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Patricia Bullrich y el primer gran test a su Protocolo Antipiquetes: espera 100 mil personas en la calle

La ministra de Seguridad quiere evitar los cortes a toda costa. Coordinación con funcionarios porteños, los cruces con la CGT y una marcha que cuadriplica la anterior.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pondrá a prueba este miércoles la verdadera eficacia de su Protocolo Antipiquetes, que puso en marcha de manera exitosa en al menos dos oportunidades, pero que esta vez estará atravesado por un paro general y movilización de la CGT, las dos CTA y el respaldo político del gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Por eso, para cumplir con su promesa de evitar los cortes, y profundizar la mano dura en caso de ser necesario, es que la funcionaria envió este martes a su mano derecha, Vicente Ventura Barreiro, a coordinar el operativo con las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires.

El desafío no es pequeño: según estima la organización y valida la cartera de Seguridad para la confección del operativo, no se movilizarían menos de 100 mil personas, cuatro veces más que la anterior jornada de protesta de la central obrera en la Plaza Lavalle, frente a Tribunales, en un test aprobado para el protocolo de Bullrich. Son cálculos conservadores, por lo que la marcha podría ser aún más populosa.

La reunión entre Barreiro y sus pares locales se llevó adelante en el edificio del Ministerio de Seguridad de la Ciudad. Estuvieron el titular de esta cartera, Waldo Wolff, y el jefe de la Policía porteña, Diegro Kravetz. Los tres funcionarios ya se habían reunido con anterioridad, en la previas de la movilización cegetista frente a Tribunales el 27 de diciembre y la marcha de Unidad Piquetera el 20 del mismo mes, por lo que ya tenían aceitado el funcionamiento entre áreas y la coordinación entre las distintas fuerzas de seguridad.

Aún así, a diferencia de aquellas otras movilizaciones, la de este miércoles tendrá un marco de numerosas tensiones previas entre el gobierno y los sindicatos. Las más recientes se alimentaron de cruces mediáticos entre Bullrich y el líder camionero, Pablo Moyano, pero también en la decisión de la Casa Rosada de descontarle el día de trabajo a los empleados y empleadas estatales que adhieran al paro, lo que generó el repudio de las centrales obreras y advertencias sobre la profundización del "plan de lucha" contra el modelo económico libertario.

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"Se ha tomado la decisión de descontar el día a todos los empleados estatales nacionales que se adhieran a esta medida", remarcó el vocero Manuel Adorni en su habitual conferencia de prensa, y argumentó que "el salario es una contraprestación" y que "el que no trabaja, no cobra". La respuesta por parte de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) no tardó en llegar: "Si llegase a suceder (el descuento), el plan de lucha de los estatales se va a profundizar después del 24", dijo el secretario general de esta entidad, Rodolfo Aguiar.

A esto se sumó un malestar de la administración porteña con la cúpula de la CGT, horas después de la reunión que tuvieron Wolff, Kravetz, Héctor Daer (Sanidad) y Andrés Rodríguez (UPCN) para coordinar los cortes de tránsito autorizados y el operativo de seguridad. Es que, según pudo saber este medio, la central obrera difundió un comunicado con detalles de los acuerdos, algo que no había sido consensuado entre las partes.

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Los representantes sindicales habían indicado que ingresarían por Avenida de Mayo, desde la Avenida 9 de Julio hacia la Plaza de los dos Congresos, y que garantizarían la circulación de bomberos, ambulancias, autos con emergencias y el ingreso y egreso de frentistas en toda la traza, y que solicitarían instalar el palco sobre Entre Ríos y desde ahí llevar adelante el acto hacia el interior de la Plaza de los dos Congresos.

La versión es diametralmente distinta a la que comunicó, tan sólo un par de horas después el Ministerio de Seguridad porteño. Alineado esta vez a la propuesta nacional, aclararon que no permitirán de ninguna manera la interrupción del tránsito, aunque no explicitaron cómo lo harán si, efectivamente, se movilizan 100 mil personas.

Además, en el oficialismo local remarcaron que no se podrá participar con el rostro cubierto "de manera intimidatoria", una práctica que los manifestantes suelen utilizar para no ser identificados y luego perseguidos por las autoridades policiales, y que tampoco permitirán el uso de palos o elementos contundentes, al igual que concurrir con niños y niñas a la marcha.

Patricia Bullrich
Patricia Bullrich. 

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