Por ahora en conversaciones informales, referentes de la UCR en el Congreso sugirieron a sus colegas de La Libertad Avanza que el presidente, Javier Milei, no demore más el envío de proyectos de ley si quiere conseguir una mayoría para tratarlos.
"Necesitamos tener un panorama claro de qué va a pasar el verano para informarle a nuestro bloque", planteó una de las nuevas autoridades del partido centenario en la Cámara de Diputados, en una conversación con un referente del oficialismo, que se comprometió a enviar su mensaje a sus interlocutores de la Casa Rosada.
La UCR será decisiva para que LLA alcance cuórum en ambas Cámaras del Congreso, sin esperar ayuda de Unión por la Patria, que sólo podría llegar a cuentagotas a través de las bancas que digitan los gobernadores. También es necesaria la colaboración del PRO -que en la tropa libertaria da por garantizada-, de partidos provinciales y Cambio Federal, el nuevo sello creado con exmiembros de Juntos por el Cambio.
El temor de negociadores de la oposición dialoguista es no poder ubicar a los miembros de sus bloques cuando las iniciativas arriben, porque en ninguna fuerza hay pleno consenso en acompañar al Gobierno. El descanso estival de enero puede ser una buena excusa para dejar las bancas vacías.
En el Senado, el radicalismo fue clave para que la vicepresidenta, Victoria Villarruel, reúna una mayoría que le permitió definir las autoridades y los cupos en las comisiones, sin un solo voto de Unión por la Patria. En la Cámara baja tiene una incidencia similar.
El dato que alienta a LLA es que, a través de los gobernadores, la UCR muestra disposición a colaborar en el Congreso, más allá de las críticas al Gobierno del senador Martín Lousteau, quien preside el partido desde el viernes pasado. Los mandatarios saben que no pueden negar medidas que pueden precisar en sus provincias, como las emergencias económicas.
De todos modos, la fuerza centenaria no quiere abandonar su rol de contralor y esta semana peleará por la presidencia de la bicameral de trámite Legislativo, que controla los decretos presidenciales.
La espera
Antes de asumir, Milei prometió que el 11 de diciembre iba a enviar al Congreso proyectos de ley que necesitaba tener sancionados cuanto antes. Pero ese mismo día, en la reunión de gabinete, anunció que no los tenía escritos.
Su equipo se encontró con dificultades de técnica legislativa que demoraron la escritura. Además, la falta de un esquema de consenso en el Congreso obligó al Presidente a revisar sus planes.
El primer cambio fue eliminar la idea de un proyecto "ómnibus" con todos los temas y reemplazarlo por varios proyectos para que ingresen por ambas Cámaras.
Luego, los asesores legales le recomendaron al mandatario que, para ahorrar engorrosas negociaciones, tomara algunas medidas por decreto de necesidad y urgencia, un recurso que sólo no puede aplicarse para temas penales, tributarios y electorales.
El plan del equipo Libertario es que otros temas que quiere legislar, cómo la reforma del Estado con eliminación de regulaciones y la flexibilización laboral, los disponga a sola firma.
Claro que los DNU también requieren validación del Congreso y por lo tanto Milei necesita una mayoría que lo respalde. Pero la negociación no puede iniciarse sin los textos sobre la mesa. Es lo que la oposición que evalúa ayudarlo le está pidiendo.