Como ocurrió con su reforma de Ganancias, el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, consiguió una alianza heterogénea en la Cámara de Diputados para aprobar este martes el proyecto de devolución del IVA por compra de alimentos, otra de las iniciativas presentadas para su campaña electoral. Tal es así que fue enviada al Senado con respaldo de dos de sus rivales en las elecciones del 22 de octubre: el aspirante de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei; y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, quien ayudó con sus dos diputados afines. También colaboraron el socialismo y la izquierda.
Tal como relató Letra P, el Frente de Todos estuvo cerca de quedarse sin cuórum porque Juntos por el Cambio, LLA y la izquierda se negaron a colaborar. La sesión se inició a las 12.30 con 129 votos, lo justo, para lo que fue clave el ingreso al recinto de Graciela Camaño, de la dupla socialista (Mónica Fein y Enrique Estévez) y de la de schiarettistas (Carlos Gutiérrez e Ignacio García Aresca). Este quinteto comparte el interbloque federal con Alejandro Topo Rodríguez y Natalia De la Sota, quienes después de las primarias se acercaron al oficialismo. Lo completa el candidato a vicepresidente Florencio Randazzo, quien no participó de la sesión.
La ley fue aprobada con 134 votos, 107 abstenciones y no tuvo rechazos. JxC se abstuvo y defendió su dictamen de minoría, que acota la devolución de IVA hasta el 9 de diciembre, la amplía a trabajadores informales y le impide al Gobierno financiarse con emisión monetaria. "No los vamos a acompañar a la hiperinflación, así que vamos a abstenernos", anunció Silvia Lospennato, del PRO. La diputada pidió agregar la restricción monetaria durante la votación de cada artículo, pero Milei, esta vez, no estaba distraído y la respaldó.
El candidato de la Libertad Avanza no participó del debate y sólo fue al recinto a votar. No escuchó como la mayoría de los oradores de JxC lo responsabilizó junto a Massa por la corrida cambiaria de esta semana. Su decisión de respaldar el proyecto de Massa, anticipada por Letra P, recién la tomó por la mañana y se la comunicó a sus dos aliadas: Victoria Villarruel y Carolina Piparo.
La iniciativa del ministro de Economía deja fijo desde 2024 un beneficio que ya se implementó por decreto y consiste en el retorno a las cuentas de los consumidores de lo pagado en concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA) por la compra de alimentos de la canasta básica. Sólo alcanzaría a los jubilados, pensionados y empleados o monotributistas con hasta seis salarios mínimos. Quedan excluidos los autónomos y quienes estén gravados con el impuesto a las Ganancias.
El reintegro mensual previsto no podrá superar el 21 % del valor de la CBA y el gobierno queda facultado a remover las alícuotas a gusto, otro de los aspectos del proyecto que cuestiona JxC.
Riesgo de una híperinflación
La principal crítica de JxC al proyecto fue el costo fiscal de la medida, que la Oficina de Presupuesto del Congreso calculó en 1,29%. La mitad recae en las provincias, porque el impuesto es coparticipable, y no está prevista una fuente de financiamiento. El Gobierno confía en que una parte será con la recaudación que habrá por el mayor consumo.
"El costo es de 1,1 del PBI porque hay que descontar los conceptos de devolución de IVA que ya están en marcha", corrigió el diputado Carlos Heller, del Frente de Todos, encargado de defender el proyecto. El presidente del Banco Credicoop se preocupó en negar que estos beneficios sean financiados con emisión monetaria.
"Si tomamos los datos de 2022 es mentira que hay un aumento de la inflación. La base monetaria se redujo en un 25% y el M3 privado cayó un 1,8%. Como ratio del PBI está en 3,4%, mínimo valor desde la salida de la convertibilidad. La emisión monetaria no es la locomotora de la inflación", se defendió.
"Lo que está faltando es políticas de distribución. La torta creció, pero las porciones para algunos son demasiado grandes", exigió Heller y le propuso a la oposición tener un sistema fiscal progresivo. "Tratemos la separata del presupuesto, que tiene gastos tributarios por 4,72%. El déficit es 0,9%. Aparecen cosas como los inmuebles rurales en el exterior".
Le respondió Alejandro Cacace, de Evolución Radical, uno de los autores del dictamen opositor. "Cuando la inflación sube, la demanda de dinero cae, porque uno se desprende de él y por eso baja la tasa monetaria. ¡No lo tome como un índice para festejar! ¡Sino como que Argentina se está yendo a una hiper inflación!", gritó.
"Nosotros -continuó el puntano- volvemos a dar el discurso de responsabilidad. Porque, de lo contrario, tenemos un candidato que le echa leña al fuego con sus declaraciones; y otro, que emite los papeles para encender el fuego", en clara alusión a Milei y a Massa.
El oficialista Eduardo Toniolli, destacó que las provincias serán beneficiadas por el aumento de la recaudación de ingresos brutos. "Tenemos que entender que este proyecto se destina a los trabajadores", remarcó.
No convenció a JxC, cuyos referentes insistieron en que la medida no es oportuna ni traerá los resultados esperados. “Mientras que acá discutimos teorías, cada uno de los argentinos que va al supermercado ve que la leche sube, la carne sube, y no entiende de base monetaria, lo que sí entiende es que el bolsillo cada día le alcanza menos”, se alarmó Víctor Romero, de la UCR.
"Estamos ante el clientelismo más brutal de la historia argentina y debemos lidiar sin moneda, con inflación galopante y más de 2.000 puntos de riesgo país”, dijo en el discurso de cierre Rodrigo de Loredo, de Evolución Radical, quien se ganó una chicana del jefe del bloque del oficialismo, Germán Martínez.
“No sabía si hablaba alguien de La Libertad Avanza o Evolución Radical”, dijo el santafesino. “Hay 50 millones de pesos que han quedado en el bolsillo de los argentinos por los reintegros. No hay que perder la orientación que tiene que tener un espacio político hacia una mejor justicia social”, concluyó.
