EL FANTASMA DE LA DERECHA

PASO 2023, las encuestas y el espejo español

Un sondeo, tercios imperfectos y dinámicas que se replican del otro lado del Atlántico. Oficialismos en problemas y oposiciones que rompen tabúes.

El último sondeo de Zuban, Córdoba y Asociados –1 a 6 de julio, nacional, 1.280 casos, presencial, margen de error +/- 2,7 puntos porcentuales– ratificó, para los autores, el escenario de “tercios imperfectos” de cara a las PASO del 13 de agosto.

Paola Zuban y Gustavo Córdoba explican que su metodología presencial eliminaría sesgos comunes a otros estudios realizados por teléfono u online, que sobreponderarían a los sectores más politizados, así como a los medios y altos, y a quienes la juventud les ha quedado un poco atrás.

Ya se verá qué pasa, pero por ahora lo importante es captar ciertas dinámicas.

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Si Milei es medido más arriba, es natural que Bullrich aparezca más abajo y que Larreta asome peleando en mejores condiciones. Incluso más: como el minarquista es tanto un reservorio de votos de votantes altamente ideologizados en la derecha dura como entre las personas frustradas&enojadas, también tiende a retener, cuando le va mejor, algunos sufragios que fueron del Frente de Todos en 2019 y que, eventualmente, pueden regresar –en el margen, es cierto– al redil de la ahora denominada Unión por la Patria (UP). De ahí que Sergio Massa registre en la mencionada encuesta algo más del 25% cuando las que ven más abajo al anarcocapitalista lo pongan más cerca del 30%. Esa diferencia, a priori magra, podría ser importante en las lecturas de la noche del 13-A.

Vasos comunicantes

En España, donde estará este cronista durante los próximos días, se da un juego similar, aunque incluso algo más abstruso por contar con cuatro jugadores importantes y no tres, como en casa: el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el conservador Partido Popular (PP), la coalición de izquierda Sumar y el ultraderechista Vox.

Vox, un verdadero espanto, ha inspirado la Carta de Madrid, una declaración de principios identitarios de la ultraderecha que demoniza al Foro de San Pablo y al Grupo de Puebla, y de la que Milei es firmante.

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Cuando el PP crece, lo hace especialmente a expensas de Vox, y cuando este se recupera, el conservadurismo tradicional se encoge. Como el dueto Milei-Bullrich.

Mientras, igual que en casa, el oficialismo pelea contra una tendencia de su base no solo a dispersarse en el margen hacia la derecha, sino también a mostrar menor interés en acudir a las urnas.

Otra vez, el sondeo de Zuban y Córdoba anticipa una tendencia del electorado a participar mayor que otros, que prevén una elevada abstención y han encendido luces de alarma que encandilan al peronismo bonaerense, sobre todo entre los sectores más postergados del conurbano.

Un ejercicio de política comparada

“Goberné con una pandemia y una guerra”, le dijo el lunes por la noche el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, a su principal rival, el popular Alberto Núñez Feijóo, en el único debate cara a cara hasta las elecciones del 23 de este mes… ¿Te suena? Le faltó hablar de sequía, pero pasa que en eso Alberto Fernández tuvo todavía peor suerte.

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El debate fue interesante. El formato dejó a los dos favoritos solos, sentados a una mesa, y –con auxilio de carpetas– conversando sobre temas que dos moderadores solamente planteaban. Hablaban, se atacaban y se interrumpían libremente, mientras –fuera de cámara– árbitros de básquet controlaban el tiempo neto de sus intervenciones, de modo que los periodistas pudieran ir compensando los desequilibrios.

En la pospandemia, lo sabemos, han sido más los triunfos opositores que los oficialistas, y no sorprende que Sánchez encare rezagado el tramo final de la campaña a comicios que él mismo anticipó tras la paliza que el PP le dio al PSOE en las regionales, en las que lo desbancó en todos lados. El debate no le sirvió de gran cosa, porque necesitaba bastante más que el empate o la derrota por puntos que los y las especialistas vieron.

Sánchez puede vanagloriarse de haber ayudado a que la economía se recuperara a mayor velocidad que en otros países de la eurozona, a derrumbar más rápidamente la inflación importada de Ucrania y hasta a crear dos millones de empleos en los últimos cinco años. Sin embargo, el conservador Núñez Feijó le reprochó el crecimiento de la pobreza. Salvando las enormes distancias, parece que los fenómenos del crecimiento económico con deterioro de la calidad de vida y del disparate de que tener empleo no sea un escudo contra la pobreza no son privativos de la Argentina.

Las realidades en cuanto a actividad económica –más allá del amesetamiento que ya se da en nuestro país–, creación de empleo y suba de la pobreza, crisis de los oficialismos y auge de derechas opositoras son comunes a España y Argentina, salvando las enormes distancias, aclaremos de nuevo, por si hace falta.

Tabúes que ya no son

Así como la intención de voto de Milei le resta a Bullrich –y viceversa–, la de Santiago Abascal –Vox– hace lo propio con la de Núñez Feijóo. Este último, hoy líder del PP y candidato a presidente del Gobierno, ha sido tradicionalmente un conservador moderado adverso a la idea de cogobernar con Vox, pero la salida de las regionales lo llevó a romper el tabú y, necesitado de escaños, a negociar administraciones conjuntas en varias regiones, equivalentes –con diferencias, claro– a nuestras provincias.

Sánchez corrió a su rival toda la noche con esa cercanía a la ultraderecha, algo de lo que Feijóo –quien admitió el carácter “extremista” de Vox– zafó en parte contraatacando con la veintena de acuerdos legislativos –puntuales– entre el PSOE, por un lado, y la izquierda radical vasca –muy ligada a rezagos de ETA– y la izquierda separatista catalana, por el otro. Además, en lo que fue un buen golpe de efecto, llevó impreso y firmó en cámara un acuerdo –que el socialista ignoró– para que el segundo partido más votado el 23-J –¿el PSOE?– se abstenga en la votación de investidura del próximo presidente del Gobierno, de modo de facilitarle formar gabinete en minoría y, en el caso, de Núñez Feijóo, evitarse, solo si fuera posible, el mal trago de meter a Vox en La Moncloa. El sistema aquí, claro, es parlamentario.

El problema del candidato popular es que su frazada es corta y pesca siempre en el mismo estanque. Aunque su PP crezca, dado que lo hace ha expensas de Vox –como ocurre en la comparación con las generales de 2019–, no le alcanza, según los sondeos, para hacerse con la mayoría absoluta de 176 bancas que le permitan ser investido. Algo que la segunda vuelta argentina evita –lo mismo que una corriente al parecer hoy más ancha para la derecha–, aunque no la necesidad posterior de negociar mayorías en el Congreso. Bullrich ya ha dicho que, para ella, La Libertad Avanza (LLA) no sería en lo más mínimo un tabú, sino una aliada prioritaria.

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¿Qué tiene que ver esto con la Argentina? Mucho. Impactos económicos y políticos de la pandemia más profundos y duraderos que lo esperado; oficialismos progresistas –digamos– en problemas; crecimiento de las derechas, en especial de las extremas e iliberales; vasos comunicantes entre intención de voto de estas y el conservadurismo tradicional; captación por parte de las mismas de una parte de personas desencantadas con las opciones de centroizquierda…

Los restaurantes de las principales ciudades argentinas te obligan a hacer cola para encontrar mesa, expresión de que ciertos sectores medios conservan, pese a la alta inflación, una capacidad de consumo un tanto sorprendente dada la innegable malaria. También aquí, en Madrid –sin olvidar nunca las diferencias de situación–, la actividad bulle, incluso cuando el verano boreal y una ola de calor que estos días dispara las temperaturas hasta los 42 grados –sin cortes de luz, claro– traslada la movida a las costas Blanca y Dorada, a Ibiza y a otras playas.

Sin embargo, el gusanito de la insatisfacción carcome las panzas desde adentro. Hay tendencias que no distinguen geografías, inflaciones y dramas. ¿Serán tendencias de época a las que no hay con qué darles?

¡no va mas! massa, bullrich, larreta y milei, en la ruleta de las paso
¡habemus propuestas!

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