Las automotrices y autopartistas nacionales quedaron regulando tras conocerse las medidas que presentó el martes el ministro de Economía, Toto Caputo, al advertir que el Caputazo no le solucionó el problema urgente: la deuda en dólares que contrajeron con sus proveedores del exterior. Además se quejan por la restitución de las retenciones a las exportaciones y el aumento del impuesto PAÍS a las importaciones que provocará, pronostican, pérdida de competitividad en un sector que tiene un 60% de componentes importados.
El sector automotriz analiza también la decisión del Banco Central de la República Argentina (BCRA) de crear el Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), para que lo suscriban las empresas que no accedieron a los dólares oficiales durante el gobierno anterior y quedaron endeudados con sus proveedores del exterior; en muchos casos son sus propias casas matrices.
El salto cambiario del 120%, advierten, impacta directamente en esa deuda calculada en 7.000 millones de dólares para el sector. Las empresas, a las que Sergio Massa no les habilitó el dólar a $ 345, estiman que esa deuda llega a los más de 40.000 millones de dólares para los sectores a los que está dirigido el Bopreal.
“Es difícil analizar las medidas sin la reglamentación para implementarlas; pero, en principio, el combo del dólar a $ 800 más el impuesto PAÍS (quedó al 17%) para importar y la restitución de las retenciones a las exportaciones, preocupan porque pega en los costos de producción, en las exportaciones y en el nivel de empleo", evaluó una fuente empresarial consultada por Letra P.
Autopartistas en riesgo
Las autopartistas consideran que ese eslabón más débil de la cadena tendrá más dificultades. Juan Cantarella, gerente general de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) coincidió en que no hay detalles, pero marcó un problema concreto que ya les generó la devaluación de Milei y Caputo: “La mayor preocupación del sector autopartista es el descalce cambiario que muchas empresas tenían con los clientes, que son las terminales automotrices”.
“Las autopartistas cobraron a las automotrices a un tipo de cambio a $ 360 por las partes importadas. Esos insumos no se pudieron pagar porque el Gobierno no dio acceso a dólares, y ahora van a tener que pagarlo a $ 800 más el impuesto PAÍS. Si las terminales no reconocen esa situación se genera un panorama que pone en riesgo la sostenibilidad del sector”, advirtió Cantarella en declaraciones a Letra P.
Automotrices Milei
Los pedidos de las automotrices a Javier Milei
Preocupación por el plan
Un economista consultor que trabaja para empresas de la cadena automotriz, ratificó la posición de las automotrices. “Si pones el impuesto PAÍS al tipo de cambio importador y le aumentás las retenciones a las exportaciones del sector; lo terminás dejando peor de lo que estaba”, alertó y analizó: "Caputo aclaró que ambas medidas eran provisorias, por lo que se supone que son un puente hasta que ingresen los dólares de la cosecha".
Según el organigrama ministerial que diseñó Javier Milei, la Secretaría de Comercio e Industria, a cargo de Pablo Lavigne, es la contraparte del sector; pero aún no fueron convocados. Por encima de Lavigne está como coordinador de las áreas productivas, el abogado Juan Pazo, un funcionario de la mesa chica de Caputo.
La demora en la cita a las automotrices tiene una explicación. La transición del área industrial entre la gestión saliente y la entrante, fue responsabilidad de Federico Ovejero, un referente del sector automotriz que integró la comisión directiva de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) y que se corrió del armado del nuevo gobierno.