GANÓ LA RABIA

El tercer tiempo de Juan Schiaretti: lejos del gabinete de Javier Milei, va por el PJ nacional

El gobernador contribuyó con la caída de Sergio Massa, pero no será parte de una alianza con el presidente electo. Cómo sigue el plan con Llaryora y Randazzo como protagonistas.

El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, ganó. Jugó fuerte contra Sergio Massa durante toda la campaña presidencial y, no conforme con eso, le pegó en el piso al exponente de Unión por la Patria en su temprano mensaje de salutación al presidente electo Javier Milei. El cordobesismo zapatea sobre las cenizas porque entiende que es inmejorable la oportunidad para levantar cabeza en el concierto nacional, para abrir las tranqueras del justicialismo cordobés.

En medio de los anuncios privatistas de Milei de la primera mañana de este lunes, en la mesa chica del tres veces gobernador ya deslizaban el abanico de movimientos que se vienen. Sus intérpretes de extrema confianza adelantaron a Letra P que el juego que viene lo decidirán los jefes convivientes. “Con el único que Schiaretti consulta todo es con Martín Llaryora”, remarcan y anticipan que la prioridad vuelve a ser la reconstrucción del peronismo a nivel nacional, con líderes que blandieron la agenda federal y desde el interior profundo.

Schiaretti; su excompañero de fórmula presidencial, Florencio Randazzo, y el próximo responsable de la provincia conforman la línea de tres que celebra la caída de Massa -un auténtico rival interno- y encasilla a Axel Kicillof como un medio y no un fin para el peronismo bonaerense que admitía la posibilidad de estar cuatro años en el llano conteniendo internas. “No es un líder, ¿qué pasaría con él si no estuviera detrás Cristina Fernández de Kirchner?”, guapean desde estratégicos despachos del Panal, como se conoce a la casa de gobierno provincial.

Schiaretti, Randazzo y Llaryora comenzarán a mover los hilos entre gobernadores peronistas y de Juntos por el Cambio con un objetivo que supone plantar una opción liberada del kirchnerismo para el largo plazo. En el mientras tanto, harán valer su posición específica en el nuevo tablero político.

Randazzo tendría asegurado un lugar en el gabinete, consideran en el schiarettismo duro, pero arriesgan que es casi improbable que el gobernador se sume al esquema de gobierno del minarquista. El juego dividido asoma, nuevamente, como la estrategia más acertada para dar apoyo a la opción antigrieta triunfante sin rifar la identidad del nuevo peronismo que imaginan.

Los vínculos del exministro de Transporte con Milei marcaron una buena parte de la campaña, pero no alcanzó a matizar el contraste de un gobernador peronista fuerte, parado en siete puntos nacionales, que quedó solo en su antimassismo. Randazzo jugaría desde adentro, pero altas fuentes del cordobesismo arriesgan que Schiaretti lo hará por afuera.

Siempre opositor

Las mismas fuentes plantean que será una oposición racional y dialoguista, dispuesta a brindar gobernabilidad junto a Llaryora con su tropa en el Congreso. Fuentes libertarias no descartaban temprano un convite en particular. “Javier fue claro. Están todos invitados para ayudar en la reconstrucción de Argentina y Schiaretti tiene muchísima experiencia de gestión”, reforzaban en las mesas de trabajo que La Libertad Avanza formó este lunes.

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En el Panal no imaginan que Schiaretti imite el rol de Mauricio Macri, un jugador que, como el cordobés, movió los hilos para tumbar al oficialismo nacional. ¿Habrá espacios de poder para el cordobesismo en el gabinete? Al menos un nombre suena y es el de su ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano, un perfil técnico, incluso necesario para acelerar gestiones de temas prioritarios para la gestión de Llaryora, como la deuda con la Caja de Jubilaciones.

Tampoco se descarta un acuerdo en segundas y terceras líneas. Sin embargo, es dominante la opinión de quienes conocen cómo piensa el gobernador.

“Su objetivo fue claro: terminar con el kichnerismo que tenía de rehén al peronismo. La lógica se impone”, insisten para reducir las chances que colocan al mandatario provincial en una jefatura de gabinete o en una embajada alejada de la rosca que lo tuvo como protagonista minuto a minuto.

Mauricio Macri.
Bajo el paraguas de Juan Schiaretti, Martín Llaryora logró modificar las atribuciones del Tribunal de Cuentas.

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