La Cámara de Diputados sancionó el proyecto de Boleta Única de papel con el modelo que se utiliza en Mendoza, donde las categorías a elegir figuran en la franja horizontal y las agrupaciones políticas, en la vertical, con los caras de las dos cabezas de lista.
De esta manera, la boleta será apaisada, porque siempre la cantidad de alianzas electorales supera con creces a los cargos a elegir. De hecho, el debut del sistema será en las próximas elecciones legislativas, cuando en 16 provincias sólo se elegirán miembros para Diputados y en las ocho restantes también se votarán tres bancas para el Senado.
Como la boleta no tendrá el casillero para votar lista completa, por presión de los partidos provinciales, en el Congreso mirarán con atención si en las provincias en que se eligen dos categorías no hay voto en blanco en alguna de ellas. En ese caso, podrían impulsar una ley para que se pueda votar toda la oferta de un partido político.
El caso Buenos Aires
Después de la sanción de la ley, el Gobierno difundió cómo sería un simulacro de la boleta única en la provincia de Buenos Aires para las elecciones primarias, con la oferta electoral que hubo el año pasado.
Tendría 29 rectángulos verticales, divididos en dos: una mitad para identificar a fuerza política y la otra con las cinco figuras que encabeza la lista, sólo las dos primeras con foto.
En Buenos Aires se elijen 35 bancas, por lo que habrá 30 nombres que no serán visibles en el cuarto oscuro, además de los suplentes.
En las primarias, los rectángulos serán agrupados por cada frente electoral, con el color característico. El ciudadano debería identificar su fuerza política y luego marcar la cruz en el casillero de su lista preferida. Si anota dos cruces en una misma categoría, el voto será anulado.