UNA ARGENTINA DE MILEI

La ley de la selva, donde se impone el más fuerte

Si el liberalismo pretende arrasar con los derechos laborales conseguidos, la clase trabajadora sabrá defender todo lo conquistado durante más de un siglo.

Desde hace algún tiempo volvieron, como si fueran nuevas o “modernas”, las propuestas de resolver los problemas de la economía “flexibilizando” las “rígidas” leyes laborales que permitieron a las y los trabajadores organizarse en sindicatos y defender en forma conjunta sus derechos. Eso garantizó mejores salarios, mejores condiciones laborales y la posibilidad de no dejar la vida en la fábrica, la oficina o el comercio.

Desde que la mayor parte de la humanidad vive en el capitalismo, existe un mercado de trabajo en el que se compra y se vende fuerza de trabajo. La mayoría de la población sólo tiene su trabajo para vender y una minoría es dueña de empresas y compra esa fuerza de trabajo. Así, el trabajo es una mercancía que se compra y se vende en ese mercado.

Hasta que las y los trabajadores conquistamos las leyes laborales -que pusieron un límite a ese libre mercado- las jornadas duraban 12 horas o más, el salario era miserable -total, si uno no quiere trabajar por ese dinero siempre hay otro con más necesidad para hacerlo-, no había días de descanso, y si nos accidentábamos o enfermábamos nadie nos pagaba. No existían ni las vacaciones pagas ni la jubilación. Por supuesto, formar un sindicato estaba prohibido, negociar colectivamente era imposible y la huelga era un delito.

Entonces, ¿qué es el liberalismo? Es la pretensión de volver al pasado del libre mercado de trabajo, sin intervención de sindicatos, de leyes laborales Entonces, ¿qué es el liberalismo? Es la pretensión de volver al pasado del libre mercado de trabajo, sin intervención de sindicatos, de leyes laborales

Muchos hombres y mujeres dieron su vida para que eso cambie. Conquistamos el derecho a sindicalizarnos, a negociar juntos nuestros salarios y a poder recurrir al derecho de huelga cuando lo consideramos necesario.

Entonces, ¿qué es el liberalismo? Es la pretensión de volver al pasado del libre mercado de trabajo, sin intervención de sindicatos, de leyes laborales, de ministerios de Trabajo que inspeccionen si el trabajo se hace en condiciones dignas y saludables.

Algo de eso nos pasó en el menemismo, primero, y con Fernando de la Rúa y Patricia Bullrich, después. Fueron gobiernos de empresarios que arrasaron con muchos derechos laborales. Ahora vienen por más, pretenden eliminar las indemnizaciones por despido y hasta derogar el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que es el que establece los derechos sociales, entre ellos, el de salarios que aseguren una vida digna.

A 40 años del retorno de la democracia, vamos a defender el derecho de huelga ejerciéndolo, y vamos a defender las libertades manifestándonos, movilizándonos por la vigencia de los derechos sociales A 40 años del retorno de la democracia, vamos a defender el derecho de huelga ejerciéndolo, y vamos a defender las libertades manifestándonos, movilizándonos por la vigencia de los derechos sociales

Por eso, tenemos que saber que volver a ese pasado sin sindicatos es dejar a las y los trabajadores en absoluta soledad frente a las patronales para negociar su salario, su jornada laboral, sus horas de descanso. Sería volver a vivir como en una selva, donde se impone la ley del más fuerte.

Por supuesto, si quienes levantan las ideas viejas del libre mercado ganan las elecciones e intentan recortarnos esos esos derechos con una motosierra, la clase trabajadora sabrá defender todo lo conquistado durante más de un siglo, honrando a quienes en el pasado dieron su vida para que nosotros podamos disfrutarlos.

No hace tantos años que miles de activistas sindicales, trabajadores y trabajadoras sufrieron la cárcel, la tortura, el exilio y las desapariciones. A 40 años del retorno de la democracia, vamos a defender el derecho de huelga ejerciéndolo y vamos a defender las libertades manifestándonos, movilizándonos por la vigencia de los derechos sociales.

la democracia amenazada

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