A menos de dos semanas del cierre de listas, el ministro de Economía, Sergio Massa, se ilusiona con la posibilidad de que la cifra de inflación de mayo le dé una tregua en medio de una aceleración de precios que no frena desde noviembre de 2022. Con el índice de la Ciudad de Buenos Aires como faro, en el Palacio de Hacienda auguran un empate técnico con una mínima desaceleración en el IPC que comunicará el INDEC el próximo 14 de junio y que será clave en medio de la definición electoral. Días antes, el Gobierno tendrá una segunda pauta, la del mercado, cuando el Banco Central publique su relevamiento mensual de la City porteña.
Los números que exhiben cerca del titular de la cartera económica para dar sustento a esa reducción respecto al 8,4% de abril corresponden a relevamientos llevados a cabo por la Secretaría de Política Económica. “La cifra de mayo sigue la línea de expectativa de disminución que reflejó el IPC de la Ciudad”, señalaron fuentes oficiales a Letra P. La Dirección General de Estadística y Censos porteña (DEGyE) reveló este miércoles que los precios subieron a un ritmo del 7,5%, tres décimas por debajo del índice de abril pasado, cuando se habían acelerado al 7,8%.
En el quinto mes del año la estacionalidad es baja, es decir, que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) no suele reflejar grandes saltos en la evolución de los precios. En esa línea, desde la Secretaría de Comercio Interior destacaron que en el rubro de los alimentos y bebidas, los precios en los supermercados, donde se aplicó el programa Precios Justos, traccionaron a la baja como también lo hicieron los productos cuyo valor está atado a la oferta y demanda del momento del año.
Massa, con esas cifras en mano, se ilusiona con tener un aire en los días electorales más decisivos a medida que se acerca el cierre de las listas para las elecciones primarias del próximo 24 de junio. Sin embargo, se mueve con cautela. "Hay que esperar el número del Indec", dijeron en el entorno del tigrense y evitaron dar un porcentaje aproximado para no cometer "el mismo error" que meses anteriores cuando el jefe de Hacienda aventuró un sendero de inflación que llegaría al 3% en abril, que luego tuvo que corregir a 5% y el organismo de estadísticas terminó de derribar el mes pasado.
Antes de conocerse el porcentaje de abril, Economía había anticipado un resultado parecido al 7,7% de marzo. Ahora la premisa oficial pasa por simplemente bajar la expectativa y ayudar a disipar tensiones en un contexto cambiario de alta sensibilidad. Un mal pronóstico de los precios puede agilizar la tendencia a dolarizar ahorros y que los inversores tiendan a instrumentos en moneda estadounidense para cubrirse frente al avance del IPC.
También será la oportunidad de poner a prueba las medidas "anti-inflación" que lanzó la semana posterior a conocerse el dato de abril: la suba de tasas de interés de los plazos fijos para absorber los pesos circulando, la intervención en los dólares financieros, la rebaja de las tasas del Ahora 12, la ampliación de los límites de la tarjeta de crédito y el incremento de reintegros a sectores vulnerables por consumos con tarjeta de débito. Las nombradas, las que posiblemente tengan un efecto parcial en el número de mayo.
Por lo pronto, este viernes el BCRA publicará el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), su encuesta mensual de las consultoras privadas más relevantes del mercado porteño. "Algo por abajo", respondieron fuentes consultadas sobre el resultado. En lo que va del año sus predicciones siempre fueron superadas por el nivel general de precios oficial. Como adelantó este medio, los analistas ven una inflación cercana al 9%, coinciden con el Gobierno con mediciones de alimentos más bajas pero advierten sobre un impacto rezagado corrida cambiaria de la última semana de abril y una actitud "defensiva" de parte de los comercios.