El precandidato a gobernador Marcelo Lewandowski llegó a las PASO con el objetivo de ser el candidato más votado, a sabiendas de que Juntos Avancemos tenía pocas chances ante Unidos para Cambiar Santa Fe, y armarse para ser competitivo en las generales. Sin embargo la elección del frente opositor fue una trompada que obligó a reacomodar las expectativas a la baja: aspirar a pelear por ser el segundo más votado, consolarse con haber ganado la interna peronista, -algo que estaba descontado-, y encarar la final por la gobernación a kilómetros de distancia del radical Maximiliano Pullaro.
Los números han sido abrumadores para el peronismo en la categoría gobernador y presenta un horizonte de escasas expectativas de cara a las generales por más que el peronista dijo, al reconocer la derrota, que "ahora empieza otra elección". “Difícil no, muy difícil”, reconocieron en la mesa chica del precandidato respecto a la elección del 10 de septiembre frente a un Pullaro, que arrasó en las elecciones y llevó al frente de frentes a arañar los 70 puntos cuando la expectativa era arañar el 50%.
Las primeras lecturas en la tribu del senador interpretaban que la ciudadanía pasó la factura de la gestión nacional y también provincial en materia de seguridad, sobre todo por el volumen de votos que sacó la oposición. A su vez, la campaña demostrada dejó mucho que desear. "No empezamos en tiempo y forma ni tuvimos el volumen que deseamos”, reconoció Lewandowski cuando habló desde el escenario ante la prensa y un salón vacío de militancia.
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En la previa el peronismo aspiraba a que la derrota no sea mayor a diez puntos como para ser competitivo en las generales, y que de esa forma no se repita la distancia que quedó en las intermedias de 2021 para el senado cuando Carolina Losada salió victoriosa frente al peronismo representado por Lewandowski. Toda esa idea quedó destrozada: el frente Unidos le sacaba 45 puntos de diferencia (67% a 23%) al cierre de esta nota.
Vale aclarar que faltaban cargar la mayor parte de los votos del departamento Rosario, donde Lewandowski tiene garantizado un caudal nada menor. Esto dejaba prendida una última llama para el rosarino, que pasó de pretender ser el candidato más votado más allá de la suerte del frente peronista, a competir por el segundo puesto con la radical Losada.
La otra lectura a la que se aferra el senador en este reacomodo forzado es que ganó la interna por paliza con casi el 70% frente a tres espacios: La Cámpora, el Movimiento Evita y el rossismo de La Corriente. Inobjetablemente seguirá siendo una referencia en el peronismo santafesino, aunque con un desgaste por el trompazo que significaron los resultados generales donde el radicalismo festejó. Mucho tendrá que ver el futuro de Omar Perotti que compitió como diputado provincial.