-Los que lo titulan de esa manera parten de una premisa equivocada: que el papa Francisco lo iba a recibir de mala gana. Todo lo contrario, demostró lo que es Francisco, humana y políticamente. El presidente necesitaba verlo y recibir el apoyo, y así lo hizo. No solamente con Milei, sino en cada etapa que la Argentina necesitó a Francisco, estuvo ahí presente. Posiblemente el encuentro haya superado las expectativas de muchísima gente.
-¿No tallaron los dichos del Presidente durante la campaña en los que lo atacaba?
-La base de la Iglesia católica es el perdón, así lo hizo Juan Pablo II con quien atentó contra su vida en 1981, y Francisco se lo dijo al Presidente: ¿quién no ha tenido un error de juventud? Le habló como un padre, que es lo que es.p
-El papa Francisco habla de diálogo, pero poco antes el presidente rompió los puentes con casi toda la oposición. ¿Cómo se puede compatibilizar esto?
-Francisco, independientemente de ser argentino, es el papa de un mundo difícil, por las masacres en el Congo, por los problemas de Israel y Palestina, de Rusia y Ucrania. Él siempre tiene su corazón y su mirada en la Argentina, y él es un hombre de fe y de diálogo. El Presidente va aprendiendo en el camino que dialogar es mucho mejor que estar en conflicto permanente, que la construcción del conflicto tiene un límite. Si una enseñanza le ha dejado el encuentro con Francisco es que el diálogo y el camino de la paz son mucho más fructíferos que el conflicto.
El gobierno de Javier Milei, en conflicto permanente
-¿Qué mirada tiene de la experiencia de Milei en la Casa Rosada?
-No se apoya mucho en lo político, le va a hacer falta para destrabar los grandes conflictos. Hay cosas en las que no estoy de acuerdo, como la venta de tierras en lugares limítrofes o el no respeto a la pesca dentro de la zona económica exclusiva. Y hay cosas en las cuales estoy de acuerdo, como desarmar la industria del juicio laboral y hacer mucho más moderna la contratación, siempre con un diálogo con quienes representan a los trabajadores. Recién empieza, hay que acompañarlo en los procesos que valen la pena y aquellos que no, instalar un camino de diálogo.
-¿Pudo ver algo de la reaparición de Cristina Fernández?
-No le presté mucha atención. Es lógico que no coincida con el presidente, está en las antípodas de su mirada social y económica. Sería bueno que todo el arco político, incluida la señora, puedan sentarse a instalar un diálogo. Si la vara del conflicto está muy alta, los grandes problemas medulares de la sociedad no se van a solucionar. La violencia ha generado siempre mayor perjuicio para los que menos tienen. No quiero hacer una apreciación personal porque no leí mucho el documento.
-¿No le parece que la respuesta del gobierno fue un poco violenta? Caputo la mandó a callar.
-Caputo no es un hombre político. No construye, va en contra de lo que uno pretende. Tiene que haber un movimiento humanista, de paz, donde se traten los diez o quince problemas medulares que afectan a la Nación desde hace décadas. Todos los países del mundo, después de grandes conflictos, se plantearon cómo rearmar la sociedad y qué lugar tienen en el mundo. Argentina aún no se ha hecho esa pregunta.
-¿Sigue siendo amigo de Alberto Fernández?
-No. Alberto Fernández me decepcionó como dirigente y como persona. Como dirigente fue el peor presidente de la historia democrática. No hubo peor, desde lo económico, desde lo político, desde lo social y desde lo ético. Como amigo esperaba de él una actitud distinta con el círculo más cercano, que era supuestamente lo que le daba una mirada de lo que necesitaba una Argentina distinta. Tuvo una gran oportunidad para transformar el país y no se atrevió, no pudo, no supo... no lo sé. Es la primera vez que puedo decir que estoy contento de ya no tener una relación con él.
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Guillermo Whpei con Pepe Mujica y Adolfo Pérez Esquivel.
Maximiliano Pullaro, "un hombre de diálogo"
-¿Habló con el gobernador Maximiliano Pullaro después de los ataques del gobierno nacional?
-No tuve la oportunidad, pero está claro que el gobernador ha demostrado que es un hombre de diálogo. Tuvo acusaciones severas en la interna y sin embargo integró a su gobierno a la actual senadora (Carolina Losada), dándole un espacio de opinión. Está claro que es una persona de diálogo y de escucha. Yo no tengo dudas de que, más temprano que tarde, Santa Fe va a volver a tener un diálogo directo con el Presidente y vamos a solucionar nuestros problemas, como la violencia, la inseguridad, mejorar rutas para sacar nuestros productos.
-¿Cómo es su relación hoy con el gobernador? ¿Qué aporte le hace?
-Una relación personal, de charlar de cosas del mundo. Le pude llevar a Francisco una carta de puño y letra del gobernador para que cuando venga pueda ser uno de los destinos a visitar. Hablamos del mundo, de mi mirada de Santa Fe. Es una relación muy buena, cordial, de confianza. Alimento la relación porque me parece una persona interesante que tiene mucha vocación de poder, de transformar y aportar una gran experiencia a la política. Es un camino de confianza interesante que me gusta y me hace bien alimentarlo.
El "mito" del armador de Santa Fe
-¿Es cierto que usted armó candidaturas, como la de Miguel Tessandori o Flavia Padín, que apoyaron a Pullaro en Rosario?
-Hay cosas que son más mitos que realidades. Siempre trato de incentivar a la gente que se meta en política. Flavia y Miguel tenían esa inquietud y yo les dije que la política necesita gente sana, honesta, que se comprometa con el cambio. Después, ellos tuvieron un diálogo -sobre todo Miguel- con Pullaro, fue iniciativa del gobernador contar con ellos. Cuando me preguntaron, les sugerí que vayan para adelante, pero que yo sea la persona que haya orquestado ese acuerdo no es verdad. Sería minimizar la capacidad que tienen Pullaro de convicción y Miguel y Flavia de decisión.
-¿Tessandori le consultó también cuando le ofrecieron formar parte del gobierno de Pablo Javkin?
-No, eso fue decisión suya, personal. Es más, yo me enteré posteriormente y está bien que así sea, yo no tengo nada que ver con la cosa pública.
-¿Con el intendente Javkin cómo se lleva?
-Tengo una relación muy cordial, de mucho respeto, pero no tengo tanta confianza. Nos hablamos de vez en cuando, charlamos, quedamos en comer un asado pronto, pero la verdad es que no tengo la confianza que tengo con Maximiliano.
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Guillermo Whpei en el Palacio Fuentes, donde está el Museo Internacional para la Democracia. Habló sobre el gobierno de Javier Milei.
La faceta empresaria
-¿Cmo empresario, cómo ve la situación económica?
-Es un momento en el que todas las variables son negativas. No hay consumo, hay inflación, hay indefinición política. Entonces, si hoy tuviera que decidir, no invertiría en la Argentina, por lo menos a mediano o largo plazo. De todos modos, soy un hombre de esperanza y de fe. Para mí, invertir en la Argentina es lo mejor que me pudo ocurrir y eso le digo a mis hijos, porque es el lugar donde vivimos. Hoy es muy difícil programar con estas reglas de juego. De todos modos, en algunos meses Argentina va a empezar a mejorar sus índices, sobre todo si existe una buena cosecha.
-Como empresario tuvo un paso por el mundo de los medios que no tuvo buen final, ¿por qué?
-Nunca fui un hombre de medios, fui un hombre con medios. La diferencia la aprendí al andar, “zapatero a sus zapatos”. Soñaba con un mundo donde existan los medios más democráticos, más abiertos, con una independencia absoluta, y aprendí que era más difícil de lo que pensaba. Si tuviera que volver atrás, no evitaría este paso porque me enseñó que la información bien tratada es revolucionaria y que los medios que trabajan para construir la verdad le agregan un valor insustituible a la democracia. Los fracasos nunca son totales y definitivos.
-¿Cómo ve el esquema mediático rosarino hoy por hoy?
-No leo mucho, me informo por otros canales. En general se está atravesando una crisis porque los medios tradicionales de grandes estructuras deben competir con medios modernos, ágiles y mucho más de nicho. Por ende, los medios tradicionales en poco tiempo van a tener que replantearse su existencia. Están surgiendo alternativas de información que me parecen sumamente atractivas y hoy son las que más informan a la ciudadanía. El desafío es identificar a quienes desinforman a través de las redes sociales. En algún momento la legislación nos va a acompañar.