El terremoto que produjo en el PRO el choque entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, después de que el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidiera armar un calendario electoral a su medida, amenaza con expandirse al otro lado de la General Paz y romper todos los acuerdos que había para darle volumen a la campaña de Diego Santilli, el precandidato del larretismo a la gobernación. Si esto sucediera, se reconfiguraría por completo el mapa amarillo en el territorio del 38% del padrón electoral, en el que el PRO tiene 20 de las 135 intendencias. La pregunta que por estas horas sobrevuela todas las mesas de debate interno es: ¿Será el tándem en construcción Patricia Bullrich - Cristian Ritondo el principal beneficado?
La respuesta a esta pregunta -que muchos dirigentes amarillos bonaerenses comenzarlos a hacerse una vez que escucharon de boca del alcade porteño que cambiaría “las reglas de juego”- es afirmativa. “Es todo ganancia para Bullrich”, especulan casi al unísono distintas fuentes de primera línea de la oposición consultadas por Letra P, no sólo después de analizar dónde se posicionarán la mayoría de los jefes comunales del PRO, sino, puntualmente, cómo se moverá la estructura que responde al ministro Jorge Macri, el dirigente más perjudicado con la decisión de Larreta, pero que, por otro lado, también alcanza un respaldo casi unánime del partido a su candidatura a la jefatura de Gobierno de la Ciudad.
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Sólo en municipios, el primo del expresidente controla Vicente López, a través de una de sus dirigentes de máxima confianza, la intendenta interina Soledad Martínez; Junín, con el principal armador en la Cuarta, Pablo Petrecca; 9 de Julio, distrito de la misma sección que comanda Mariano Barroso y en el que también arma para el presidente del PRO bonaerense el legislador Mauricio Vivani; y Pergamino, la intendencia que dirige Javier Martínez bajo la tutela directa de Daniel Angelici, socio directo de Macri.
Si este aparato intendentista del jorgemacrismo que jugaba para Larreta decidiera respaldar la campaña de Bullrich y abrir el juego a su candidato en construcción, el diputado Ritondo, no quedan dudas de que se ampliarían los alcances de los halcones en la provincia. Esto, toda vez que este sector ya cuenta con Martín Yeza, de Pinamar; Néstor Grindetti, de Lanús; Javier Iguacel, de Capitán Sarmiento, y Manuel Passaglia, de San Nicolás.
A este grupo también se le podría sumar Jorge Echeverry, el intendente de Lobos aliado a Grindetti; y Camilo Etchevarren, el alcalde de Dolores que en su momento le armó al expresidente Macri un palco en la principal plaza de su pueblo para respaldarlo en medio del juicio por espionaje que lo tenía apuntado.
De todos modos, el sector de las palomas sigue contando con tres de sus incondicionales, como lo son Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, quien además es el jefe de campaña de Santilli; Ezequiel Galli, de Olavarría; y Julio Garro, de La Plata, Primera, Séptima y Octava secciones, respectivamente. También con Sebastián Abella, de Campana, que se sumó a este equipo en los últimos meses, después de haberse jugado y echado hacia atrás por Vidal y Ritondo.
Guillermo Montenegro, de General Pueyrredón; Héctor Gay, de Bahía Blanca, quienes en un principio también habían manifestado un respaldo contundente al jefe de Gobierno de la Ciudad, hoy revisan sus decisiones y apuestan más por llevar a ambos candidatos a la presidencia en la boleta, toda vez que observan en las encuestas el crecimiento que tuvo el ala dura en sus regiones en los últimos tiempos.
Francisco Ratto, de San Antonio de Areco; Gustavo Perie, de Ramallo; José Luis Zara, de Carmen de Patagones; y Mariano Uset, de Coronel Rosales, son por ahora el cuarteto de distritos de menor volumen indefinidos. Otro de los territorios con peso electoral es San Miguel, que dirige a control remoto Joaquín de la Torre, uno de los primeros en apostar por Bullrich.
