El lanzamiento a media lengua del embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, a la carrera por la Casa Rosada fue previamente chequeado con dos de los tres socios grandes del Frente de Todos: habló con el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner; el ministro Sergio Massa, la tercera pata de la mesa, no estuvo en esa lista corta. En el entorno del exgobernador bonaerense vislumbran, además, un escenario de interna a su medida, solo a los efectos de darle volumen a la coalición frente a una oposición que tiene varios candidatos. En ese escenario, claro, el Presidente y CFK no competirían.
“Soy el mismo Daniel de siempre, con más fe y esperanza que nunca. Cuentan conmigo”, publicó en la carta a través de sus redes sociales para, en un estado de sciolismo puro, sumarse elípticamente a la competencia por la presidencia.
Según pudo saber Letra P de fuentes de su círculo íntimo, el embajador habló con Cristina y luego con el Presidente, durante el vuelo que los trasladó el jueves a una actividad que compartieron en la provincia de Misiones. Scioli había dicho ya, tanto en público como en privado, que sólo sería candidato si Fernández no se presentaba. Mantiene la posición, pero en el sciolismo creen que el visto bueno del Presidente al lanzamiento de Scioli es una señal en sentido inverso a lo que este martes pregonaron Santiago Cafiero y Victoria Tolosa Paz, dos albertistas de la primera hora, quienes dijeron que “es candidato” y es “el mejor” del peronismo.
“Si sacó la carta es un indicio claro de que sabe que Alberto no va a jugar; de lo contrario no lo hubiera hecho”, enfatizó a Letra P un exfuncionario bonaerense durante la gestión de Scioli en Buenos Aires. La misma persona cree “muy improbable” que la vicepresidenta acepte ser nuevamente candidata a presidenta, “por más clamor que haya”.
Según pudo recolectar este medio, Scioli no espera ser un candidato de consenso, sino uno que se fortaleza con una interna a medida, de la cual, a la luz de los números de la inflación, Massa no participaría. Ante la consulta sobre quiénes podrían entrar en esa compulsa, mencionan a los gobernadores Juan Manzur (Tucumán) y Jorge Capitanich (Chaco). En esa lógica, el ministro Eduardo de Pedro quedaría afuera.
Montados en esa empresa, desde el entorno del exmotonauta no subestiman lo que pueda pasar con una posible postulación de Massa, aunque consideran que le será difícil con una inflación que no se encauza y siempre a tiro de “una posible devaluación forzada”, sin suficientes reservas como para garantizar la estabilidad. “Es casi suicida que Sergio sea candidato, pero hay que esperar”, dicen en el entorno de Scioli.
Massa y Scioli mantienen un enfrentamiento de larga data, principalmente, desde los años del segundo al frente de la gobernación bonaerense y del primero en las filas opositoras. La vigencia de ese malestar del massismo con el ahora embajador quedó de manifiesto en el breve desembarco de Scioli en el gabinete nacional, al frente de la cartera de Producción que poco tiempo después fue parte del superministerio que Fernández le armó al hincha de Tigre.
Como sea, más allá de la carta, diversas fuentes cercanas a Scioli coincidieron en que, por ahora, no va a haber un respaldo explícito a una candidatura presidencial, ya que su núcleo más cercano ocupa funciones en diferentes cargos a nivel nacional, provincial y municipales y esperarán hasta que aclare el panorama en la superestructura. “Para qué vamos a salir ahora; por ahí, todo cambia en quince días y quedamos pedaleando en el aire”, graficó a Letra P alguien que se entusiasma con una revancha del Pichichi. Por ahora, la única cara visible del sciolis es la de su exjefe de Gabinete, Alberto Pérez.
En el sciolismo afirman además que tampoco será necesario armar una estructura propia que empuje su campaña, ya que, eventualmente, la idea es recostarse en el apoyo de las estructuras existentes, principalmente las institucionales, como el caso de los intendentes. En el peronismo tiene rango de cosa juzgada impedir que candidatuas en la superestructura dividan en el pago chico. Dicho de otro modo: ante una posible interna presidencial, los intendentes e intendentas irían colgados de todas las listas.
En ese marco, sería clave el apoyo de Axel Kicillof, el gobernador de la provincia que concentra el 38 por ciento del padrón electoral. Por las dudas, ya hubo centros a la olla: días atrás, la tradicional agrupación sciolista La Juan Domingo empapeló La Plata con la consigna “Axel Kicillof Gobernador”.