El primer test de la semana sobre el dólar no podría haber resultado más adverso para el Gobierno, y el suelo parece un tembladeral para más y más piezas del funcionariado. Si la semana pasada la crisis se llevó puestos al exjefe de Asesores de la Presidencia Antonio Aracre y la ficción de la reelección de Alberto Fernández, en la noche del lunes el que temía por su estabilidad era el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. Amigo del Presidente y sobreviviente de mil zozobras, el titular de la autoridad monetaria está seguro de haber quedado bajo el fuego de Sergio Massa.
Pesce fue citado por Fernández, con quien estuvo reunido dos horas al cabo de una rueda de furia.
El dólar blue se disparó 20 pesos –4,52%– hasta los 462 pesos, una tendencia insostenible si se tiene en cuenta que viene de una suba del 10,5% en la última semana.
Mientras, los tipos de cambio paralelos legales, el "contado con liquidación" y el "MEP", en los que el Gobierno interviene a través de la controvertida venta de títulos públicos en pesos, también cerraron arriba.
Así, la brecha con el oficial vuela otra vez por encima de un peligroso 100%, un llamador para una inflación aún mayor.
Una manera tradicional de prevenir la dolarización de carteras como la que está ocurriendo es subir la tasa de interés para premiar mejor los plazos fijos en moneda nacional. La semana pasada se produjo un incremento, pero evidentemente para el mercado no fue suficiente para asegurar ganancias por encima de una inflación que se espera más y más elevada. La fidelidad tiene precio.
Al cierre de esta nota, Pesce pretendía resistir, tal como lo hizo cuando la caída en desgracia de Martín Guzmán no se lo llevó puesto, lo que acaso preanuncie posibles retoques adicionales de la tasa. Confía para permanecer en el respaldo del jefe de Estado, quien tampoco quiere entregar una cabeza largamente reclamada por el cristinismo.
Massa le probó la semana pasada al Presidente que su permanencia en el Palacio de Hacienda es el único –aunque relativo– reaseguro de estabilidad del Gobierno, pero el titular del Central duda sobre si la presión del ministro apunta a condicionarlo o a voltearlo. Las próximas serán horas cruciales para saberlo y mucho dependerá de lo que siga ocurriendo en el turbulento mercado cambiario.
El precio de la estabilidad
Subir la tasa de interés –el costo del dinero– no es inocuo. Hacerla fuertemente positiva normalmente implica una paralización del crédito y tiene efectos recesivos. Lo "bueno" es que en Argentina prácticamente no hay crédito. Esto, dicho como una humorada, desde ya.
El INDEC difundió este lunes el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de febrero, anticipo de los datos de PBI. El saldo fue un avance minúsculo de 0,2% respecto de igual mes de 2022 y, en términos desestacionalizados, un cero perfectamente redondo. En la foto vieja de hace casi dos meses, la economía ya estaba estancada. ¿Está ahora en recesión?
Preguntas… ¿y respuestas?
Las preguntas se agolpan. ¿Alcanza a esta altura con subir la tasa para fidelizar las inversiones en moneda nacional? ¿Hay, en efecto, alguna tasa suficiente? ¿Eso, anclar las colocaciones en pesos, se convertirá en una imposibilidad creciente a lo largo de una campaña electoral en la que candidatos y candidatas relevantes hablarán de dolarización a paridades extravagantes o de una apertura intrépida del cepo?
La continuidad de la disparada del dólar lleva a los medios a explicar las causas: podés encontrar notas al respecto acá, acá y acá. Sin embargo, quienes siguen este espacio ya se habían enterado de que el problema no pasaba por los off the record de Aracre y que la falta aguda de reservas y el conocido sobrante de pesos se sumaron a expectativas de inflación creciente y, sobre todo, a la incertidumbre sobre el valor del dólar tras el cambio de gobierno.
Suele ocurrir que cuando se dice que el dólar "no tiene techo", este en verdad está cerca. Se verá… Aunque en la coyuntura actual, de imbricación tan enrevesada entre la situación económica y política, eso es difícil de determinar, podría ocurrir que esta etapa de la corrida contra el peso termine por autolimitarse. Sin embargo, lo más delicado es que la incertidumbre que seguirán generando propuestas como las de Javier Milei y Patricia Bullrich podrían convertir el mercado en una olla a presión en las semanas y meses por venir.
Soldados de Dios
"Hay una frase que dice que Dios convoca a sus mejores soldados para las batallas más difíciles. No somos Dios, pero era una batalla difícil y en las batallas difíciles es cuando uno más muestra la templanza, la determinación", dijo Massa en el CCK este lunes durante el anuncio de obras de la intervención de Edesur. Mientras, en la Casa Rosada, Pesce visitaba al Presidente…
Acelerar el ingreso de divisas en base al dólar agro, inversiones extranjeras previstas y aportes de organismos internacionales son los objetivos del ministro para vencer en una batalla en la que se juega mucho más que su candidatura presidencial de este año; en evitar un estallido cambiario podría irle la vida política.
Toda cruzada, claro, tiene un enemigo. La denuncia de Sergio Chodos de que Hernán Lacunza, Guido Sandleris y Alfonso Prat-Gay le pidieron al Fondo Monetario Internacional (FMI) que le corte el oxígeno al país llevó al abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten a demandarlos penalmente por “traición a la patria". La oposición, claro, trinó contra el Gobierno.
Tanto, tanto ruido.