Desde octubre, Valeria Haurigot es una de las tres vocales en la Cámara de Ejecución Penal y Ejecución Carcelaria. Tras un concurso no exento de polémica, la jueza brindó su primera entrevista, habló sobre la Justicia de Santa Fe, la relación con el gobierno de Maximiliano Pullaro y dejó definiciones sobre el trabajo de la Cámara.
Haurigot recibió a Letra P en su despacho en los Tribunales Provinciales de Rosario, donde trabaja desde que accedió al cargo junto a sus colegas Horacio Pueyrredón y Mario Guedes, tras un concurso que incluyó una protesta del personal judicial el día de la jura, algo que a la magistrada aún hoy le “llama la atención”. “Nunca desaprobé un concurso. Quienes lo han criticado no han visto o no quieren ver el proceso completo”, sostiene.
Además, en la charla habló sobre el rol de los jueces en la provincia, el rol de la renovada Corte Suprema de Santa Fe, la relación con el Poder Ejecutivo, mientras que también dio precisiones sobre los objetivos de la Cámara, el cambio de paradigma en la justicia con una perspectiva de víctima y la situación en las cárceles provinciales, incluyendo a los presos de alto perfil.
El concurso y el funcionamiento de la Cámara de Ejecución Penal
-¿Qué responde a las críticas sobre su designación?
-Considera que esa defensa saldó toda discusión.
-Si yo no puedo defender mi propio concurso ante el jurado desde el punto de vista técnico, no podría resolver con seguridad o con certeza los temas que se traen a mi conocimiento. Quienes han criticado el concurso se han basado en ese primer hito, pero no vieron o no quisieron ver el proceso completo.
-¿Y las críticas, entonces?
-Rendí tres concursos, el de la Cámara es el cuarto. Nunca desaprobé uno. Cumplí con lo que se me pedía y en este proceso en particular, lo aprobé porque puedo defender a lo largo de todas las instancias, incluyendo la entrevista a la Legislatura que está grabada tanto como mi examen para quien lo quiera ver, donde puedo dar fe de cada una de mis respuestas técnicas jurídicas, lo que me hace pensar que la oposición o las críticas no vienen por ese lado. Puede ser que se esté cuestionando otra faceta de mi personalidad o del ejercicio de la magistratura.
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Haurigot recibió a Letra P en su despacho en los Tribunales Provinciales de Rosario.
-¿Pueden alcanzar la unificación de criterios en la Cámara?
-En la inauguración del año judicial, Roberto Falistocco hizo un discurso que trajo mucha claridad y luego lo he escuchado también a Jorge Baclini hablar de la necesidad de que haya una agenda común de trabajo en donde prime la coordinación en la medida de lo posible, acordar ciertos criterios básicos. Viene siendo favorable el trabajo de la Cámara en ese sentido y venimos trabajando bien ordenando los criterios, obviamente sin un avasallamiento de la opinión del otro.
-¿Cuál es el eje de esos acuerdos?
-La misión que se propone la Cámara en esta lógica ordenadora a nivel provincial es que quede claro qué se busca con la ejecución de la pena, que es la reivindicación social, pero también es la defensa de la sociedad y evitar las reincidencias.
La relación de la Justicia con los gobiernos
-¿Qué tipo de relación debe tener la Justicia con los gobiernos?
-Me vuelvo a remitir a las palabras del doctor Falistocco: es un trabajo de agenda conjunta de coordinación.
-En cuanto a la violencia, particularmente en Rosario, ¿está mejor la ciudad y, de ser así, por qué motivos?
-Sería arriesgarme a dar una respuesta sobre la que no tengo un manejo, de los números, de los delitos, etcétera, más de lo que uno puede ver en los medios. Acá se trabajó mucho para bajar los índices delictivos. La Fiscalía, ahora con la conducción de la doctora María Cecilia Vranicich, tiene una gran versatilidad para ir abarcando el fenómeno delictivo apenas sucede y también proyectar soluciones. No es una mala palabra trabajar en conjunto con el Ejecutivo, es lo que debe hacerse sobre todo desde el órgano de persecución. No se llega a esto de un día para otro, hubo un montón de trabajo, lo que pasa que quizás no se ve desde afuera, quedándose con el número, pero las estructuras de la Fiscalía y de la Justicia, los jueces, estamos más preparados para el fenómeno delictivo.
-¿Hubo mejoras con la Justicia federal?
-Hay un compromiso mayor con la implementación del sistema acusatorio que los pone a jugar el partido en igualdad de condiciones que la Justicia provincial. Son muchísimas las cosas que cambiaron y el control en la política penitenciaria, tanto nacional como provincial, es ostensible, visible. No resiste el menor análisis que se puedan realizar comunicaciones desde dentro de la cárcel, no tiene que haber ninguna excepción a que se cometan delitos desde allí.
Qué se espera de los jueces en Santa Fe
-¿Cumplirá un rol preponderante la nueva Corte Suprema para los cambios que se requieren en la Justicia?
-Sí. Leí hace poco una entrevista a Baclini y también a Margarita Zabalza hablando de este punto y los cambios progresivos. No es falta de dedicación al trabajo, sino una visión de la prestación del servicio de Justicia diferente, con más apertura hacia los demás, con mayor necesidad de generar coordinación y consensos.
-¿Cuáles son esos cambios?
-El juez en su despacho, encerrado, exento de lo que pasa alrededor, no existe en la práctica, porque todos miran Twitter, Instagram o las redes que fueran. Ya no podemos hablar de ese perfil decimonónico. Tiene que ser algo totalmente natural el hecho de trabajar de cierta manera de cara a la sociedad y a las respuestas que se nos piden.
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"No es mala palabra trabajar en conjunto con el Ejecutivo", dijo la doctora Haurigot en su entrevista con Letra P.
-¿Se puede lograr ese nuevo perfil?
-Viéndolo desde el lado de la Fiscalía, estás acostumbrado a tener una conexión 24/7 con todo lo que pasa en la ciudad. Ese perfil lo estamos trayendo a la Cámara.
-¿Es más fácil ser juez que fiscal?
-Para nada. Es distinto cómo proponemos el ejercicio de la magistratura. Te estás arriesgando siempre porque sabés que las personas que están presas en este momento, que son las más peligrosas, saben o podrían llegar a saber quiénes son los que están decidiendo sobre su situación. Tenés la última palabra, con lo cual, sin dudas, puede llegar a ser mayor la exposición. Entonces es muy importante, y esto es una condición personal, no sentir miedo, o que no sea algo que paralice el desarrollo del trabajo.