Internas al volante

La alianza entre DOTA y el sindicato "blue" boicoteó el paro de la UTA de Roberto Fernández

El grupo empresario y el gremio disidente UCRA, de Miguel Bustinduy, sacaron colectivos a la calle. A la puja sindical se sumó la tensión entre patronales.

Con el apoyo explícito de directivos del grupo DOTA, un boicot inusual de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA), liderada por el moyanista Miguel Bustinduy, quitó fuerza al paro convocado por el sindicato de choferes de la UTA que comanda el histórico Roberto Fernández en reclamo de mejoras salariales.

El paro de colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) puso en evidencia la doble interna que se registra entre dirigentes gremiales y los grupos empresariales del transporte.

Las unidades de DOTA, el mayor transportista de pasajeros de la región metropolitana, salieron a la calle. Fue gracias a que los choferes que responden de Bustinduy trabajaron con normalidad y dejaron en offside y desdibujada a la conducción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA).

A contramano de la dureza y los ceses de actividades que realizó durante la administración albertista, ahora la UCRA piloteada por Bustinduy sacó los colectivos a la calle y ayudó a que los dueños de DOTA quedaran bien parados con la gestión libertaria.

Tras la tragedia ferroviaria de Once que derivó en la caída de Trenes de Buenos Aires (TBA) y del consorcio de colectivos Cometrans que lideraba el clan Cirigliano, DOTA se convirtió en el operador principal del negocio de los ómnibus del AMBA.

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Paro de colectivos

Paro de colectivos

Entre empresas controladas y asociadas, el grupo concentra actualmente 68 líneas de colectivos de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, transporta casi el 35% de los 9 millones de pasajeros que se movilizan a diario en la región.

El grupo empresario del transporte cobra mensualmente algo más de $50 mil millones de subsidios que desembolsan las autoridades nacionales, el gobierno bonaerense y la administración porteña.

La disputa con la UTA de Roberto Fernández

La disputa entre Bustinduy y el titular de la UTA nació a mediados de la década pasada. Fue a raíz de que el grupo de Fernández, que maneja el gremio desde 2008, comenzó a ponerle trabas internas a la facción disidente para que no pueda escalar en la estructura sindical.

El momento de más tensión en esta interna gremial se registró a fines de diciembre de 2019, cuando a pocos días de la asunción de Alberto Fernández, un grupo de personas y choferes alineados a la corriente opositora atacó y saqueó la sede central de la UTA, ubicada en el barrio porteño de Balvanera. El titular de la UTA logró escapar de este ataque por los techos de edificios linderos.

En las últimas elecciones internas realizadas en 2023, si bien Fernández retuvo el poder a nivel nacional; Bustinduy consiguió arrebatarle el control de cinco seccionales clave: Córdoba, Santa Fe, Jujuy, Santiago del Estero y Mar del Plata.

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Roberto Fernández y Miguel Bustinduy frente al paro de colectivos

Roberto Fernández y Miguel Bustinduy frente al paro de colectivos

Desde su aparición en el escenario, Bustinduy contó con los respaldos esenciales: Hugo Moyano y Pablo Moyano en el plano gremial y de DOTA entre el empresariado.

Una alianza sobre ruedas

Esta alianza por conveniencia le permitió a DOTA negociar las cuestiones internas y operativas con una asociación gremial más pequeña y con la que tiene un interés común: evitar el avance y la interferencia de la conducción oficial de la UTA.

El grupo empresarial utilizó lo que considera “la combatividad” de este agrupamiento interno sindical como un elemento de presión ante las autoridades nacionales a la hora de reclamar aumentos de tarifas o una determinada regulación que le resulte favorable.

En el ámbito empresarial, DOTA controla una de las cinco entidades que agrupan a dueños de colectivos del AMBA. Se trata de la Cámara Empresaria del Transporte Urbano de Buenos Aires (Cetuba), a la que las restantes representantes del sector -CEAP, AAETA, Ceutupba y CTPBA- le atribuyen tener un doble discurso.

Puertas adentro, directivos de DOTA al frente de Cetuba reconocen que los salarios de los choferes están atrasados y que se deberían actualizar.

En las últimas reuniones paritarias, sin embargo, no llevaron ninguna propuesta de aumento y fueron los únicos que se opusieron a dar cualquier tipo de mejora en los sueldos si antes las autoridades no ajustaban las tarifas o los subsidios.

Las empresas colegas también le reprochan a DOTA que en este conflicto haya terminado jugando a favor del Gobierno, al poner sus colectivos en circulación con la ayuda del gremio de Bustinduy.

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