La definición de la modalidad de votación no pudo ser acordada en la reunión de labor parlamentaria y tuvo que resolverse en el recinto. Apresurado, Martín Menem, que fue uno de los primeros en ingresar, pidió definirlo a mano alzada y complicó las cosas.
"No vaya a ser cosa que le pase como al Senado: no sé cuantas manos levantadas hay", lo apuró desde su banca el jefe de UP, Germán Martínez. Miguel Pichetto, titular de Hacemos Coalición Federal (HCF), aceptó volver a votar por medios electrónicos para no dejar sospechas y el riojano no tuvo otra opción que ceder. Antes hubo fuertes cruces e insultos, que amenazaron con arruinar la sesión.
También se acordó que el debate de los proyectos sea en forma conjunta, sin cuartos intermedios, y que la votación sea por capítulos. Hasta las 15, se anotarán oradores. En febrero, se votó por artículos y hasta por incisos, por pedido de la UCR. De no haberse caído, aquella sesión hubiera durado días.
"No lo vamos votar si el miembro informante no mejora la redacción, que es pésima", anticipó. Se trata de la reforma del Estado, que la ley ómnibus habilita a realizar con las facultades delegadas que se le asignan al Presidente. Como explicó Letra P, un sector de la UCR no lo quiere votar y sin respaldo de la Coalición, se puede caer.
En el oficialismo confían en sostener el artículo tres, aunque no descartan modificar la redacción si no le dan los números. El radicalismo díscolo pide, al menos, eliminar la facultad de disolver organismos. Buscan preservar algunos, como el Banco Nacional de Datos genéticos.
Dato clave: si el oficialismo no accede a reformar el artículo, arriesga el capítulo de reforma del Estado entero, que incluye la facultad de intervenir organismos y la eliminación de los fondos fiduciarios, acordada con los gobernadores, porque excluye el de zona fría y garantiza el flujo de fondos a sua distritos.
Tabaco, en manos del peronismo
En La Libertad Avanza (LLA) aceptan que toda la oposición dialoguista acordó incorporar el impuesto al tabaco, para gravar a Sarandí, la empresa de Pablo Otero. La propuesta será realizada por la UCR y HCF. Consiste en reflotar el texto de la versión original de la ley ómnibus, que elimina el impuesto mínimo y sube la alícuota del interno a 73%. Tendrá respaldo de los partidos provinciales.
El PRO no lo quiere votar y arrastra esa decisión a LLA. El resultado está abierto porque UP no tiene una definición. "Es tema de lobbies que no nos incumbe", repiten sus referentes. El peronismo será quien defina.
Con bloque propio, la Coalición Cívica hará valer el dictamen que firmó y podría complicar la votación en particular. Podría aliarse a la UCR en el pedido para eliminar las cuotas sindicales. No tendrían los votos.
La Coalición y sus exsocios de HCF reclamarán también eliminar exenciones impositivas, denominadas "gastos tributarios". El grupo de Carrió apunta especialmente al de Tierra del Fuego, que favorece a la industria electrónica. El bloque coordinado por Pichetto propone que el Gobierno se tome un mes para definir cómo elimina al menos 2 puntos del PIB de esos beneficios, menos de la mitad de los que existen.
Ganancias, con riesgo
El bloque CC no tienen definido si votará a favor en general de la reforma fiscal. De mínima, no avalará el blanqueo, que permite ingresar al país hasta 100 mil dólares sin explicar su origen ni pagar multas.
El desafío del Gobierno es llegar con los votos para la reversión del impuesto a las Ganancias, que no tendrá respaldo de los bloques de la Patagonia y de un grupo de la UCR.
Para todos los temas, su jefe, Rodrigo De Loredo, garantiza 24 de sus 34 votos. En Ganancias el número de radicales puede caer y al Gobierno le preocupa. Tiene más de un día para contar los votos..