Las propuestas oscilan en el 7,2% de aumento, con un incremento del bono, que de 70 mil pesos y pasaría a 105 o 115 mil. No hay acuerdo sobre la continuidad de la moratoria previsional, pedida a gritos por UP, pero resistida por el resto de la oposición, que prefiere una prestación universal para la vejez, con haberes que calculen los aportes realizados.
Javier Milei, en aprietos
Advertida de las estrategias de Milei, la oposición incluirá fuentes de financiamiento para cubrir un aumento jubilatorio, un punto sobre el que aún no hay consenso. Encuentro Federal, con Nicolás Massot al frente, enumeró en el dictamen la eliminación de exenciones impositivas a grandes contribuyentes.
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Silvana Giúdici, diputada del PRO, cercana a Patricia Bullrich.
Unión por la Patria va por otro camino. Con la coordinación de Julia Strada, el peronismo quiere empezar a pedirle al ministro de Economía, Toto Caputo, que gaste el superávit financiero del cual se jacta en foros empresarios. La diputada considera un error legislar un sistema tributario desde la oposición y prefiere echar mano a los resultados del vigente.
De esta manera, si Milei celebra que entre más plata que la que sale del Tesoro, la oposición le exigirá que, en tal caso, se conforme con un equilibrio justo sin ajustar las jubilaciones.
El 7,2% de aumento que piden no es una cifra caprichosa: surge de la pérdida de poder adquisitivo que tuvieron las jubilaciones en enero de 2024. Recién a partir de julio del año pasado fueron indexadas a la inflación.
Este debate se escuchará el miércoles en el recinto, por ahora sin una defensa clara del oficialismo. Cuando el año pasado Milei volteó la ley que subía un 8,1% las jubilaciones, le anticipó a su tropa legislativa que si el veto era rechazado estaba dispuesto a ir a la Justicia a explicar que no podía pagar.
Milei no tuvo que pisar Comodoro Py porque consiguió 87 héroes en Diputados para resistir. Si esta vez no los tiene -precisa revalidar la ayuda de la UCR y del PRO-, la oposición tendrá argumentos para ir a Tribunales y mostrar que hay plata.
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Sin moratoria
El futuro de la moratoria está más empantanado. Como explicó Letra P, Unión por la Patria no se baja y la defenderá hasta el final, a riesgo de quedarse sin nada. Fue por eso que el plenario de comisiones se estructuró con dos órdenes del día: una con dictámenes de aumentos y otra sobre la prórroga de la moratoria que no fue renovada.
Hay mayoría de la oposición que pide reemplazarla por una pensión por vejez, que no es otra cosa que un pago proporcional a los aportes. El Gobierno está cerrado a escuchar esta propuesta aún cuando se sumaron la UCR y el sector del PRO que responde a Mauricio Macri.
La única alternativa del oficialismo, representado por Silvana Giúdici, cercana a Patricia Bullrich, fue crear una comisión para evaluar un nuevo sistema previsional. La integrarían los presidentes de las comisiones de Previsión Social, representantes del Ministerio de Economía, de la ANSES y de la Secretaría de Empleo.
La moratoria venció en marzo y, al no renovarse, quienes cumplan 65 años y no hayan completado los 30 años de aportes sólo tienen la opción de acceder a la Pensión para Adulto Mayor (PUAM), que es del 80% de la jubilación mínima.
La oposición se enteró que colapsó el sitio web de la ANSES por pedidos para entrar en la moratoria y hace muy poco se dejaron de dar turnos.
La Oficina de Presupuesto del Congreso ayudó a UP con un cálculo: por dos años, continuar con la moratoria sólo significa el 0,16% del PBI. Es una cifra exigua porque, en definitiva, caerían en picada las PUAM.
Milei, que no sigue de cerca los debates en el Congreso, no advirtió un detalle: si las cosas siguen como están, quien pueda certificar aportes por más del 80% de la jubilación mínima no tardarán en golpear las puertas de Tribunales.
Menem se lleva la pelota
La investigación por el caso $LIBRA en el Congreso no avanza, aunque el Gobierno prefiere no relajarse. Esta semana la oposición no se animó a pedir la sesión para interpelar a los ministros Mariano Cúneo Libarona (Justicia) y Toto Caputo (Economía), por temor a quedarse sin cuórum.
No era una sospecha exagerada: el bloque de Córdoba, cercano al gobernador Martín Llaryora, que fue esencial para avalar las interpelaciones en el recinto, hizo una tregua con el Gobierno por el acuerdo que hubo en la Corte para cancelar deudas previsionales con la provincia mediterránea.
El primer gesto de la tropa cordobesa fue no firmar dictámenes para aumentar jubilaciones. Nadie sabe si lo repetirán dejando sus sillas vacías el miércoles.
Con las interpelaciones canceladas, la oposición apuesta a reactivar la comisión investigadora, trabada por la imposibilidad de elegir autoridades. Quieren elegirlas en el recinto, un hecho sin precedentes, que Martín Menem está dispuesto a impedir, reglamento en mano.
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Martín Menem, el referente de Javier Milei en Diputados.
Si le insisten, cuentan en LLA, el riojano es capaz de levantar la sesión y, de paso, arruinar el debate previsional. “Lo mejor sería llevarnos la pelota a casa”, se escuchó en una reunión del oficialismo de la cámara baja.
Otro tema no resuelto entre la oposición es si se incluirá en la convocatoria la emergencia en discapacidad. UP lo exige, como condición para abrir la sesión, pero otros bloques se resisten, sin explicar bien por qué.
La sospecha en el peronismo es que algunos mandatarios temen que, si actualizan los nomencladores nacionales para las prestaciones, las organizaciones que representan a la Discapacidad pidan repetir los aumentos en los indicadores locales, que están más bajos.
La Corte, en la mira
El Senado quedó casi sin agenda después de la traumática sesión de Ficha limpia. Es habitual que en la cámara alta se acuse cansancio para tomarse largos descansos hasta barajar y dar de nuevo. De hecho, no hay otros motivos que expliquen la ausencia de actividad en la semana que pasó y las pocas comisiones convocadas para la que viene.
Mientras tanto, el aliado Juan Carlos Romero salió a jugar con un viejo proyecto suyo para ampliar la Corte Suprema, esta vez a siete miembros. En 2016 había sugerido llevarla a nueve.
Recién la semana próxima el salteño consultará al Ejecutivo para saber si lo deja avanzar y de esa manera empezar a negociar nuevos nombres para cubrir el máximo tribunal de Justicia.
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Se sabe que UP pidió una corte más grande para votar el pliego de Ariel Lijo, que finalmente rechazó. El peronismo, que tiene capacidad de bloquear los dos dos tercios, pedía también nombres propios.
Por ahora, en el Gobierno prefieren esperar al año que viene para jugar con un escenario más favorable en el Senado, aunque de todas maneras necesitará aliados. Aún así, persisten los rumores de diálogos entre Santiago Caputo y el senador Eduardo De Pedro, quienes se habrían conocida en alguna logia. Fue por eso que el asesor le ofreció ayuda cuando el camporista evaluó ser candidato. Cerca de Cristina Fernández de Kirchner tratan de bajarle el precio a ese vínculo.
La UCR, que seguirá teniendo peso en el Senado, está cada vez más revoltosa, por la poca expectativa de hacer acuerdos locales con LLA. La única excepción es Chaco. El resto pide pista y no la tiene. No hay lugar para todos.