La Casa Rodada se convirtió en el epicentro del análisis de la marcha atrás de la ley ómnibus del martes por la noche. El ministro de Interior, Guillermo Francos, mantuvo este miércoles por la tarde un encuentro con el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, para terminar de definir los pasos a seguir.
En el Gobierno cada vez son más quienes creen que no hay margen para dialogar con los sectores de la oposición hasta marzo. La dupla dialoguista continuará al frente de las tratativas para intentar resucitar el proyecto, pero recién se reactivaría su tratamiento en sesiones ordinarias. Mientras tanto, la administración libertaria se alista a gobernar vía decretos de necesidad y urgencia.
Todas las opciones están sobre la mesa. La estrategia final quedará supeditada a lo que suceda con el regreso del presidente Javier Milei. Francos y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, irán a Roma sumarse a la gira presidencial para la visita al papa Francisco. La audiencia está prevista para el próximo lunes.
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Antes del reencuentro del mandatario con sus ministros, en el Gobierno comenzarán a evaluar qué cuestiones de la ley ómnibus pueden sacar vía Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) para llevarle a Milei todas las variantes. De esas discusiones, además de Posse, participa el ministro de Economía, Toto Caputo. La decisión de avanzar con el relato liberal y la promesa de un mayor ajuste de las cuentas públicas precisan tener una ingeniería administrativa y legal para evitar que cada medida se frene en una vía judicial.
Todo se cocina mientras Milei sigue teniendo en la mesa la posibilidad de llamar a una consulta popular, una opción que admitió el vocero Manuel Adorni, pero que puertas adentro de la Casa Rosada creen que sería de muy difícil aplicación.
Eso también fue parte del análisis en la cumbre de la Casa Rosada, pero nadie en el oficialismo se arriesga aún a vaticinar un desenlace a esa novela, más aún con una visita al Sumo Pontífice en el horizonte. Dentro del Gobierno hay quienes creen que Francisco intentará, en su cara a cara con Milei, poner paños fríos a una situación de mucha incertidumbre.
Por otra vía, el Gobierno empezó a enviar algunas señales de "calma" a cinco gobernadores, todos ellos del PRO o aliados al macrismo. Se trata del jefe de Gobierno porteño Jorge Macri , Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Marcelo Orrego (San Juan) y Claudio Poggi (San Luis). "Dejamos en claro que ellos cumplieron con todo lo pactado", le dijo a Letra P una fuente al tanto de las negociaciones. Sin embargo, esa postura tiene su complicación en la práctica ya que uno de los bloques acusados de traición por Milei, el de Hacemos Cambio Federal, está compuesto por diputados que tienen sintonía con cuatro de esos mandatarios.