El lado B del acto de jura y asunción de Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia como gobernador de Santa Fe dejó bastantes episodios que merecen ser contados. Desde el intendente que se destacó por sus gritos de aliento, la frase desafortunada de un senador, la música que sonó, el aplauso de la jueza y la interna radical por la conducción del Comité nacional que se coló entre los invitados.
La frase desafortunada del senador
La explanada de la Legislatura fue el lugar elegido para que los distintos invitados a la jura se encontrasen con la prensa. Allí se lo vio, por ejemplo, al senador Felipe Michlig, una de las figuras más cercanas al gobernador, quien no disimulaba la emoción que lo embargaba -fue el primero en ir a recibir al protagonista a su llegada-. Tan emocionado estaba que tuvo un furcio frente a los micrófonos cuando hablaba de los lugares institucionales ganados por Unidos para Cambiar Santa Fe: “Tenemos mayoría automática en la Cámara de Diputados”, dijo. ¿Quién será Julio Nazareno?
Perotti y el despoder
A diferencia de lo sucedido cuatro años atrás, Omar Perotti no fue la estrella de la jornada y se notó. El ingreso a la Legislatura del gobernador saliente fue con un bajo perfil, secundado por sus escuderos políticos Marcos Corach y Celia Arena -los tres serán compañeros en la Cámara baja a partir de ahora-. Se pasó un buen rato atendiendo a los medios frente a lo que será su hogar los próximos cuatro años, pero no causó ninguna reacción en la barra radical que lo observaba en silencio. Ni insultos ni halagos.
La despedida
“¡Vamos!”, dijo un empleado de la Legislatura que seguía el acto de traspaso de mando desde uno de los televisores ubicados para que nadie se perdiera ningún detalle. Lo dijo justo cuando Scaglia dijo “Sí, juro”. “(Alejandra) Rodenas ya no es más vicegobernadora”, explicó luego su festejo. Nadie le avisó que la vice saliente seguirá allí: cruzará el hall para ser diputada.
Batucada radical
El acto, anunciado para las 19, comenzó más tarde de lo previsto -Pullaro demoró media hora en arribar-, pero la espera no se sintió en los militantes radicales que buscaban vitorearlo. Una batucada prolijamente vestida con remeras argentinas acompañó los cantitos “Maxi Pullaro gobernador” e “Y ya lo ve, y ya lo ve, Maxi Pullaro gobernando Santa Fe”. La orquesta presente no dejó pasar el momento y se sumó con un clásico santafesino: la cumbia. Sonaron “La suavecita”, de Los Palmeras, e “Inocente”, de La Delio Valdez.
La interna boina blanca
Pullaro será una figura central en lo que viene para la Unión Cívica Radical, dado que es el gobernador de la provincia más importante que tienen los boina blanca. Quizás por eso fue que su jura reunió a los dos principales postulantes a la conducción del Comité de la UCR nacional: el gobernador correntino Gustavo Valdés y el senador porteño Martín Lousteau -quien llegó con el discurso empezado-. Si bien Lousteau es la única jefatura política que reconoce Pullaro, al parecer eligió que su jura no sea botín de guerra de la interna radical.
No fueron las únicas presencias nacionales: el gobernador electo de Entre Ríos, Rogelio Frigerio también dio el presente, profundizando una relación entre las dos provincias litoraleñas que ya tuvo sus capítulos y los seguirá teniendo, ya que el santafesino irá a la asunción del entrerriano el lunes por la mañana. Tampoco sorprendió la presencia de Leandro Santoro, amigo íntimo de Pullaro tras años de militancia radical en conjunto.
Aplauso cortesano
Sobre el final de su discurso -que se estiró poco más de cuarenta minutos-, el gobernador hizo un acto de desagravio para uno de sus antecesores en la Casa Gris, Antonio Bonfatti, quien a pesar de ser diputado no estuvo presente por problemas de salud. “Aprovecho para expresarle todo mi respeto y aprecio, es un hombre de la democracia que alguna vez fue injustamente agraviado por personajes oportunistas”, dijo. Lo que sorprendió, sin embargo, fue la persona que inició el aplauso con vehemencia tras la frase: la ministra de la Corte Suprema María Angélica Gastaldi.
El grito de Ricci
El clima dentro del recinto, a pesar de las formas que se intentaban guardar, era festivo. Aunque intentó contener las lágrimas, Pullaro se emocionó al subir al estrado de la presidencia. Lo bañaron en aplausos y vítores también a su salida, cuando encaró caminando para la Casa Gris. Un grito se destacó: “Vamos Maxi carajo”, aulló el intendente de Villa Gobernador Gálvez, Alberto Ricci.
La primera orden de Pullaro
La comidilla entre los ministros y secretarios que formarán parte del gobierno de Pullaro fue la primera orden del gobernador entrante: el lunes, 6.45 am, todos tienen que estar en sus oficinas. “Acá se trabaja en serio”, parece ser el mensaje que bajó el nuevo inquilino de la Casa Gris. “Me tengo que quedar a dormir acá”, comentó un secretario rosarino. Eso sí, el gobernador predica con el ejemplo: convocó a su primera conferencia de prensa a las 7 am y encabezará una reunión de gabinete a las 8 am. Ritmo frenético.