Pichetto fue al despacho de Menem acompañado de Emilio Monzó, Nicolás Massot y Oscar Carreño. Como no hubo acuerdo, volverán la semana que viene. Como explicó Letra P, el riojano no le dio lugares a HCF en la bicameral de inteligencia para garantizar dos cupos a La Libertad Avanza (LLA), que fueron para diputados cercanos a Karina Milei: Gabriel Bornoroni (jefe de bloque) y César Treffinger.
Hace un mes, los referentes de HCF habían recibido la confirmación de que tendrían al menos un lugar en la bicameral y el elegido para ocuparlo era Monzó. Pero todo cambió el lunes, cuando la Casa Rosada activó un operativo para acaparar la comisión con gente propia.
Según las versiones que llegaron al Congreso, el apuro de Gobierno se debió a que supieron que si la bicameral seguía acéfala, podía reabrirla quien la presidió hasta diciembre: el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, habría advertido ese riesgo, que no ocurre con el resto de las comisiones que no se conforman.
Además, según las versiones que llegaron al Congreso, Javier Milei tendría previsto enviar una ley de inteligencia y Karina Milei le explicó que necesita tener supervisado el único organismo de contralor que existe sobre esa área.
Portazo de Miguel Ángel Pichetto
La reunión en el despacho de Menem fue relatada a Letra P como "muy dura", con gritos, amenazas y sin una solución. Las partes quedaron en volver a verse la semana que viene para, en tal caso, repartir lugares en las otras tres bicamerales que restan conformar: la de Biblioteca, Seguridad Interior y la Mixta Revisora de Cuentas. Pichetto tendría un lugar en esta última.
El rionegrino y sus pares sostienen que les corresponde un cupo en todas las bicamerales, porque ese fue el acuerdo en las sesión preparatoria de diciembre, cuando se votó un sistema de reparto de lugares en las comisiones.
El riojano no está de acuerdo. Se justifica en que esa votación fue para definir la integración de las 46 comisiones permanentes de la cámara baja, pero no para las bicamerales, cuya composición está definida en las leyes que las crearon. En todas se pide una representación proporcional a la distribución de fuerzas, sin precisar qué fórmula usar para lograrla.
Ese vacío legal aprovechó Menem en diciembre para tener dos vocales en la bicameral de trámite legislativo, que debate decretos presidenciales. En ese caso, la víctima fue Unión por la Patria. En este nuevo reparto el plan del presidente de la cámara baja es dejar fuera a HCF, que si bien fue clave para la sanción de la ley ómnibus y la reforma fiscal, el lunes no quiso marcar presencia en el pacto de Tucumán. Para Milei, ese bloque empezó a ser una amenaza.
Los voceros de Menem consideraron ante LetraP que Pichetto no debería enojarse. "Puede haber una negociación integral con todas las fuerzas, pero no hay un motivo para que el quinto bloque en representación reclame lugares en las bicamerales", señalaron.
La gobernabilidad en juego
La reunión tuvo momentos de cruces fuertes, en los que no faltaron duros reproches de Monzó y -sobre todo- de Massot a Menem. El riojano respondió y tan tenso se puso el clima que Pichetto trató de darle un cierre para que sea posible un próximo encuentro. "Nosotros te damos gobernabilidad, pero si nos hacés estas cosas, nos metés en problemas", fue la frase más conciliadora del exsenador.
El mensaje del rionegrino fue claro: sin acuerdo por las comisiones, corre peligro la sesión convocada para el 7 de agosto con temas consensuados por toda la oposición dialoguista, una categoría que incluye a la UCR, HCF y partidos provinciales. El PRO funciona como aliado fijo.
Si alguno de estos bloques no colabora, LLA necesita de Unión por la Patria para sesionar. En el Gobierno se entusiasman con la ayuda de algunos gobernadores, como Raúl Jalil (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero), pero aún no hay garantías de convertirlos en aliados fijos.
HCF es un bloque variopinto, con 16 miembros divididos en tribus disímiles que saben convivir. Sólo hay tres votos que el Gobierno no puede contar: los de la cordobesa Natalia De la Sota y la dupla socialista santafesina, integrada por Esteban Paulón y Mónica Fein.
El resto ayudó al oficialismo con la ley ómnibus y la reforma fiscal. Incluye a representantes de gobiernos de Córdoba, Entre Ríos y Chubut y figuras disímiles como Ricardo López Murphy, Florencio Randazzo y Margarita Stolbizer. Pichetto es el encargado de defenderlos. No está en una situación sencilla.