En la apertura de la Jornada organizada por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) en Paraná, los mandatarios le dijeron al ministro de Economía que están dispuestos a acompañar una reforma tributaria en la Argentina, pero no a cualquier costo. El impuesto al cheque y a los combustibles apareció bien claro en la mira de los gobiernos provinciales. “Todo bien con el super IVA, pero primero hablemos de los otros impuestos que nos importan más”, resumió un ministro provincial a Letra P.
La cuota de disrupción estuvo a cargo del contingente bonaerense, en la figura del gobernador y también de su ministro de Producción, Augusto Costa, que participó de un panel y marcó disidencias frente a sus pares. Pidió terminar con la narrativa antirrecaudación que pretende instalar la Casa Rosada y marcó una postura crítica ante el recorte libertario, aunque no cerró la puerta a las conversaciones por un super IVA.
Matices y coincidencias entre gobernadores en Entre Ríos
Aunque las provincias tienen composición productiva y económica diferente, la coincidencia de los mandatarios estuvo en la sintonía hacia el reclamo nacional: “No queremos que nos metan más la mano en el bolsillo”. El impuesto al combustible apareció como el ejemplo claro de una carga nacional que debería redistribuirse en las provincias para obra pública y que brilla por su ausencia. “Entonces, saquémoslo directamente”, pidió un funcionario en una charla de pasillo.
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Rogelio Frigerio fue el anfitrión del encuentro en Entre Ríos. Los gobernadores le dijeron a Toto Caputo "con la nuestra, no".
Otros dos altos funcionarios de áreas de Economía de dos provincias diferentes coincidieron ante Letra P con que no descartan de plano la consideración del super IVA. “Podemos verlo, no hay problema, pero todo dependerá de qué pasa con los otros impuestos”, insistieron. En el mismo sentido se pronunció Frigerio en su discurso. Pidió la eliminación de “las malditas retenciones” y habló de una conjunción “histórica”: “Nunca se dio esta combinación de tan pocos recursos y tantas responsabilidades” en manos de las provincias, dijo.
El anfitrión, que habló casi 20 minutos, no se privó de tirarle un centro a su colega bonaerense, como para que no quedaran dudas de que en esta situación están en la misma. “Lo dijo Axel, verdades del pasado hoy son otros paradigmas”, citó, cuando mencionó los cambios del contexto económico internacional. Sin embargo, no todo fluyó tanto entre ellos.
Cruce entre Rogelio Frigerio y Axel Kicillof
Aunque compartieron mates mientras sus colegas hablaban, Kicillof y Frigerio protagonizaron el cruce de la jornada. El gobernador de Buenos Aires, que fue el primero de los seis en hablar, marcó una clara posición de defensa de la producción y la industria nacionales, en el contexto de la política arancelaria de Donald Trump.
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Axel Kicillof cebó mates en la primera fila del Centro de Convenciones en Paraná. Frigerio aceptó uno y para el segundo le dijo "no, gracias".
“Todos los países del mundo se están cerrando en medio de la guerra comercial, menos uno”, dijo, en referencia a las políticas aperturistas de Javier Milei. Frigerio, que fue el último, se hizo un tiempo para responderle y aseguró que este es “uno de los países más cerrados del mundo”, en referencia al freno que “las malditas retenciones” les ponen a las exportaciones.
El local aprovechó para colar en su discurso un pedido de “humildad” para quienes ya estuvieron al frente de la gestión pública. “Tenemos que entender la complejidad y evitar creernos que tenemos la precisa. A pesar del discurso oficial, Argentina sigue siendo cerrada porque somos de los pocos países que gravan sus exportaciones”, disparó.
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En el vastísimo staff del gobierno entrerriano se ocuparon de marcar las diferencias con el visitante K. En las charlas extraoficiales dejaban bien claro que la coincidencia aparecía sólo en términos de apuntar hacia el gobierno nacional. En ese sentido, un exlegislador nacional del peronismo que estuvo en el evento soltó con sorna que Frigerio invitó a Kicillof para “quedar como el moderado de la tarde”. “Le servía que fuera Axel el vocero de un extremo, Pullaro y Torres en el otro, y Frigerio quedó como el líder del centro”, analizó.
Hablaron seis en Paraná, le pasa a 23
Los seis gobernadores coincidieron también en poner en valor al CFI como un refugio de las provincias y como estructura desde la cual pararse a dar la discusión. El planteo del organismo para organizar la jornada fue escuchar la voz de los gobiernos locales en un escenario donde las provincias puedan planificar un futuro con recursos. “Una hoja de ruta federal”, fue la consigna del encuentro, y Kicillof y Frigerio respondieron en abundancia enfocando sus palabras con ese norte, marcado por Ignacio Lamothe, encargado del organismo, en el inicio de la jornada.
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Según confirmó el CFI, los 23 mandatarios provinciales estaban invitados al convite de este martes en Paraná. Desde Córdoba, Martín Llaryora se excusó marcando que había estado la semana pasada en un encuentro de trabajo con el organismo. Otros estaban de viaje y algunos atendiendo situaciones personales.
Entre los que estuvieron, Ziliotto se destacó porque se ocupó de resaltar que en La Pampa tienen estabilidad fiscal hace rato. En la parte más política de su discurso, pidió enfocarse en las coincidencias y terminar con las disidencias. “Terminemos con la grieta. Todos estamos en la misma”, sentenció.
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Torres y Pullaro fueron de los más vehementes, aunque abordaron el guion del libreto de la planificación federal. El santafesino pidió pensar en el mediano y largo plazo y aseguró que “el crecimiento lo vamos a hacer desde las provincias”. “Estamos dispuestos a discutir lo que el gobierno nacional quiera discutir, pero desde la perspectiva de un interior productivo”, disparó el radical Pullaro. Torres se enfocó en la asimetría que hay en la Argentina y habló de una matriz fiscal “regresiva, distorsiva y centralista”. “Si queremos salir de la Argentina pendular, somos las provincias las que tenemos que trazar el camino”, concedió.
El juego de la silla de Axel Kicillof y un intendente esperanzado
Un intendente aliado de Frigerio, que asstió al Centro Provincial de Convenciones, salió esperanzado ante el mensaje de los gobernadores. “Los intendentes recibimos todos los cascotazos, está bueno que los gobernadores se hagan cargo, porque ellos la ven pasar. A nosotros nos vienen a golpear la puerta los vecinos o nos paran en la calle para reclamarnos la obra pública”, se quejó.
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En las intendencias están en pie de guerra por la caída de la coparticipación. La Liga de intendentes del PJ entrerriana presionó en la semana a Frigerio para que endureciera su posición frente a la Casa Rosada. Este mismo martes por la tarde el gobernador recibía a un grupo de mandatarios locales para plantear el escenario fiscal de las ciudades. “Estamos todos en la misma”, coincidían en los pasillos del CPC.
Sobre el cierre de la jornada y antes de que los gobernadores iniciaran su recorrida por el Mirador Tech que inauguró Frigerio, Kicillof se convirtió en la foto más deseada. Hasta una diputada libertaria, junto a otra radical, se codearon entre la multitud para tener su postal junto al gobernador K.
La perlita del día fue el juego de la silla que jugó Kicillof en la primera fila del salón central del Centro de Convenciones. Como fue el primero en hablar, cada vez que uno de sus colegas se levantaba para ir al estrado, él se movía de asiento. Así terminó al lado de Frigerio, a quién le cebó mates. Frigerio aceptó solo el primero. Para el segundo le dijo “no, gracias”.