La negociación por el reglamento toma color a una semana de la Convención Constituyente de Santa Fe.
A una semana exacta del comienzo de la Convención Constituyente de Santa Fe, Unidos y el peronismo tuvieron su primera reunión bilateral para acordar cuestiones relativas -principalmente- al reglamento del cuerpo legislativo que reformará la Constitución. Aunque fue una reunión de tono formal y “en buenos términos”, ya asomó un primer ruido entre ambos espacios.
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La cita fue en el Senado, donde jugó como anfitriona Gisela Scaglia- flamante gobernadora en funciones ante el viaje a Estados Unidosde Maximiliano Pullaro-. El oficialismo fue con su plana política mayor: estuvieron el ministro de Gobierno Fabián Bastía; el secretario de Cooperación Cristian Cunha; el de Vinculación Institucional Julián Galdeano; el de la Gobernación Juan Cruz Candido; y la convencional del socialismo Lionella Cattalini. Por el lado del peronismo, estuvieron los convencionales Juan Monteverde y Ruben Pirola y el presidente del PJ Guillermo Cornaglia.
Los representantes de ambos frentes se vieron las caras y se abocaron a discutir, principalmente, el reglamento de la Convención. Ambas partes coincidieron en que hay voluntad de llegar a un acuerdo político, pero uno de los planteos hechos por el peronismo trajo algo de ruido a la discusión: para los convencionales de Más para Santa Fe, el reglamento debe ser votado por los dos tercios del cuerpo constituyente. En Unidos, aunque le bajan el tono a la disidencia, no están de acuerdo.
El razonamiento del peronismo
La conclusión a la que llegó el peronismo surge de la interpretación que hace de la ley de necesidad de la reforma, que dice que la Convención “se regirá por el reglamento interno de la Cámara de Diputados de la Provincia”, sin perjuicio de su facultad de “modificarlo a fin de agilizar su funcionamiento”. Es ese reglamento, el de la cámara baja, el que exige dos tercios para cualquier modificación. Sin embargo, la Constitución santafesina plantea que toda cuestión relativa al ordenamiento interno de la Convención queda reservada a la propia Convención.
El razonamiento que circula en el peronismo va más allá: si Unidos se ampara en la norma constitucional y se niega a exigir dos tercios para modificar el reglamento, está reconociendo que el legislador se excedió en sus facultades. Y si reconoce eso, abre la puerta al planteo de La Libertad Avanza, que sostiene que no son válidas las modificaciones constitucionales dispuestas por la ley justamente porque la Constitución solo le otorga al legislador facultad para habilitar artículos a ser modificados y no para indicar el sentido de esa modificación.
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El último encuentro entre Unidos y el peronismo había sido en la semana posterior a las elecciones de convencionales de Santa Fe.
Por el lado de Unidos, reina la tranquilidad. Aunque no coinciden en la lectura del peronismo, creen que funcionará el plan A -llegar a un acuerdo político- y eso les permitirá aprobar el reglamento en la Convención con más de 46 votos -es decir, los dos tercios-. Con sus 33 convencionales, los 12 del peronismo y los 3 aliados de Alejandra “Locomotora” Olivera, sobran. De esta manera, el planteo devendrá en abstracto. ¿Y si no funciona el plan A? No hay plan B: “Habrá roña con este y con el resto de los temas”, incluso sin descartar que la reforma termine en una disputa judicial.
Es un escenario catastrófico que no creen que se de: “No hay voluntad de hacer las cosas violentamente”. De hecho, confían en que el reglamento será votado casi por unanimidad porque “no hay forma de perjudicar a alguien”. Por lo pronto, más cerca del fin de semana convocarán institucionalmente a otras fuerzas con representación en la Convención con las que ya vienen teniendo charlas informales. La Libertad Avanza y Activemos -el espacio de Marcelo Lewandowski-, seguramente, sean los próximos en agenda.
En la reunión se acordó que el PJ enviará por escrito sus propuestas para el reglamento entre lunes y martes, aunque la mayoría fueron vertidas en la reunión y no generaron mayores problemas. Entre ellas, se encuentran la cantidad de comisiones -el peronismo exige cinco-, la facultad de la comisión parlamentaria de armar un cronograma de trabajo y el tema de la cantidad de vicepresidencias: el peronismo propone que haya dos y quiere la primera para alguien propio. Puede aceptar que haya tres, pero pretende que sea para otra fuerza política y no para otro partido de Unidos.