A las 18.11, mientras la jueza federal María Romilda Servini permitía que se siguiera votando en algunas escuelas porteñas por las demoras en la votación, usinas massistas enviaron varias sentencias que encendieron las alarmas en el comando electoral de Unión por la Patria (UP). Una de ellas presagiaba un empate entre el oficialismo y Juntos por el Cambio, con una performance que se diluye entre dos, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. La segunda afirmación, categórica, le pegaba de lleno a la estrategia del Gobierno: no sería Sergio Massa el más votado, sino el libertario Javier Milei.
Mostrar la cara del ministro de Economía en los videographs de los canales de TV a la izquierda, encabezando el contingente de aspirantes según los parámetros de lectura occidental, fue el principal argumento para impulsar a un candidato único del peronismo y sepultar la idea de una primaria auspiciada principalmente por Alberto Fernández, que había empujado a Daniel Scioli a competir.
El vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, una de las piezas de la diplomacia del Frente de Todos que pudo hablar con todas sus partes, llegó a admitir en público el temor a que el oficialista más votado de una interna no encabezara el ránking a nivel general. El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, que era presidenciable y quedó de compañero de fórmula de Massa, minimizaba el impacto. El santafesino, de ADN K y con experiencia en primarias en su provincia, se resignaba a que la lectura la harían los medios. "Si la suma de la oposición de JxC es más que la nuestra, dirán que ganó la oposición. Le van a encontrar la vuelta para contar que perdió el Gobierno", advertía. En la ecuación no estaba la variable de Milei primero.
Después de meses de tensión, la estrategia de UP quedó a mitad de camino. Cristina Fernández de Kirchner bajó al precandidato que duró menos de 24 horas en la boleta, Eduardo de Pedro, pero no a Juan Grabois, bajo la excusa de que mantendría en la coalición los votos desencantados por la falta de un presidenciable 100% K. Tenía que aportar, pero, si se cumple el presagio del búnker de UP, el dirigente social le habrá quitado de la manos a Massa la chance que tanto necesitaba.
El propio massismo agitó la bandera de la gobernabilidad para sembrar el miedo por el día después para la economía, con la reacción de los mercados, si el aspirante oficial, que todavía no era Massa pero querían que lo fuera, no llegaba al lunes como el más votado el domingo. Ahora serán las mismas voces que mirarán el vaso medio lleno si se confirma el segundo lugar. "Hay una pelea por esos votos para ver quién llega al ballotage", es el análisis, pensando que entre JxC y los libertarios se anularán. "Saliendo primero, todos apuntarían contra el Gobierno", es la nueva estrategia, surgida de entre las cenizas.
El factor Milei fue introducido en la previa electoral por la misma Cristina Kirchner. La vicepresidenta instaló la idea de un escenario de tercios. La entronización de Massa respondió a ese análisis: era el oficialista que podía pescar electorado por fuera del núcleo duro, mirando a la clase media en la que siempre se recostó el Frente Renovador y a quienes apostaron por el FdT en 2019, pero luego se desilusionaron. Ahora, de confirmarse el negro pronóstico de UP, Massa deberá salir a buscar a quienes están enojados, pero no tanto como para votar a Milei.
En el búnker ya están abriendo el paraguas. Ironía de por medio, uno de los voceros del massismo que se puede venir fue Scioli. "El gran desafío que se viene es construir nuevas mayorías para defender el interés nacional, nuestra soberanía, la agenda de la producción y el trabajo que nuestro candidato a presidente, Sergio Massa, ha puesto como un objetivo central”, dijo el embajador que se quedó fuera de las primarias, desde el búnker de UP.
El mismo concepto usó el tigrense en 2019 para sumarse al andamiaje del FdT, con un discurso titulado "Una nueva mayoría". "Estoy para liderar si me toca liderar, pero también estoy para empujar el carro desde donde sea, porque tenemos la obligación de construir una Patria. Tenemos que trabajar para ampliar esta coalición opositora y poner en marcha la esperanza de millones de argentinos y argentinas", destacó en aquel entonces. La coalición a ampliar, ahora, será la oficialista.