Gildo Insfrán tiene en sus manos la convocatoria a las urnas para modificar la Constitución, pero el oficialismo no tiene sello. Pelea por la pureza mileísta.
Martín Menem y Karina Milei junto a Gerardo González en Formosa.
La Libertad Avanza espera que el gobernador Gildo Insfrán active la convocatoria a las elecciones constituyentes en Formosa para acelerar el tranco en materia de decisiones respecto de esa instancia y asumir una estrategia que servirá como base para las contiendas de 2025 y 2027.
Martín Menem, uno de los principales armadores nacionales del espacio de Javier Milei, dijo este domingo que la decisión del oficialismo es participar con candidaturas propias en las elecciones de los 24 distritos. Si bien el oficialismo está abierto a estudiar alianzas electorales de diferente tipo, el presidente de la Cámara de Diputados advirtió que el camino no puede ser “ amontonarse para ganar una elección”.
En Formosa, La Libertad Avanza no está reconocido como partido político, por lo que debería acelerar el proceso para no atar su participación en la constituyente a la fecha que el gobernador elija para votar a quienes deberán modificar la carta magna provincial.
Karina Milei y Menem visitaron Formosa el domingo y dieron un espaldarazo a Gerardo González, un diputado que con extremo perfil bajo fue ocupando el lugar que lo llevó a ser el elegido de los estrategas nacionales del Presidente para armar el partido en la provincia. Lo hace junto a Esteban López Tozzi, uno de los hombres de su extrema confianza, que logró poner al frente de la Agencia Territorial de Empleo y Seguridad Social del ministerio de Capital Humano en la provincia.
Llegó a La Libertad Avanza desde el sello del Partido Renovador Federal y terminó siendo el elegido para encabezar la lista libertaria para la Cámara de Diputados. Durante la campaña, su nombre invadió los medios nacionales al ser denunciado por presunto a acoso laboral y sexual por una mujer que simpatizaba con el espacio en Formosa. González, que hoy es diputado, denunció entonces una operación política en su contra.
A pesar de eso, gracias al empuje de Milei en la boleta, se quedó con una banca y desde allí fue construyendo la relación que lo acercó al titular de la cámara baja primero y a la secretaria general de la Presidencia, después.
El camino opuesto recorrió otro formoseño, Francisco Paoltroni, que pasó de ser uno de los preferidos del Presidente a ser el primer (y hasta ahora único) senador que se separó del bloque libertario en el Senado.
Para Paoltroni, González forma parte y es cómplice del modelo formoseño. En redes sociales, lo definió como “un aliado del eterno gobernador” y aseguró que “sólo garantizará más poder, impunidad y nuevos nombramientos en el Estado para personajes afines al gildismo”.
La mejor forma de ponerle un freno a la hegemonía de Insfrán, al entender de Paoltroni, es interviniendo la provincia que el peronista gobierna desde 1995. Ya dijo que presentará un proyecto en esa dirección y que será el Presidente el responsable de decidir si está dispuesto a dar la batalla contra la casta, tal como lo prometió durante toda la campaña.
Esos desencuentros entre los sectores libertarios, que a su vez no consiguen construir una buena relación con los partidos tradicionales, complican aún más el armado para pensar en una estrategia de cara a la constituyente que el gobernador puede convocar en cualquier momento dentro de un lapso de 12 meses.
Es la segunda reforma constitucional que encara Insfrán, que por estas horas transita su octavo mandato. La anterior había sido en 2003, cuando el gobernador que sostiene el récord de permanencia en su cargo entre los actuales jefes provinciales transitaba la última parte de su segundo mandato.
Para la oposición, a Insfrán le preocupa garantizar su permanencia al frente del Ejecutivo y teme por una decisión judicial que declare inconstitucional el sistema electoral que no pone límite a la posibilidad de reelegir en su provincia. El proyecto de reforma, dicen, forma parte de una estrategia para sortear los alcances de un fallo de la Corte Suprema que vaticinan como inmediato.
Paoltroni cree que la decisión que tome Insfrán no pondrá en riesgo su estrategia y que seguramente se alzará con la victoria, tendrá mayoría en el cuerpo encargado de modificar la constitución provincial y finalmente conseguirá su objetivo. Por eso entiende que la solución es la intervención.
Cree que en Formosa no sólo no se respeta la alternancia como principio básico del republicanismo, sino que también advierte que se violan garantías constitucionales “todo el tiempo”.
Sucede que el rechazo masivo a la gestión de Insfrán coincide en algunos casos puntuales con la distancia, también muy marcada, que la oposición formoseña establece con el Presidente. Sin ir más lejos, el radical Fernando Carabajal acaba de denunciar penalmente a Milei y al flamante canciller Gerardo Werthein por la auditoría anunciada sobre el cuerpo diplomático de la Cancillería.
En ese contexto, Menem aseguró el domingo que “los que quieran sumarse a defender las ideas del espacio serán bienvenidos”, algo que repite cada vez que le consultan sobre el esquema de alianzas a nivel nacional.
Formosa pondrá en juego el año que viene dos bancas en Diputados y 15 en la Legislatura provincial. Además elegirá 30 constituyentes. En ese marco, el mileísmo deberá armarse formal y políticamente para disputar uno de los territorios más complejos para el antiperonismo, donde Insfrán fue electo por octava vez el año pasado con el 70% de los votos.