19N SEGUNDA VUELTA

Sergio Massa se mira en el espejo 2015 y tiembla: ¿dónde va ahora el voto suelto anti-K?

Aquel año, el ministro fue Patricia Bullrich: 21% combatiendo a CFK. De su cosecha salió la victoria de Macri en el ballotage. 2023: parecidos y diferencias.

Sergio Massa ya ganó. Como Patricia Bullrich había ganado las PASO antes de jugarlas y Javier Milei había vencido en la primera vuelta antes de que se abrieran las urnas, ahora el zodíaco político anticipa, casi como una verdad revelada, el triunfo del hincha de Tigre en el ballotage del 19 de noviembre. Cuidado: si el candidato de Unión por la Patria se asoma al espejo retrovisor y achina los ojos para enfocar en 2015, la imagen que se le aparece es aterradora.

Massa fue Bullrich en el proceso electoral que se desarrolló durante el último año de la segunda presidencia de Cristina Fernández Fernández. Con discurso duro anti-K, como el que este año guió la campaña de la candidata PRO, se presentó a las elecciones presidenciales como el peronismo bueno que iba a sacar de la cancha a “los ñoquis de La Cámpora”. No le alcanzó para tanto, pero se plantó como una tercera fuerza poderosa parado sobre una montaña de votos.

Las fotos de las primeras vueltas de 2015 y 2023 ofrecen notables coincidencias:

2015:

Mauricio Macri 34,1%

Sergio Massa 21,4%

2023:

Sergio Massa 36,7%

Javier Milei 30%

Patricia Bullrich 23,8%

Lo que asusta a Massa es el comportamiento del electorado en el tránsito de la primera a la segunda vuelta de 2015, cuando el que había salido primero (Scioli) terminó perdiendo con el que había salido segundo (Macri). Él lo sabe: de su 21% salió buena parte de la victoria de Cambiemos. (Ejercicio contrafáctico: si Massa no hubiera abandonado el Frente para la Victoria –si CFK no lo hubiera empujado a irse-, ¿el peronismo unido habría arrasado en las urnas de aquel año y otra habría sido la historia?).

Hay diferencias importantes entre los dos procesos electorales. Las cuartas fuerzas, por ejemplo. En 2015 fue la izquierda, con Nicolás del Caño al frente: 3,2%. En 2023 es el cordobesismo, con Juan Schiaretti en la boleta: un más robusto 6,8%. En 2015, Margarita Stolbizer y Adolfo Rodríguez Saá reunieron un 4%. En 2023, Myriam Bregman se acercó al 3%.

¿Y ahora?

Un sondeo que intenta determinar hacia dónde migrará el 33% de votos que quedaron sueltos el domingo pasado le devuelve un poco el alma al cuerpo al ministro. El estudio de Proyección Consultores realizado el lunes y el martes, inmediatamente después de la primera vuelta, sugiere que el 23% de Pato Bullrich no es una bandada compacta que, guiada por el instinto anti-K, vuela derecho hacia las costas de La Libertad Avanza, sino que sufre una fuerte dispersión.

Según ese trabajo, que arroja un empate técnico entre Massa y Milei en términos de imagen positiva y negativa, el 24,1% de quienes votaron a Juntos por el Cambio lo hará por LLA el en el ballotage, pero el 14,1% se inclinaría por Unión por la Patria. El resto es un enorme universo de indecisión (19,7%), votos en blanco e impugnaciones (19,7%) y ausentismo (22,4%).

PROYECCION - Informe Nacional Balotaje 2023_page-0009.jpg

Los dos contendientes que pasaron a la final fidelizan más del 90% de sus respaldos, pero lo hace más el ministro: el 97% de las personas que lo votaron el domingo pasado volverá a apoyarlo en el ballotage, en tanto ese porcentaje cae seis puntos, hasta el 91%, en el caso del ultraderechista de la motosierra.

Importante es el resultado del sondeo respecto del comportamiento que tendrían las porciones del electorado que votaron por Schiaretti y Bregman.

Pese a que anduvo coqueteando con el libertario, el 42% de las adhesiones del cordobés iría a parar a la canasta massista, en tanto sólo el 10,8% optaría por la propuesta anarcocapitalista.

Pese a la pulsión abstencionista que suele dominar al Club de Fans de León Trotsky, un 59% de esa barra confesó que el 19 de noviembre metería en la urna la boleta de Unión por la Patria y sólo (¿sólo, Myriam?) el 10,1% elegiría la del otro León, el que ruge las consignas de la ultraderecha.

Proyección ballotage 23 y 24-10.jpeg

De esos comportamientos surgen los índices de intención de voto: si la segunda vuelta hubiese sido en el momento de la consulta, el 44,6% habría votado por Massa y el 34,2% a MIlei; un 8,3% no habría sabido qué hacer, un 5,9% habría votado en blanco o habría impugnado su voto y un 7% se habría quedado en la casa.

Tranquilo, Sergio: al parecer, mañana es mejor, aunque todo es posible en la dimensión descosida de las elecciones argentinas 2023.

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