Aunque la reelección de Maximiliano Pullaro se lleve todas las luces, hay otros temas en la discusión por la reftemaorma constitucional que cargan con la misma tensión. Es el caso de la reelección indefinida de los intendentes, a la que la UCR le quiere poner un tope y que puede encontrar resistencia en los caciques comunales.
De acuerdo al calendario que trazó Felipe Michlig, faltan pocos días para que se conozca el proyecto de reforma que la Unión Cívica Radical llevará a la mesa de negociaciones con el socialismo. Según los temas que se vienen debatiendo sottovoce, es más que probable que ese documento incluya algún tope a las reelecciones de los alcaldes, un tema espinoso que puede poner en guardia a más de un intendente.
Tampoco es cuestión de levantar la guardia antes de tiempo: todos los operadores que intervienen en la rosca por la reforma coincidieron en poner en duda que se llegue para el 20 de agosto, la fecha señalada por Michlig. El volumen de trabajo no es menor, más aún cuando es una preocupación que la nueva carta magna tenga una técnica legislativa solvente. Además, alcanzar consensos lleva su tiempo y, aunque la voluntad política de avanzar sea coincidente, nadie quiere apurar a nadie para no sumarle tensiones al proceso.
La reelección de los intendentes de Santa Fe, en la mira
En Santa Fe, los intendentes -al igual que el resto de los cargos electivos salvo el de gobernador- tienen reelección indefinida. Es un fenómeno que se aprecia especialmente en localidades medianas o pequeñas, dado que en Rosario existe una tradición tácita entre los aspirantes al Palacio de los Leones de no extenderse más allá de dos mandatos y en la ciudad capital solo José Corral tiene el extraño récord de haber sido el único intendente que logró ser reelecto.
Rodeadas por el clima reformista, voces dentro de Unidos para Cambiar Santa Fe empezaron a poner sobre la mesa el tema. “Si el gobernador tiene un límite temporal no hay razón para que un intendente no lo tenga”, razonó un operador que participa de las negociaciones. La decisión de limitar la posibilidad de reelegir intendentes abre, a su vez, otras líneas de debate: por ejemplo, la definición sobre qué mandato contará como el primero en el caso de los intendentes que estén en el cargo cuando se jure la nueva Constitución.EEl punto
La discusión se da en el marco de un tópico superior: el de la autonomía municipal. Si se habilita que los municipios –o por lo menos los más grandes– tenga su carta orgánica, ¿podrán definir allí las aristas relacionadas a la reelección local? Todavía no hay una postura unificada en Unidos sobre cuáles serán los límites a la autonomía de las ciudades, que es un mandato de la Constitución nacional y al que conceptualmente adhieren todos los partidos.
En lo que sí existe consenso pleno es en extender el mandato de los miembros de las comisiones comunales –pueblos de menos de 10 mil habitantes– de dos a cuatro años. Más aún, en el aire está la posibilidad de que los concejos municipales renueven la totalidad de su composición cada cuatro años y no por mitades cada dos, con lo cual quedarían eliminado de hecho el turno electoral de medio término. Sólo quedarían desacompasadas dos decenas de ciudades que por razones locales –fallecimiento, destitución o recategorización a ciudad– la elección está descalzada con los comicios de a provincia.
Reelección legislativa, ¿a salvo en Santa Fe?
Ponerle un límite a la reelección de cargos legislativos -senadores, diputados, concejales- es más complejo. La iniciativa no logra un acuerdo tan claro ni dentro de la propia Unión Cívica Radical. Una opción, impulsada por un operador con silla en la mesa de negociación, es limitar todos los mandatos sin distinción. Sin embargo, en un ejercicio brutal de pragmatismo, este operador reconoce que será decisiva la intensidad del sentimiento anti política cuando el tema cope la agenda.
Del otro lado, hay quienes despliegan razones para defender la reelección indefinida en cargos legislativos. Son quienes arguyen que se trata de cuerpos colegiados, que por su propio diseño impiden que exista la concentración nociva de poder que se busca evitar en cargos ejecutivos. También señalan que por ciertas complejidades del oficio parlamentario, aquellos que ocupan un escaño más tiempo tienden a ser mejores legisladores.
Lo que ponen en juego Unidos para Cambiar Santa Fe y el peronismo
De los 65 municipios que tiene Santa Fe, en 19 el alcalde -son todos varones- va por su tercer mandato o más. Lo llamativo es que casi no hay armados locales, son todos de Unidos para Cambiar Santa Fe o del peronismo. La única excepción es Javier Meyer, quien llegó al municipio de Las Rosas en 2015 de la mano del PRO pero luego devino en vecinalista, aunque -vaya paradoja- con una fuerte impronta libertaria.
El récord es el del peronista Carlos de Grandis, intendente de Puerto General San Martín desde 2001 -seis mandatos-. Es uno de los ocho intendentes justicialistas -sobre trece que hay en la provincia- en esa situación: lo siguen Ruben Cuello, a cargo de Calchaquí desde 2007; Adrián Maglia, alcalde de Granadero Baigorria desde 2014; y otros seis más que gobiernan desde 2015: Enrique Vallejos en Reconquista, Horacio Compagnucci en Las Parejas, Daniel Cinalli en Capitán Bermúdez, Pablo Corsalini en Pérez y Jorge Berti en Villa Constitución.
Unidos, que ostenta el control de 39 municipalidades santafesinas, tiene a diez intendentes entre sus filas con tres mandatos o más. El ranking lo lidera Leonardo Raimundo, cacique de San Lorenzo desde 2007, y lo secunda Leandro Chamorro, al frente de Las Toscas desde 2009. Luego, hay tres que gobiernan desde 2011 -Leonel Maximino en Firmat, Norberto Gizzi en Villa Cañás y Hugo Boscarol en Suardi- y cinco desde 2015: Nicolás Cuesta en San Justo, Sergio Ramseyer en Romang, Natalio Lattanzi en Rufino, Alberto Ricci en Villa Gobernador Gálvez y Martín Gherardi en Pueblo Esther.