista–, que como mucho el esquema de bandas ampliaría su actualización –al alza la de la superior y a la baja la de la inferior– del actual 1% mensual al 1,5%, y que en el próximo mes se presentará un plan que incluiría recompra de títulos de deuda que vencen en 2029 y 2030, un cronograma de adquisición de reservas dentro de las bandas y la emisión de un bono para destinar lo recaudado –que es lo que importa, por encima de su finalidad última– al presupuesto educativo.

financial times

Vale aclarar que la compra de dólares para el Tesoro argentino –ahora hay que aclarar– y para reservas del Central dentro de las bandas está prevista en el acuerdo en curso con el Fondo, y que su realización, pedida a coro por analistas y consultoras de todas las tendencias, de aquí y de Estados Unidos, depende apenas de la voluntad del Gobierno. De hecho, de acuerdo con dicho compromiso, el Banco Central debería juntar 9.000 millones de dólares antes de fin de año para evitarse el mal trago del pedido de un waiver, segunda excepción al hilo en la materia.

Por ahora, como acaba de decirle al Financial Times, el Presidente dice lo contrario que su ministro: para él, las bandas quedarán tal como están por lo menos hasta la campaña de 2027. Confía en que el carry trade y el inicio del auge de Vaca Muerta, que le cambiará el rostro productivo y exportador al país –¿en su beneficio, sobre todo si consigue la reelección en 2027? –, prolonguen todo lo necesario el puente de dólares tendido por el virrey Bessent. Tiempo al tiempo.

Javier Milei en Vaca Muerta
Javier Milei se siente bien con su gabinete en refacción. 

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