En la Casa Rosada no voló una mosca. El Presidente siguió la movilización desde Olivos. Adorni dio una conferencia para instalar una novela de espionaje.
Manuel Adorni.
Con la multitud que colmó la Plaza de Mayo para respaldar a Cristina Fernández de Kirchner, como pocas veces la administración de Javier Milei mantuvo un llamativo silencio de radio. En la Casa Rosada los despachos se mantuvieron con las puertas cerradas y casi nadie transitaba por sus pasillos.
Tal como dio cuenta Letra P, el Presidente se mantuvo monitoreando la jornada en la Quinta de Olivos y el resto de su gobierno siguió el minuto a minuto de la movilización, con especial atención al operativo de seguridad. En esta ocasión, la ministra Patricia Bullrich admitió temprano que no podría implementar el protocolo antipiquetes.
Sin ningún tipo de incidentes en la marcha; hubo, apenas, la requisa de micros que llegaban desde el conurbano, operativos que quedaron reflejados en las redes sociales. Precisamente, en el ágora libertaria que significa Twitter el silencio mileísta hizo bastante ruido. Al cierre de nota, el mandatario no había hecho ninguna mención al cristinazo.
Dos de los principales despachos de la Casa Rosada, el que ocupa el asesor Santiago Caputo en el Salón Martín Fierro, que tiene vista a Puerto Madero, y el que usa Lule Menem, ubicado del otro lado del edificio, con vista Plaza de Mayo, también se mantuvieron completamente en silencio y con escasa circulación de asesores e invitados. En sintonía con el bajo perfil libertario durante la jornada, el riojano esquivó a la prensa acreditada.
Con el objetivo de darle un marco de normalidad a la jornada, el vocero Manuel Adorni retomó este miércoles sus habituales conferencias de prensa que por un par de semanas habían sido suspendidas. El portavoz intentó instalar en agenda la identificación de un grupo de ciudadanos rusos que la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) acusó de realizar "actividades sospechosas relacionadas con los intereses geopolíticos de Rusia".
La novela de espionaje, al menos en la TV, no prendió. Con las imágenes de los drones que mostraban la Plaza de Mayo colmada, Adorni se limitó a postear en Twitter fragmentos de la cobertura periodística, sin remates irónicos fieles a su estilo.
Incluso Adorni tuvo que borrar un tuit con una falsa captura de pantalla de C5N con un videograph que nunca salió al aire que, en lugar de un millón de manifestantes (como calcularon sus organizadores), estimaba una convocatoria de entre ocho y diez millones de personas.
"El modelo que se cae es el modelo que sacó a más de 10 millones de personas de la pobreza, que eliminó la inflación, que posicionó al país en el mundo y que puso fin al éxodo de jóvenes al exterior", tuiteó Javier Lanari, subsecretario de Prensa. Fue la única réplica oficial, no a la foto que dejó la marcha, sino al discurso grabado de de CFK que fue reproducido en el plaza: "El modelo de Milei se cae", auguró la expresidente desde su prisión domiciliaria.