LOS BACHES DEL RELATO

Todo lo que Javier Milei no puede responder sobre economía

La entrevista con la BBC y el discurso en EEUU evidenciaron el descalce entre la narrativa presidencial y la realidad de los bolsillos. Una Meca con problemas.

Una entrevista y una serie de hechos azarosos pusieron en blanco sobre negro el creciente descalce entre la narrativa de Javier Milei y una realidad cada vez menos dócil a sus designios.

Uno de los hitos de una jornada plena en señales de ese tipo fue la entrevista que publicó la BBC, en video y en texto, realizada por la periodista Ione Wells. Triple ironía: se trata de una mujer –estas suelen ser frecuentes blancos de la ira del Presidente–, una extranjera –que preguntó lo que un puñado conocido de habitués locales no osa siquiera sugerir– y una profesional de una cadena estatal como la que Milei está cerrando en el país.

Javier Milei y la realidad

Milei tropezó con la misma piedra que Samuel Gelblung le había puesto en el camino en octubre último, justo antes de la primera vuelta que lo llevó al ballotage: la realidad. En esa ocasión, no supo responder cuánto costaban un kilo de carne y un boleto de colectivo, y a cuánto equivalía una jubilación mínima. "Es que yo no hago las compras (y) miro los números agregados, no los particulares, chiquitos", se justificó el hombre que ya entonces prometía motosierra. Ahora no pudo dar cuenta de cuánto aumentó la leche en lo que va de su mandato.

Wells le preguntó y repreguntó siete veces si tenía un mensaje para la gente que está sufriendo por su ajuste, y si podía estimar algún plazo para que llegue el alivio. Milei respondió con el rap conocido de "la inflación que viajaba al 7.500%" –o al 17.000%, no quedó claro–, que los salarios y las jubilaciones se están recuperando y que les está devolviendo un montón de puntos del PBI a los argentinos. A la octava vez, la periodista se rindió: "Entonces parece que el mensaje a esas personas es simplemente esperar un poco más", concluyó.

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En el medio, y en varios tramos posteriores, el jefe de Estado pareció flamear como una bandera blanca y esgrimió argumentos que no pasarían el filtro de una materia del CBC de Economía.

Por un lado, el ya remanido recurso de anualizar la inflación mayorista de un solo mes –diciembre–, encima llevada a las nubes por la devaluación qué el mismo fijó en un 44%.

Además, porque negó lo que es un consenso unánime de los economistas: que al menos un tercio del costo del ajuste se explica por la licuación de las jubilaciones.

De la mano de eso, porque afirmó que el 90% de la austeridad lo está pagando "la casta", algo que no resiste análisis.

Cuarto, porque aseveró que el ajuste les devolverá a los argentinos hacia fin de año 15 puntos del PBI, dinero que nadie sabe dónde está para ir a buscarlo. ¿Se referirá a deuda que el Tesoro deja de tomar y que se convertiría en financiamiento para el sector privado?

Quinto, y más raro aun, se preguntó "¿dónde está el ajuste?" dado que, según sus números, las jubilaciones pasaron de 80 a 200 dólares. Una de dos: o lo traiciona el inconciente y admite que la mileinomía le está restando aceleradamente competitividad al país o piensa que los jubilados, en lugar de comprar medicamentos para la presión, deberían apostar al dólar MEP.

"Meca de Occidente"

Argentina, su Argentina, puede ser "la Roma del siglo XXI" y "la nueva meca de Occidente". Así, grandilocuente, arengó Milei a los "héroes" del capitalismo al intervenir en la conferencia que el Instituto Milken lleva a cabo en Los Ángeles.

Antes de su discurso, el jefe de Estado se reunió con el titular de dicho foro, Michael Milken. Como recordó despertar, el newsletter de Letra P, el financista, conocido en su momento de auge como el "rey de los bonos basura", fue condenado en 1990 a diez años de cárcel y al pago de 600 millones de dólares por fraude, manipulación de precios y evasión, antecedente del que lo sacó un indulto de Donald Trump en 2020.

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Ocurre que el presente sigue siendo desafiante en La Meca. Mientras el Presidente habla de un país que ofrece oportunidades enormes, no queda claro cómo seguirá el descenso de la inflación, qué pasará con el tipo de cambio y hasta qué punto la sociedad seguirá siendo dócil ante su atención excluyente por los grandes números agregados.

Más en concreto, para disgusto de buena parte del Círculo Rojo, ayer mismo el Gobierno decidió aplicar el 17,5% del impuesto PAIS a la compra de divisas para el giro de utilidades y dividendos, así como para quienes suscriban los BOPREAL, la inédita deuda en dólares que acumula el Banco Central.

El relato hace agua. ¿Alguien escucha?

La depresión de Javier Milei: economía en caída.
Javier Milei en la apertura de sesiones ordinarias.

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