¿De calabaza en carruaje? Es una posibilidad que todo lo que hoy parece debilidad en Juntos por el Cambio (JxC) se convierta en la noche del 13 de agosto, cuando se hayan contado los votos de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), en fortaleza. Sin embargo, el corto plazo le duele y mucho al PRO, que se desgarra a la espera de que ese proceso arroje un ganador o ganadora – Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich –, un perdedor o perdedora y un ordenamiento general que dé inicio al posmacrismo.
Sin embargo, si ese duelo de proyectos individuales y políticos no se encauza desde ahora –algo para lo que el liderazgo de Mauricio Macri, por llamarlo de algún modo, es evidentemente inútil–, el peligro es que queden demasiadas personalidades heridas y que las ambulancias no alcancen para prestarles socorro.
Ese peligro se incuba en la interna bonaerense del PRO, según advierten Diego Santilli y los intendentes del partido y según te cuenta Gonzalo Prado en Letra P.
"Si ella sigue tiroteando a intendentes, forzándolos a definirse por uno u por otro, vamos a terminar presentando candidatos en todos los distritos", advierte en la nota una fuente santillista, quien se plantea contraatacar en territorio enemigo. Intendentes como Diego Valenzuela –Tres de Febrero–, Ezequiel Galli –Olavarría– y Julio Garro –La Plata–, continúa, plantearon claramente el inconveniente de que Bullrich esté obligando a los jefes comunales amarillos a optar entre ella y Larreta bajo amenaza de plantarles batalla interna y, así, debilitar el voto propio frente a la competencia de la UCR. "Nosotros advertimos que no se está cumpliendo el pacto que pidió Mauricio", le dijo a nuestro periodista otro intendente.
Tanto es el revuelo que la propia UCR se siente desgarrada –y no solo en la provincia de Buenos Aires– y que Elisa Carrió se sumó a las advertencias, casi en modo ultimátum.
Ojo: la interna nacional, despiadada, podría ser la cabeza de un pescado en incipiente estado de descomposición. Nada asegura que la calabaza, en vez de en carruaje, devenga en una batata informe.
Pinta tu aldea y pintarás el mundo
Hace poco, el autor de estas líneas tuvo la ocasión de conversar con un referente del PRO en un partido bonaerense gobernado por el peronismo. Por una serie de factores, la coyuntura alienta a esa figura local tanto en la interna como en la general. Como en todos lados hay que elegir entre mamá y papá, esa fuente hizo sus cálculos. "Acá por lo menos, cuando viene Horacio no se mueve gran cosa, pero todo el mundo (N. del R.: el mundo limitado de la base de JxC) me pregunta cuándo viene Patricia. Por eso estoy con ella".
La persona es cuestión no es para nada un halcón y hasta podría haber encontrado otro lugar bajo el sol, pero se mueve por puro pragmatismo en una interna planteada, al estilo del Muñeco Gallardo, como duelos personales en toda la cancha.
Balas que pican cerca
La estrategia de Bullrich, es evidente, no le duele solo a Santilli en la provincia de Buenos Aires, donde deberá enfrentar en las PASO al macrista-bullrichista Néstor Grindetti. Le duele al propio padrino del primero, el jefe de Gobierno porteño, quien por alguna razón salió en las últimas horas a dar señales de dureza en modo halcón.
El alcalde no solo evitó saludar a Alberto Fernández en el tedeum, sino que se encargó de explicar el por qué. Por las dudas, también reforzó el discurso duro que le brota cada vez que se siente en dificultades al presentar las pistolas Taser en la Ciudad.
El momento es particularmente incómodo: Larreta anunció este martes lo que no deseaba: que Jorge Macri –y no Fernán Quirós– será el candidato de unidad del PRO para sucederlo, algo que volvería a poner el distrito en manos del ala rival… a no ser que el vencedor de las interna cambiemista en las PASO sea Martín Lousteau...