Una vez que supere la discusión por la reforma previsional, Unidos para Cambiar Santa Fe se meterá de lleno en el debate por la reforma constitucional, con una coincidencia incipiente: votar convencionales constituyentes en 2025, junto a las legislativas locales. El gobernador Maximiliano Pullaro, por el momento, delega la rosca en la Legislatura.
Las principales espadas del oficialismo en Diputados tienen proyecto de reforma de la Constitución presentado. El socialista Joaquín Blanco reingresó el que ya había presentado el exgobernador Miguel Lifschitz en 2018. El radical José Corral presentó el suyo, apalabrado con su partido, aunque firmado en soledad. También se sumó en la compulsa el legislador y pastor evangelista Walter Ghione. La peronista Lucila De Ponti también tiene el suyo. Nadie se quiere perder una jugada que aportará centralidad y visibilidad.
El contenido no será menor. Santa Fe es, junto a Mendoza, la provincia que más atraso lleva en la materia: hace 62 años que no se retoca la carta magna. Hay una significante cantidad de derechos que merecen su inclusión en el nuevo documento, eso no está puesto en discusión.
Momento propicio para Unidos para Cambiar Santa Fe
La coyuntura, a la vez, es propicia. Unidos ostenta una supremacía contundente sobre la Legislatura, pero el peronismo –la principal oposición– no va a rechazar el debate. Con ese marco, el acuerdo mayoritario para abrir el debate está cerrado.
Hay temas, como por ejemplo la reelección del actual gobernador, que pueden detonar una bomba difícil de desactivar, pero se priorizará un núcleo de coincidencias básicas para luego intentar destrabar lo árido.
Cuando se sancione la ley de necesidad de reforma, antes de fin de año según las estimaciones legislativas, arranca otro proceso mayúsculo: la convocatoria a elecciones de 69 convencionales constituyentes, quienes finalmente serán los encargados y encargadas de redactar y consensuar la nueva Constitución santafesina.
Otra elección en Santa Fe
El grueso de Unidos trabaja con la idea de votar convencionales en el primer semestre de 2025, junto con las legislativas locales. Y si bien la ley electoral provincial determina que se debe sufragar con sistema de Boleta Única, hay una intención del radicalismo –en la figura de Corral– de hacer una modificación excepcional para dicha contienda.
La Boleta Única santafesina se divide por papeletas, en función de la cantidad de categorías en las que se compita. En todos los pueblos se renuevan las comisiones comunales (es cada dos años) y en la mayoría de las ciudades solo se votarán concejalías, a excepción de una veintena de casos donde también hay que renovar la intendencia.
José Corral, el radical que metió proyecto de reforma
Corral carbura el plan de, solo para esta elección, imitar a la boleta única cordobesa, que tiene una sola papeleta donde agrupa todas las categorías y contiene la opción de elegir toda la tira de un frente político con solo el marcado de una tilde. Dicho formato nunca existió en Santa Fe.
De esa manera, Unidos podría –de la mano de un candidato o candidata potente– arrastrar la propia lista de convencionales y el resto de las categorías. Pero, en esta coyuntura, ¿quién podría poner el pecho por toda la escudería para garantizar la victoria? ¿Pullaro?
No es lo único que resta resolver. También hay que definir cómo se arriba al número de 69 convencionales constituyentes. Corral, por ejemplo, plantea que 50 se elijan por distrito único y uno por departamento para los 19 restantes. En este ejemplo, ya serían dos las categorías en el caso de que se adopte la boleta única que hoy impera en la provincia.
Esa es una mirada. Pero el socialista Blanco prefiere que todos y todas las convencionales se elijan por distrito único. De Ponti, del Movimiento Evita, comparte el criterio. En los tres ejemplos citados se plantea utilizar el sistema D'Hondt para la distribución de las bancas constituyentes.