En marketing le llaman crear la demanda. Se trata de inocular en el público una necesidad para, inmediatamente, ofrecer el producto o el servicio capaz de satisfacerla. Consciente de que la tiene difícil en las urnas, el sector mayoritario de Unión por la Patria ha creado el monstruo que acecha a la Argentina: la derecha puede ganar para gobernar con ajuste y represión. En el mismo movimiento, se ha puesto el traje del superhéroe que puede salvarnos. Algo no cierra.
La creación de la demanda tiene métodos sutiles. Este martes, el comando de campaña de Sergio Massa Presidente distribuyó una foto que viene con mensaje subliminal: la imagen muestra, en primer plano, a un grupo de dirigentes con responsabilidades de vocería que se reunieron durante dos horas y media en el búnker montado en Mitre al 300, como informó Letra P. El propósito: unificar el discurso de la campaña para afinar la puntería en la caza de votos sueltos por indecisión o por desilusión.
El metamensaje está en el fondo de la foto, en una pared ploteada con una imagen del general San Martín y una frase que la Historia le adjudica al Libertador: Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla.
Voceros de Union por la Patria
¡Danger! La derecha ajustadora y represora, endeudadora/fugadora/vendepatria, está a la vuelta de la esquina. Es cierto. Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos? El peronismo, dice el peronismo. ¿Eso es cierto? En busca de la respuesta, la pregunta que se impone es: ¿por qué un triunfo de la derecha es posible? ¿Por algún designio fatal? ¿Por la autoinmunidad de una democracia que se asegura la alternancia política? ¿Por el sex appeal irresistible de Horacio Rodríguez Larreta? ¿Por el carisma de Patricia Bullrich? ¿Por la capacidad de persuación de Javier Milei? ¿No será, acaso, por el pésimo gobierno que hizo el peronismo? ¿No tendrán algo que ver el 120% de inflación anual y la consecuente caída del poder adquisitivo de los salarios, por ejemplo?
Ninguna persona bien nacida le reprocharía a un electorado atento que cayera rendido ante la duda -la duda como método cartesiano para no comerse curvas peligrosas- y se preguntara: ¿quién será más acechanza para la Patria? ¿La derecha que gobernó tan mal entre 2015 y 2019 que permitió el regreso del peronismo, el Diablo para el paladar de la Argentina gorila? ¿El peronismo que fracasó de la manera en que lo hizo en su versión Frente de Todos y creó las condiciones de posibilidad de un regreso de la derecha antiperonista? Los índices inéditos de ausentismo que vienen registrando las elecciones desdobladas en las provincias acaso estén dando cuenta del desconcierto de un sector de la población que no encuentra respuestas y, a esta altura, se ha cansado de que le vendan buzones sin ranuras.
Igual de agotados han de estar los cráneos de la campaña peronista, obligados a vender las virtudes de esa reliquias inútiles. Es lícito imaginarse al catalán Antoni Gutiérrez Rubí, gurú en jefe del team Sergio, despatarrado en un sillón, con la cabeza quemada, echando humo por las orejas.
Así y todo, en el edificio vidriado de la calle Mitre se respira optimismo. En el encuentro de este lunes, según escribió Gabriela Pepe, los responsables de la campaña massista mostraron un crecimiento de UP en los sondeos de opinión y aseguraron que esos estudios muestran un creciente consenso "en que Massa será el candidato más votado en las PASO".
Al cabo, en el país de los ciegos, un tuerto bien puede ser rey.