El intendente de San Francisco, Damián Bernarte, prepara lo que será su gran vidriera este verano: el Festival del Humor, la Buena Mesa y la Canción, un evento con el que buscará reforzar la “marca ciudad”, ese camino iniciado hace una década por el entonces intendente Martín Llaryora.
Bernarte sabe que los flashes también lo buscarán a él cuando se suba al escenario para recibir a algún artista internacional, que puede ser Diego Torres o Emanero, y quiere aprovechar la situación para comenzar a construir su referencia provincial, aunque ya avisó que primero aspira a una reelección en su ciudad. Pero los tiempos en política son cambiantes y eso, también, el abogado lo sabe.
El hombre que alguna vez enfrentó a Llaryora en las internas del peronismo y fue su ferviente opositor, se reconvirtió en uno de los alfiles del gobernador y quiere potenciar el festival al cual el líder del Partido Cordobés le dio una vuelta de rosca en su mandato y, por ende, seguir posicionando a San Francisco como una "ciudad de eventos".
Presupuesto y festival, dos debates al mismo tiempo en San Francisco
La realización de la edición número 22 del Festival de la Buena Mesa será el sábado 15 y el domingo 16 de febrero. Fue anunciada días atrás en un contexto de crisis económica que no escapa a nadie en el país y donde a nivel nacional exigen "más motosierra" para el próximo año.
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La oposición se hace eco de la foto general y, mientras se termina de debatir un Presupuesto 2025 que ya calificaron como oneroso, pidieron al intendente achicar el gasto público para congraciarse con un electorado que en su mayoría votó a Javier Milei en las últimas presidenciales. Bernarte no está dispuesto a dar un paso atrás.
“El festival es una marca ciudad y yo defiendo eso. Hace 21 años que se realiza, ¿por qué yo debería cortarlo?”, define y se pregunta a la vez el intendente, quien adelantó que trabajan para cambiar el modelo de negocio con el fin que desde lo público la inversión sea menor. Conseguir un “main sponsor”, como se dice en la jerga del marketing.
El intendente, que asumió en 2021 como interino por la licencia que pidió Ignacio García Aresca para asumir su banca en Diputados, fue electo en 2023 y asegura no hacer especulaciones políticas personales con el evento. Pero tampoco, aclara, busca ser un barrilete: “El festival es muy esperado por la gente, es un clásico. Particularmente no tomo decisiones en función de cómo va el viento porque San Francisco sería en ese caso una ciudad impredecible, como lo es Argentina políticamente. Hoy el planteo es ‘no a los eventos culturales masivos con el aporte del Estado’, pero yo tengo otra mirada”, recalca ante la consulta de Letra P.
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“El festival es una marca ciudad y yo defiendo eso", sostuvo Damián Bernarte, ratificando la importancia de invertir en cultura.
Revalidar la gestión con una reelección: el objetivo de Bernarte
Bernarte decidió develar que su objetivo es ir por una reelección en 2027. En su entorno ya se había alimentado un rumor ante la publicación de una encuesta que lo daba como el dirigente de mejor imagen en el departamento San Justo.
Para la oposición, el dato tenía un metamensaje: el de buscar instalarse como candidato en las legislativas del año próximo y empezar allanar el camino hacia un sucesor como supo ocurrir con Llaryora y García Aresca.
“Me veo en el 2027 compitiendo por un nuevo periodo de gobierno en la ciudad. Mi mayor sueño fue convertirme en intendente de San Francisco”, manifestó y puso un horizonte más ambicioso: “Si me toca acompañar a Llaryora en un proyecto más grande sería un honor, aunque lo veo para después del 2031”.
Los números de los festivales que muestra Martín Llaryora
Apenas iniciaron sus administraciones Martín Llaryora y Javier Milei tuvieron un fuerte contrapunto: los festivales de verano. El Presidente cuestionó el financiamiento del Cosquín Rock, entre otros, y el gobernador de Córdoba ratificó el impacto positivo por los grandes eventos.
El Instituto de Economía Política de la Universidad Siglo XXI reveló a inicios de diciembre que las arcas nacionales fueron las más favorecidas por el movimiento de la llamada economía naranja, recaudando $55.000 millones.
"La promoción de este tipo de eventos en Córdoba derrama recaudación fiscal fuera de la provincia en mayor magnitud que la propia recaudación tributaria incremental de la provincia de Córdoba. Este derrame no sólo implica recursos adicionales para la Nación sino también para el resto de las provincias y municipios a través del régimen de coparticipación federal de impuesto”, concluyó el estudio.
El febrero sanfrancisqueño será el momento propicio para que se generen encuentros pensando en el año que viene, que se prevé más agitado que el que se va. El Festival del Humor, la Buena Mesa y la Canción se convertirá en la primera gran vidriera.