A casi un mes de las elecciones porteñas, el gobierno de Jorge Macri volvió a apelar a la empresa de servicios electorales MSA para que organice la provisión del sistema de boleta única electrónica, como adelantó Letra P. En las elecciones de 2023, la firma había sido muy criticada por el funcionamiento del sistema.
A través del Instituto de Gestión Electoral, que encabeza Adrián González, el gobierno porteño concluyó este miércoles el proceso de licitación de los servicios electorales para los comicios del 18 de mayo. La empresa ganadora fue Magic Software Argentina (MSA), que se impuso en la compulsa al pedir 21.986.000 dólares.
La resolución fundamenta la adjudicación a MSA en que presentó "la oferta más conveniente" para brindar el servicio de boleta única electrónica, la modalidad definida por el Ejecutivo porteño. En rigor, esta empresa tecnológica, que también brindó servicios electorales en Salta, Tucumán, Chaco, Córdoba y Santa Fe, es la única que posee las máquinas y el software de la boleta electrónica, lo que generó suspicacias en las competidoras del sector.
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MSA, la empresa elegida por Jorge Macri
La empresa ganadora, es de capitales nacionales y es una vieja conocida del PRO. En junio de 2014, el entonces ministro de Cultura Hernán Lombardi contrató la firma para administrar la gestión informática de la venta y emisión de entradas del Complejo Teatral Buenos Aires. Dos años antes, el Ministerio de Desarrollo Económico porteño, con Francisco Cabrera al frente, le otorgó exenciones impositivas al pago de ingresos brutos e impuesto por ser una de las primeras en instalarse en el Distrito Tecnológico de Parque Patricios.
MSA fue la cara visible del desembarco del voto electrónico porteño en 2015, cuando el sistema se aplicó por primera vez para la elección a jefe de Gobierno en la que Horacio Rodríguez Larreta fue electo alcalde. En esa oportunidad, por el reclamo opositor, se restringió su uso a las elecciones generales.
En 2023, cuando Larreta decidió que los comicios locales se hicieran de manera concurrente a las nacionales, MSA volvió a ganar la licitación que costó 29 millones de dólares, lo mismo que cobró la española Indra para brindar el mismo servicio a nivel nacional.
La performance de la empresa en esa elección terminó en un escándalo que limó la relación del macrismo con la jueza federal María Servini, por las fallas generalizadas del sistema en las elecciones primarias. Las demoras y los inconvenientes de las terminales de votación, gatillaron la intervención de la jueza que ordenó extender el horario de votación una hora y media más de lo previsto. Tras el escándalo, el informe elaborado por la Justicia Electoral precisó que 250 máquinas de las 7300 desplegadas no brindaron el servicio adecuado, y ordenó que en las elecciones generales se volviese al sistema tradicional de boleta de papel.