Los sectores más duros de la CGT lograron este jueves vencer las resistencias de los gremios dialoguistas para forzar la convocatoria a un paro general el próximo 24 de enero, que incluirá una masiva movilización al Congreso contra el DNU y la ley ómnibus que presentó el gobierno deJavier Milei. La medida de fuerza, la primera en los últimos cuatro años, fue impulsada desde la conducción de la central obrera por los triunviros Héctor Daer y Pablo Moyano, luego de que fracasaran en los últimos días las gestiones para lograr un canal de diálogo con la Casa Rosada a través del ministro del Interior Guillermo Francos.
La medida de fuerza de la CGT era reclamada desde adentro por los gremios más combativos y desde fuera por sectores de la izquierda sindical. La protesta contará con la adhesión de las dos CTA y la UTEP, que también marcharán al Congreso en la antesala del inicio del tratamiento legislativo de la ley ómnibus de fuerte desregulación de la economía. Antes del 24 habrá una primera parada en el plan de lucha cegetista: se abrirá el Salón Felipe Vallese de la sede de la calle Azopardo para una reunión de regionales que darán un mensaje político a los legisladores peronistas para combatir contra el paquete de medidas del Gobierno.
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En la CGT había consenso sobre la idea de dejar madurar el malestar gremial y no apurar la convocatoria a un paro general, una medida que la central tomó por última vez en el tramo final del gobierno de Mauricio Macri y archivó en la gestión Alberto Fernández. La hoja de la ruta de la central contemplaba un verano caliente y tal vez el llamado a un paro recién para abril. Pero la vorágine de los últimos días y la idea de que el gobierno de Milei no tiene ninguna intención de abrir negociaciones con la central apuraron los tiempos.
Marcha testimonial y malestar
La antesala a la reunión del Confederal de este jueves fue la marcha testimonial del la CGT del miércoles, en la que los gremios de la central salieron a la calle con columnas acotadas para respaldar frente a Tribunales la presentación judicial. La respuesta a la marcha fue el anuncio por parte del gobierno del envío al Congreso de la ley ómnibus; y la difusión de una foto en la que se veía a la ministra de Capital Humano y al secretario de Trabajo Omar Yasín junto al titular de Empleados de Comercio, Armando Cavalieri, confirmando que ese gremio adherirá al sistema de fondos de cese pagados por los propios trabajadores para reemplazar las indemnizaciones, una propuesta contenida en ese proyecto del Ejecutivo.
Fue la gota que rebalsó el vaso. Antes de la reunión del Confederal del jueves al mediodía, Daer, uno de los triunviros, y el titular de la Bancaria Sergio Palazzo anticiparon su posición a favor del llamado al paro general para las próximas semanas. Ambos, el primero del sector de los "Gordos" y el segundo, de la Corriente Federal más identificada con el kirchnerismo, compartían postura con Pablo Moyano y Omar Plaini, cercano al camionero. Abel Furlán, de UOM, también votó a favor del paro general. Estuvieron en el Confederal además Gerardo Martínez de UOCRA y Andrés Rodríguez de UPCN, además José Luis Lingeri y Sergio Sasia, entre otros.
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En el Confederal, las posturas fueron muy duras contra Milei. "Nosotros no necesitamos ayuda de 'Las fuerzas del cielo', Jesús bajó y caminó junto a los trabajadores", lanzó Daer. "Al enviado del cielo le importa un carajo el Congreso y los trabajadores. A él lo votaron para que gobierne y a nosotros nos votaron para defender a los trabajadores", dijo Moyano.
Las posturas que todavia apostaban por esperar e intentar abrir canales de diálogo se fueron cayendo. Y la CGT volverá a las calles el 24 de enero, la segunda parada de un plan de lucha que promete seguir in crescendo.