NUEVO GOBIERNO | LA REPRESIÓN

Patricia Bullrich celebró un operativo inédito: de mínima, un policía por manifestante

La ministra de Seguridad debutó con su Protocolo Antipiquetes. Evitó cortes de tránsito a fuerza de la campaña del miedo. Festejo oficial y los nuevos dueños de la calle.

A diez días de asumir otra vez en Seguridad, Patricia Bullrich superó su primera gran prueba de fuego. La ministra ganó centralidad política en una jornada muy tensa para el gobierno de Javier Milei, se mostró como la principal abanderada de la mano dura y cumplió, en gran parte, con el objetivo de su Protocolo Antipiquetes: los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires se mantuvieron fluidos durante todo el día, pese a la reducida movilización. La excandidata presidencial lo festejó con bombos y platillos con una conferencia de prensa: "Los que concurrían arrastrados, no han venido y hoy se notó”, celebró.

Según datos que aportaron a este medio desde el gobierno porteño, la Policía de la Ciudad desplegó más de 1500 efectivos, que se sumaron un número similar de la Federal, Gendarmería, Prefectura y otras fuerzas que dependen de la administración nacional. Es decir, que frente a un mínimo 3000 policías, también según los cálculos oficiales, hubo la misma cantidad de manifestantes (entre 2000 y 3000 estimaron). Las organizaciones, en cambio, difundieron una cifra más optimista: 5000 personas.

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Con un policía por manifestante, Bullrich obtuvo su primer logro en la gestión libertaria por pericia y capacidad propia, quizá a fuerza de los numerosos errores que tuvo en su primer tiempo como ministra de Seguridad de Mauricio Macri, pero también porque, de manera evidente, la movilización de las organizaciones sociales agrupadas en el colectivo Unidad Piquetera no tuvo el volumen previsto. La multitud de manifestantes apenas si llegó a cubrir un cuarto de la Plaza de Mayo, lejos de las 50 mil personas que se esperaban, y las caras visibles de la convocatoria se redujeron a unos pocos dirigentes de alto perfil mediático, pero escasa relevancia política como Eduardo Belliboni, Gabriel Solano o Nicolás del Caño. Del aniversario del 20 de diciembre de 2001 no participó la CGT, ni las CTA, ni las estructuras tradicionales del PJ.

"Tuvimos un muy buen resultado. El protocolo se pensó, se programó y se ejecutó como estaba planificado. Era algo difícil, pero no hubo un solo inconveniente y lo que más destacamos es el efecto de haber quitado el miedo", aseguró a Letra P una fuente del circulo íntimo de la excandidata a presidenta de Juntos por el Cambio.

Una lectura similar hizo el jefe de la Policía de la Ciudad, Diego Kravetz, que trabajó junto a Vicente Ventura Barreiro, el número dos de Bullrich, en aplicación del protocolo asegurar que el balance de la jornada "fue positivo". En un breve contacto en la calle con la prensa, el funcionario destacó que, a diferencia de otras movilizaciones recientes, no hubo cortes de tránsito en la avenida 9 de Julio, ni el metrobús, ni dificultades para la utilización de las líneas de subtes y colectivos.

Nuevos dueños de la calle

"Hoy se mostró un cambio de paradigma en quién maneja la calle: si los piqueteros o las autoridades que tenemos la responsabilidad de gobierno en la Ciudad. Con la gestión anterior ésto no pasaba. Ese es el cambio a destacar hoy. Yo creo que puede continuar funcionando así este protocolo, en el que se vio claro un trabajo conjunto con las fuerzas federales y porteñas. Hay que seguir mejorando cosas pero fue muy positivo", resumió un hombre que siguió de cerca la mesa de coordinación del operativo.

Teniendo en cuenta la limitada popularidad de la marcha, la efectividad del protocolo probablemente estuvo cimentado también en una fuerte campaña de amedrentamiento en medios - públicos y privados, que van desde las redes sociales, hasta cartelerías en las estaciones de trenes - y un abrumador operativo de requisas y solicitud de documentos en distintas líneas de colectivos, como si de un homenaje al estado de sitio que dictó Fernando de la Rúa hace 22 años atrás se tratara.

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Más allá de eso, y con un saldo de unos pocos heridos leves y tan sólo dos detenidos, todavía hay un rosario de interrogantes sobre el futuro del plan antimanifestaciones callejeras. En principio sobre si la coordinación entre Seguridad y Capital Humano funcionó tal como la vendieron sus ministras, es decir, si después de este miércoles lograrán identificar a quienes interrumpieron el tránsito, para luego darlos de baja en los planes sociales. En definitiva, si la frase que repitió en varias oportunidades el presidente - "el que corta no cobra" - es sólo un slogan en el inicio de su gobierno o una amenaza real para los sectores más vulnerables de la población.

Al respecto, lo que dicen en el Ministerio de Seguridad es que están dadas las condiciones "para identificar a los manifestantes" y elaborar un informe que derivarán a la cartera de Capital Humano. "Lo que más destacamos es el efecto de haber quitado el miedo, sumado a que no pudieron movilizar como tenían previsto, que haber anunciado las consecuencias sirvió mucho y haber advertido que vamos a empezar a identificar a quienes tienen planes", sumó una voz ministerial.

Cual Gran Hermano, la ministra de Seguridad de Javier Milei, Patricia Bullrich, controla las marchas en el Centro de Control.
Javier Milei y Patricia Bullrich en el Centro de Control (NA)

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