“Hasta ahora, tengo la orden de avanzar en un dictamen propio. Pero todo cambia minuto a minuto”, respondieron este lunes a Letra P, casi en forma coordinada, referentes de los bloques de Diputados de la UCR, Encuentro Federal y el PRO a cargo de negociar el Presupuesto 2025, que este martes se tratará por última vez en Comisión.
El final no es caprichoso. En Diputados hay tiempo para dictaminar hasta el 20 de noviembre y, superado ese plazo, sólo es posible abrir el recinto si el Poder Ejecutivo pide sesiones extraordinarias. El plan de Javier Milei no cambió: quiere despachar este martes y aprobar el Presupuesto el jueves. Sólo si el texto acordado le satisface, le pedirá al Senado sancionarlo antes de fin de año.
Como explicó Letra P, los gobernadores de todos los colores políticos decidieron romper filas con el Gobierno el jueves, cuando no recibieron respuestas a sus reclamos. La rebelión incluyó a mandatarios del PRO, UCR y al cordobés Martín Llaryora, quienes, frustrados, ordenaron a sus tropas legislativa empezar a redactar dictámenes. Unión por la Patria ya anunció un despacho propio el jueves y si el resto de la oposición se dispersa, sería el de mayoría. Debería ponerse a votación primero durante la sesión.
Los textos alternativos del resto de las bancadas incluirían, de mínima, sus últimos reclamos: la incorporación de obras convenidas, el aumento de los fondos para cajas previsionales de las provincias, el pago de deudas por el pacto fiscal 2017 y el giro a la masa coparticipable del impuesto a los combustibles y del porcentaje (1,9%) que se destina a la AFIP.
Milei no acepta ningún cambio y condiciona cualquier desembolso extra en las provincias al programa para auditar deudas cruzadas entre Nación y los 24 distritos. El gobernador que muestre un saldo favorable podría beneficiarse. Nadie más. La amenaza del Presidente no varió: si no se sanciona el presupuesto, podrá prorrogar el actual, con valores de hace dos años. Sería un ajuste brutal.
La negociación final del Presupuesto
El martes la comisión de Presupuesto de Diputados está citada a las 15. Por ahora, su presidente, el libertario José Luis Espert, se mantiene firme en sostener el texto original, sin cambios, aunque hay algunas modificaciones menores negociadas por funcionarios de la Casa Rosada con la UCR y el PRO.
Algunas son darle un destino a la recaudación que se registre por encima de lo previsto o reformar el artículo que deja los fondos universitarios sujetos a auditorías diarias. Milei no acepta subir las partidas para las casas de estudios superiores o las jubilaciones. Tampoco quiere sostener la movilidad de las asignaciones familiares. Menos aún, poner más plata en las provincias.
Los referentes en el Congreso de los gobernadores no tenían este lunes muy claro los pasos a seguir y algunos especulaban con una negociación intensa durante la mañana del martes. Esperaban una señal de Milei, quien está en Brasil participando del G 20.
Cómo muestra de la expectativa, los dictámenes alternativos no estaban escritos. El único texto finalizado hace quince días es de Encuentro Federal, el bloque conducido por Miguel Pichetto, con representantes de los gobiernos de Entre Ríos (Rogelio Frigerio), Chubut (Ignacio Torres) y Córdoba (Martín Llaryora).
El trabajo lo hizo el diputado Nicolás Massot y contempla refuerzos a universidades y jubilaciones, los reclamos de los gobernadores y, lo más importante, enumera de dónde sacar la plata para no sumar déficit. Toca áreas sensibles, como la SIDE y la secretaría general de la presidencia.
La UCR trabajaba este lunes en su propio dictamen, reducido a los aspectos que piden los gobernadores. Como hay 24 horas para presentarlo, si no existe acuerdo se podrán tomar su tiempo para despachar. Hasta el jueves, los radicales tenían previsto firmar el proyecto de La Libertad Avanza en disidencia y en tal caso negociar en el recinto. Todo cambió con la discusión entre gobernadores en el CFI.
El PRO también estaba dispuesto a patear el tablero: el diputado Luciano Laspina redactó un dictamen con los puntos que piden los mandatarios y el restablecimiento de la rebaja del IVA a los medios de comunicación, eliminada por Milei.
El nuevo bloque radical, Democracia por Siempre (DPS), tiene dos firmas en la comisión de Presupuesto que serían incluidas en un dictamen de EF. Si la bancada de Pichetto firma el despacho de LLA, la nueva UCR no suscribirá ninguno.
Los aliados que quedan
En este escenario, el Presidente sólo parece tener el acuerdo con los gobernadores de algunos partidos provinciales, como Misiones; y los peronistas Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca), quienes ya fueron favorecidos con el reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
Sin el PRO, esos aliados no alcanzan ni siquiera para llegar a un tercio del recinto y blindar un veto presidencial. Un presupuesto sin los números que quiere Milei podría quedar cajoneado hasta marzo, porque no sería incluido en el temario de sesiones extraordinarias.
En el oficialismo seguían en calma, atados a la ecuación win-win: “si hay presupuesto ganamos en institucionalidad; sino, aplicamos un ajuste más drástico”, repiten en la Casa Rosada, donde, con Milei en Brasil, las negociaciones quedaron a cargo del jefe de Gabinete y ministro del Interior, Guillermo Francos.
Desde Diputados, participa de las negociaciones de cerca Martín Menem, fortalecido tras haber logrado frustrar la sesión de la oposición la semana pasada. Este martes tiene otro desafío.