Detrás de dos hitos importantes como las elecciones locales y la Convención constituyente, en el horizonte de Unidos para Cambiar Santa Fe asoma el cierre de las elecciones legislativas nacionales. Aún no hay decisiones tomadas en el entorno de Maximiliano Pullaro, pero en la Casa Gris siguen con atención dos factores relativos a Javier Milei.
Unidos opera convencido de que el escenario de octubre en Santa Fe será uno: una elección bien nacional, con un relato polarizado entre el peronismo y La Libertad Avanza, en el que habrá poco lugar para terceras vías. Con la certeza de que el gobernador y Milei comparten una gran porción del electorado, en el laboratorio pullarista no encuentran muchos incentivos para constituir Unidos como alianza nacional y forzar a esos votantes a elegir en un contexto nacionalizado en el que, a diferencia de la elección de constituyentes, la tropa libertaria tiene todo para ganar.
El factor económico que miran en Santa Fe
Así las cosas, lo que en la Casa Gris quieren ver antes de decidir es cómo viene la actitud del Gobierno con la Bota, en primer lugar, y con el radicalismo en general. La primera incógnita puede empezar a develarse esta semana, cuando ambas partes se vean las caras en una audiencia ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el marco del reclamo de Santa Fe por el freno a los desembolsos para financiar la Caja de Jubilaciones.
Los santafesinos aspiran a lograr en la Corte una resolución similar a la que logró la provincia de Córdoba, que obtuvo un reconocimiento de deuda por parte de la Casa Rosada y un acuerdo para que le desembolsen $5 mil millones por mes. En ese sentido, en la Bota leyeron el fallo condenatorio a Cristina Fernández de Kirchner como un mensaje de los cortesanos al Gobierno, por lo que hay una mínima ilusión de que ese propósito persista y beneficie a los intereses santafesinos.
Mendoza y Corrientes, clave
El otro factor en consideración tiene que ver con la Unión Cívica Radical. En la Casa Gris quieren esperar a ver cómo se resuelven los cierres de listas provinciales que quedan antes del cierre nacional en aquellos distritos en donde hay un gobernador boina blanca. Concretamente, las provincias que miran son Corrientes y Mendoza.
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Gustavo Valdés y Maximiliano Pullaro.
El panorama no está claro. En la tierra de Gustavo Valdés, si bien el gobernador tuvo hace pocas semanas una reunión con Karina Mileien la Casa Rosada, las negociaciones están algo estancadas. De hecho, los libertarios han tenido acercamientos con Carlos Camau Espínolay el sector que se alejó del peronismo local. En Mendoza también hay buena sintonía con Alfredo Cornejo -al punto tal que fue el elegido para representar a los gobernadores en el Consejo de Mayo-, pero la sombra de Luis Petri sobrevuela cualquier negociación.
Las opciones sobre la mesa de Maximiliano Pullaro
Sobre la mesa, Unidos tiene varias opciones. Una, la menos probable, es reeditar la alianza en tono nacional. Implicaría jugar fuerte dividiendo el voto no peronista. Es una posibilidad que no termina de cerrar por varias razones: por un lado, porque sería la más fuerte contra La Libertad Avanza. Por otro lado, porque no hay una figura lo suficientemente competitiva disponible. Una tercera razón es discursiva: no sería fácil coordinar el discurso de claro corte opositor al Gobierno que mantiene el socialismo con el tono colaboracionista al que se inclina el PRO.
Una segunda opción es conformar Unidos, pero con bajo perfil y, quizás, sin todos sus socios. Letra P lo contó: “Somos provinciales por varios años más” es la frase que repite una de las espadas políticas más importantes de Pullaro. La tercera vía es, directamente, no conformar Unidos y que cada socio tenga libertad de acción. En ese caso, es más que probable que las figuras fuertes del gobierno le retaceen presencia a la campaña.