El campo se quedó con promesas. El presidente Javier Milei se paró ante quienes tienen la posibilidad de agilizar el frente cambiario en una economía megadependiente de la cantidad de dólares en las reservas internacionales y les mostró las manos vacías. No hay baja de retenciones, no hay cambios en el dólar, por ahora.
“Paciencia”, pidió el mandatario nacional a los agroproductores y dio dos fechas clave: septiembre y diciembre. Una estrategia, quizás, de ponerles una zanahoria a los mercados. Pero en la tierra arada, ante no más que un horizonte (seco), el campo va perdiendo la buena voluntad y probando el límite en una guerra fría. ¿Cuándo va a ejercer su poder de veto?
Cada día que pasa, el Gobierno sube un escalón de dificultad para abrir el cepo cambiario. El ministro de Economía, Toto Caputo, hace los deberes de un plan que parece más instruido por Milei que por él mismo: emisión cero e inflación al mismo ritmo que el crawling peg.
El campo se planta ante Javier Milei
La cuenta parece omitir tener los dólares necesarios para evitar que el tipo de cambio se dispare a niveles siderales y tengan un efecto potente sobre la inflación y el poder adquisitivo de la población (impacto que el propio Milei niega que exista pero, aun así, lo evita a toda costa). Y el agronegocio tampoco le va a dar sus verdes.
En ese escenario, marcadas las fechas en las que los mercados tomarán examen al Gobierno, quedan interrogantes específicos sobre el traspaso de la fase 2 del plan económico (la actual, de la emisión cero) a la fase 3 (la de la competencia de monedas) sin el apoyo político del campo que se traduzca en liquidación de la cosecha que retienen. Por ahora, queda en lo ideológico.
El paper del Banco Central
Días atrás, el Banco Central publicó en un paper los lineamientos específicos de la fase 2, la vigente del programa económico. Una hoja de ruta en la que determinó, como conclusiones más importantes, que:
- Usará aproximadamente u$s1.900 millones para esterilizar los pesos que resulten de la compra de reservas. Es, a la vez, el monto que destinará a mantener a raya la brecha cambiaría;
- La tasa de interés de plazos fijos debería subir unos puntos por la implementación de las nuevas LEFI;
- Mantener la base monetaria amplia (pesos circulando, más encajes, entre otras cuentas) en los niveles previos a la reinstauración del cepo cambiario, en 2019.
Existen dudas sobre la estabilidad del nuevo esquema monetario y financiero y su éxito dependerá de cómo se comporten variables económicas como la inflación, el dólar paralelo, los dólares financieros alternativos y el riesgo país.
El reto radica en que, mientras el Gobierno se centra en reducir la cantidad de pesos en circulación, el mercado permanece atento a si el Banco Central logrará reunir los dólares necesarios para cubrir los vencimientos de deuda hasta fin de año y mejorar la posición de las reservas internacionales.
Este lunes, el Central vendió u$s124 millones y, así, cambió el signo de las cuentas del mes a negativo por u$s36 millones. Las arcas internacionales brutas ahora están en u$s27.132 millones y es el menor nivel desde marzo, mientras que las reservas internacionales netas son negativas en aproximadamente 5.000 millones de dólares.
Pese al contexto, la semana pasada hubo una pequeña flexibilización del cepo cambiario. Se acortaron los plazos de pagos de las importaciones a partir del 1 de enero, se amplió la franquicia para exportaciones de la economía del conocimiento y se relajaron las restricciones para operar CCL/MEP instauradas como consecuencia de las ayudas estatales en la pandemia o por los subsidios a los servicios públicos.
La vaquita de Toto Caputo
Para desarmar el verdadero andamiaje que puede mover los flujos de divisas hacen falta dólares y la verdadera incertidumbre es de dónde van a salir. Por esta razón, Caputo está intentando armar una vaquita con arriesgadas posibilidades de éxito.
- El FMI podría aportar u$s10.000 millones, aseguraron ex funcionarios del organismo, pero dependerá mucho del resultado de las elecciones en Estados Unidos y de tiempos burocráticos.
- El blanqueo de capitales (la fuente más cercana de divisas si les dan los números). El último staff report previó una recaudación del 0,4% del PBI, equivalente a u$s2.000 millones.
- Operaciones de REPO que puedan surgir de entregar los lingotes de oro en garantía en el Banco de Basilea (el manotazo de ahogado, un último recurso).