El ministro de Justicia, Martín Soria, está en la cornisa. Sabe que si cae del lado correcto tiene serias chances de volver a la Cámara de Diputados, que el resultado de las PASO en Río Negro lo dejó a tiro de obtener una de las tres bancas que hay en juego este año, pero debe consensuar con los sectores peronistas que se fueron con Alberto Weretilneck para sumarle votos a la campaña de Sergio Massa.
Decidido a revertir el resultado de las elecciones primarias de agosto, en la que Unión por la Patria (UP) entró segundo cómodo detrás de La Libertad Avanza (LLA), resultado que posiciona al economista liberal Javier Milei, Soria recorre los principales centros urbanos para cauterizar heridas del pasado.
Desde General Roca, donde imagina un respaldo mayor el 22 de octubre, ya pasó por San Carlos de Bariloche y este miércoles estuvo en Viedma, justo unas horas antes de la sesión que aprobó un nuevo endeudamiento del gobierno patagónico con miras a 2024. Justamente, por esa situación, se reavivaron las diferencias en el peronismo -que el roquense necesita unido-, hoy partido en tres grandes bloques parlamentarios.
Horas antes de esa votación, el ministro visitó la Unidad Básica viedmense para pedir el voto. “Nos damos cuenta de que no es una parada fácil la que tenemos el 22 de octubre, estamos en un momento único e irrepetible, estamos a pocos días de un momento de esos que son una bisagra en la historia, es en esos momentos cuando los que aprendimos de Perón y de Eva, de Néstor y Cristina tenemos que pensar en aquellos que antes que nosotros soñaron con una patria libre y soberana”, afirmó.
Como explicó Letra P, en UP reina una tensa calma. La candidatura del mayor de los hermanos Soria sirvió como una suerte de negociación a cambio de que se normalizara el Partido Justicialista (PJ) local, en la que se alcanzó una Pax Romana entre el ministro y el senador nacional Martín Doñate, armador del denominado frente Nos Une Río Negro y uno de los principales socios de Weretilneck.
Frente a legisladores y gran parte de la dirigencia justicialista, apuntó contra el gobernador electo y su partido. “En Río Negro, como en cada elección, aparecen los mismos oportunistas de siempre. Antes eran los radicales, ahora son los pintados de verde que dicen que les da lo mismo votar a un presidente u otro”, se quejó Soria. Y lanzó: “¿Cómo les va a dar lo mismo votar a un presidente que te da una computadora que uno que la guarda en un galpón porque no quiere que los pibes se eduquen”.
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Los dardos del funcionario nacional se explican en las versiones que se manejan en diversos ámbitos de poder. Además de la de Massa, la militancia de Juntos Somos Río Negro tiene definido repartir las boletas de Milei; todo para dar vuelta la tendencia y que el psiquiatra Luis Di Giácomo pueda repetir otro mandato en el Congreso. En los últimos días, con una campaña que exacerba el espíritu provincialista, se viralizaron algunos spots en la que se observaban la boleta de JSRN y emojis de un pato, un león y un tigre. La alusión a Patricia Bullrich, Milei y Massa fue tan clara como el mensaje final: “Elegí el presidente que quieras, pero cortá boleta”.
Tres lugares para cuatro
Soria sabe que no debe dejar nada librado al azar si quiere regresar a Diputados. Las perspectivas que tienen son mejores si se comparan a la elección primaria, en la que apenas votó el 70,36% de los 595.737 electores habilitados.
En aquella oportunidad, Lorena Villaverde (LLA-FE) alcanzó el triunfo gracias a los 134.635 votos (casi 38%). Segundo entró Soria, con casi 89 mil votos (25.37%) y tercero apareció el barilochense Sergio Capozzi (Juntos por el Cambio), que se hizo de la interna con Roberto Brusa, con 76.242 votos (21,5%).
Con la misma intensidad que negoció contra la corriente su participación, el otro minsitro y candidato vuelve a someterse a una elección. Su suerte está atada a Massa, que se juega todo a llegar con chances en menos de diez días.