“Convocar al diálogo es un gesto de sapiencia”, dijo Martín Llaryora que, desde Córdoba, volvió a poner en valor la etapa abierta por Javier Milei ante la Asamblea Legislativa. A su despacho no llegó todavía una invitación formal, pero ya confirmó su presencia en la mesa del viernes. “Allí estaremos”, adelantó.
A la espera de la convocatoria formal para la primera reunión de gobernadores, que empezará a trazar el camino hacia el Pacto de Mayo, el gobernador disertó en la puesta en marcha de la Fundación Ecosur, el nuevo instituto de investigaciones económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba que dirige Manuel Tagle. Un acto que también representó el desembarco de su gestión en la mesa chica del Círculo Rojo provincial.
En ese lugar, advirtió que Milei debe “apurarse a buscar los consensos” porque, si eso no sucede, “el Parlamento va a empezar a ordenar las cosas”.
“Si se llega a los tres tercios, el Presidente no va a poder vetarlas y las tendrá que aplicar”, dijo y justificó las dos iniciativas que el bloque Hacemos Coalición Federal ya se empuja en Diputados: la continuidad del FONID y la nueva fórmula para las jubilaciones.
La Córdoba del Pacto de Mayo
Ante el empresariado provincial, Llaryora volvió a señalar que el deseo del Gobierno de Córdoba es “acompañar” la iniciativa del Presidente. En un repaso por las virtudes del modelo provincial insistió con que los diez puntos propuestos por Milei “son ampliamente apoyables por toda la sociedad cordobesa porque son parte de la génesis que tenemos para gobernar”.
En rigor, asumió que su gestión logró mantener el superávit fiscal porque “se adelantó” a aplicar políticas que sirvieron para paliar el ajustazo que el minarquista había anticipado, pero que, reconoció, fue más profundo de lo imaginado.
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En ese sentido destacó la velocidad mediterránea para anteponerse a los impactos de la disparada inflacionaria y el recorte sobre los servicios públicos. Puso en valor, además, el diálogo político en la provincia para llevar adelante medidas que “no son fáciles”.
La creación de un escudo para la Caja de Jubilaciones y la obra social provincial desde una Legislatura adversa, considera Llaryora, es un ejemplo de lo que debe hacer una gestión que administra en crisis.
“Estamos en momentos difíciles, y tenemos que estar todos juntos”, consideró.
Las advertencias de Martín Llaryora
Para Llaryora, el Pacto de Mayo “no debe ser sólo de la política”. Lo viene diciendo y lo repitió en la Bolsa sumando advertencias que podrían jugar a favor de su propuesta de sumar a la mesa a los sectores de la producción y del mundo del trabajo.
En ese marco, reiteró que no está dispuesto a que Ganancias se aplique a los ingresos de bajo nivel porque una decisión de ese tipo pegaría de lleno a los bolsillos de los trabajadores. “Luego trasladarán los reclamos paritarios y eso termina golpeando a los sectores de la producción”. “Tiene que ser bien alto, a 700 u 800 mil pesos, no”, plantó bandera y recordó que el impuesto existe y hoy hay 800 mil argentinos pagándolo.
“No perdamos todo el tiempo en el todo o nada, porque tiempo en recesión es dolor de la gente que no sabe si va a llegar a fin de mes”, aseguró el cordobés que insistió con la necesidad imperiosa de avanzar en un plan que contemple un “paquete de incentivos a la producción” para evitar que la actual dirección de la política nacional “cause una recesión más profunda”.
La discusión con Javier Milei
Sin precisiones respecto a la manera en que el oficialismo nacional planteará las mesas de debates que comenzaron este miércoles con la reunión entre los ministros de Economía de las provincias, el sanfrancisqueño consideró que es necesario fortalecer el diálogo de la Nación con los gobiernos locales.
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Manuel Tagle recibió a Martín Llaryora en la Bolsa.
En la cabeza de Llaryora, una mesa que encuentra a los 24 gobernadores sin una hoja de ruta, complicaría la puesta en marcha del acuerdo. Por eso pidió que se aceiten los mecanismos para favorecer a la discusión, que luego deberá trasladarse al Congreso y a la firma del Pacto que tiene fecha, pero se desconoce la locación cordobesa que servirá de escenario.
Reivindicando el rol de “contención” que su gestión intenta ocupar, en medio de un plan nacional signado por “la motosierra y la licuadora” de Milei, Llaryora insistió con la importancia de los consensos. De esta manera, no se repetiría el tropiezo que la ley ómnibus ya experimentó en Diputados.
“Ningún diputado va a cambiar su voto respecto a lo que ya se votó”, consideró. Razón por la cual pidió abrir la agenda y volver a empezar.