Hace 48 horas, en un artículo titulado "En tierra de pingüinos y pingüinas, Larreta levanta vuelo de halcón", el autor de esta nota escribió que el video con el que el jefe de Gobierno porteño oficializaría su precandidatura presidencial, rodado en la nada casual provincia de Santa Cruz, kilómetro cero del kirchnerismo, completaría la metamorfosis de la paloma en un contexto que lo presiona para no ser un tibio, como le advertiría después Patricia Bullrich, su principal rival interna sin contar a Mauricio Macri, el Gran Halcón, que sigue agazapado en las alturas del PRO. En el spot, conocido finalmente este jueves a las 12, el aspirante a la Casa Rosada se presenta ante el electorado como el pacificador de la Nación. "Los únicos que se benefician con la grieta son los que la abrieron, los que se aprovechan de ella. Los que la usen son unos estafadores. O terminamos con la grieta o la grieta termina con la Argentina”, advierte. ¿Se quedó paloma? Conviene no comprar sin mirar.
Las palabras de Larreta surtieron inmediatamente el efecto buscado por el laboratorio del precandidato. "Horacio Rodríguez Larreta lanzó su candidatura con un mensaje antigrieta: 'Quiero ser un buen presidente'", tituló Clarín. "Horacio Rodríguez Larreta formalizó su candidatura a presidente: 'Los que usen la grieta son unos estafadores'”, tituló La Nación. Rodríguez Larreta se lanzó con un video grabado en Santa Cruz y un mensaje anti-grieta: 'Quiero ser buen Presidente'”, tituló Infobae.
Sin embargo, se sabe: la política se construye con gestos que, a veces, tienen más fuerza que las palabras. Larreta explica la elección de Santa Cruz, tierra de pingüinos y pingüinas, en el hecho de que allí está "el kilómetro cero de la ruta 40", la que "une a toda la Argentina". La decodificación del paisaje revela un mensaje insoslayable de polarización. El kilómetro cero del país que propone el segundo porteño más federal es el kirchnerismo. No somos lo mismo. Somos todo lo contrario. Cualquier parecido con la grieta que hay que combatir es pura coincidencia.
ES HORA. EMPECEMOS EL CAMINO.
Más: las palabras también pueden esconder intenciones. Larreta viene, dice, a "terminar con el odio" y con esa grieta que, advierte, amenaza con "terminar con la Argentina". Lo hace señalando con el dedo, marcando la diferencia. "Los únicos que se benefician con la grieta son los que la abrieron", se despega y advierte: "Los que la usen son unos estafadores". Todo en tercera persona. La grieta es el otro. Ellos. Yo, argentino.
¿La grieta es el otro?
Hay archivos que matan. "Nunca podría ponerme de acuerdo con el kirchnerismo", dijo el pacificador. ¿Hace cinco años? No, hace cinco meses.
Como señalaba el autor de esta nota hace 48 horas, la metamorfosis de la paloma, que supo ser el amigo Horacio del presidente Alberto Fernández en el amanecer de la pandemia, comenzó con la pelea con el Gobierno por la demora en habilitar la reapertura de las escuelas a la salida de la crisis sanitaria y levantó temperatura en la disputa por la coparticipación porteña. En esa refriega, llegó a acusar a su examigo Alberto, el Presidente, de "quebrar el orden constitucional, violar por completo el Estado de Derecho y atentar contra la democracia". ¿La grieta es el otro?
La guerra con "el gobierno kirchnerista" -la interna del Frente de Todos desmiente brutalmente la etiqueta que usa sistemática y convenientemente Larreta, el antigrieta, para referirse a la administración nacional- escaló y tomó máximo voltaje con la revelación de los chats que hundieron en el lodo al ministro de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro, y salpicaron al aspirante a la presidencia con el mismo barro en una ciénaga que, según la narrativa fundacional PRO, era una fetidad exclusiva del kirchnerismo. “No les gusta la democracia", volvió a acusar Larreta. ¿La grieta es el otro?
El alcalde presidenciable se lanzó este jueves con un mensaje de paz que es tambien de guerra, un discurso antigrieta que refuerza la grieta. El video sureño muestra un Dr. Jekill en lucha cuerpo a cuerpo con su Mr. Hyde. En la aceleración de la campaña, solo uno quedará en pie.