Carolina Labayru, cabeza de la lista favorita de Unidos para el Concejo de Rosario, entra en terreno decisivo pensando en el doble objetivo de ganar la interna e imponerse en la sumatoria general como espacio político ante La Libertad Avanza y el peronismo en las elecciones del 13 de abril en Santa Fe.
Con ese objetivo, la funcionaria del gobierno de Pablo Javkin encara semanas de anuncios y fuerte presencia mediática.
Desafíos en Rosario
El primer objetivo de Labayru es mejorar su posicionamiento. El oficialismo lo intenta a fuerza de presencia en redes sociales, actos oficiales junto al gobernador Maximiliano Pullaro y territorialidad pura y dura. Ahora, en el sprint final de la campaña, sumará una aparición sostenida en medios. Además, hasta el sábado, fecha límite para anunciar actos de gestión, se subirá a novedades de impacto, como la adquisición de colectivos por parte del municipio. Además, de la mano del gobierno provincial, espera novedades importantes con respecto al Hospital Regional Sur, obra emblemática en eterno compás de espera, y también vinculada al deporte, con los Juegos ODESUR de 2026.
En ese marco, en Unidos también destacan que se respetó un acuerdo tácito de no sobreexponer a los candidatos junto a Pullaro en la vía pública, en el marco de una campaña que aún parece lejana para una buena porción de la sociedad. “Hay más de una candidata que ni siquiera encabeza la lista de convencionales y tiene más carteles en grandes formatos”, analizan, mirando la campaña de la socialista Lionella Cattalini.
Ganar la interna, ganarle a LLA
“Nos tienen que votar los que votaron en la interna a Pablo Javkin hace dos años”, sintetizan en el comando de campaña de la candidata. Traducido en números, implicaría cerca de 97 mil votos. Fue la cifra que logró el hoy intendente en aquellas PASO frente a Miguel Tessandori y Enrique Estévez. En esa cuenta, confían en una ciudad con mejor presente -sobre todo en términos de seguridad- y el apoyo que implica tener un gobierno provincial del mismo signo político. "Unidos estamos mejor", rezan las piezas en la que marcan hitos de gestión junto a los rostros de los candidatos.
Logrando esos números, Labayru conseguiría despegarse de rivales de la interna como Pablo Gavira, de activa campaña apuntalado por el Partido UNO, liderado por el pastor Walter Ghione, y también de Matías Figueroa Escauriza, funcionario provincial que desanda su campaña en el terreno de la lucha contra el narcotráfico y el decomiso de sus bienes. Para la candidata de CREO, poder imponer los tres primeros nombres en la lista para las generales del 29 de junio sería una suerte de objetivo cumplido, con Damián Pullaro y Anita Martínez secundándola. Relegado quedaría el socialista Gabriel Pereyra.
Independientemente de qué postulante coseche más votos a nivel individual, otra batalla en la noche del 13 de abril será qué espacio se proclamará ganador. Con Juan Pedro Aleart bien posicionado en La Libertad Avanza, habrá que ver cuánto suman los otros contendientes que transitan por derecha. El caso más resonante es el de Maximiliano Bagilet, de Somos Vida y Libertad, que libra batallas en las redes inclusive hasta con el propio Javkin. Por lo bajo, algunos se animan a teorizar que la confrontación no es casual.
El otro adversario elegido por el oficialismo local tiene al peronismo con Juan Monteverde a la cabeza, aunque en esta etapa el referente de Ciudad Futura apunta hacia su otra candidatura como convencional constituyente. Con el tablero definido tras las primarias, la disputa posiblemente vire a un escenario de mayor confrontación, tal como dejó entrever Javkin en su discurso de apertura de sesiones.
El rol de Pablo Javkin en la recta final
La decisión de que Javkn no aparezca en los afiches de campaña fue deliberada, sostienen en el Palacio de los Leones. “Se prestaba a confusión”, argumentan, al no ser parte de la contienda electoral en ninguna categoría. Sí están junto a Labayru el propio Pullaro y también Ciro Seisas, que juega su propio partido en la categoría departamental para la Convención contra el propio Aleart. Otra batalla que se mirará de cerca pensando también en 2027.
“Había gente que pensaba que Pablo iba a ser candidato este año”, reafirman sobre la decisión tomada hasta aquí, descartando que se trate de una definición dada por cuestiones de imagen. En este aspecto, confían en que aún con el desgaste que implican más de 5 años de gestión, los números aún acompañan hasta en los guarismos más pesimistas de consultoras privadas.
No obstante, Javkin tomará un rol mucho más activo en el tramo final de campaña hasta el 13 de abril, apelando al voto hacia su candidata de manera contundente, aunque no ejerciendo un padrinazgo como en ocasiones anteriores. En el equipo del intendente ven que se reconocen atributos de la gestión en Labayru, sobre todo de cuestiones vinculadas a su paso por la Secretaría de Control, como cuidacoches o su resonada pelea con ‘Beto’ Riba, sindicalista vinculado a los vendedores ambulantes.