Su detención será eje de campaña porque tocó la fibra de la militancia. Máximo, el traductor. Asesoría brasilera y el espejo de Lula. Sus días en San José 1111.
CFK, en una de sus últimas actividades públicas antes del fallo, en el PJ.
CFK, en una de sus últimas actividades públicas antes del fallo, en el PJ.
CFK, en una de sus últimas actividades públicas antes del fallo, en el PJ.
Después de meses de guerra interna, finalmente, el peronismo consiguió llegar a un primer acuerdo aceptado por todos. La condena a Cristina Fernández de Kirchner estará en el centro de la campaña electoral de la provincia de Buenos Aires y será el instrumento con el que se buscará generar una mayor movilización del votante propio, la principal preocupación de la dirigencia.
La evolución de la participación electoral entre 2017 y 2023 fue el eje de la exposición que este viernes hizo Mayra Mendoza en la sala del tercer piso de la sede del Partido Justicialista, donde se reunieron en la misma mesa Máximo Kirchner, el diputado provincial Rubén Eslaiman enviado de Sergio Massa- y representantes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) - que lidera Axel Kicillof-, como el intendente de Ensenada, Mario Secco, el funcionario bonaerense Gildo Onorato, y el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno.
A pesar de las diferencias internas, todos coincidieron en la necesidad de llegar a las elecciones en una lista de unidad y en empujar al votante que se vio invadido por la nostalgia a partir de la detención de CFK. “No la vamos a dejar tirada”, dijo Secco. El abroquelamiento del peronismo frente a la detención de la exmandataria aparece, por ahora, como una tabla de salvación frente a la solidez que todavía muestra el voto de Javier Milei, que se sostiene a fuerza de la frágil estabilidad del dólar.
“La condena es muy reciente y generó una movilización en la militancia”, apuntó uno de los dirigentes que participó del encuentro de este viernes en el edificio de la calle Matheu. Es el impulso que las cúpulas no quieren desaprovechar. En la mesa de decisiones hay números que indican que el efecto CFK podría aumentar la tasa de participación en un 10%. La pregunta es si ese efecto perdurará hasta el 7 de septiembre.
El otro punto fuerte de coincidencia tiene que ver con el diagnóstico de la situación económica. “El modelo se cae a pedazos”, dijo Cristina Kirchner en un audio que se difundió el viernes. Es lo que piensa la mayoría del peronismo y se puso sobre la mesa en Matheu: la detención de la expresidenta es una pieza clave para sostener el relato libertario y, por ende, la estabilidad económica. “Esto aguanta porque Cristina está presa”, apuntó uno de los asistentes. Hablaron sobre el plan para cuando la economía se quede definitivamente sin dólares.
Todos coinciden en que el clima fue más que cordial. Se espera que, esta semana, Kicillof, Kirchner y Massa avancen en negociaciones más finas sobre el armado electoral.
Como contó Letra P a principios de junio, Cristina trabaja desde hace meses con el asesoramiento de los consultores brasileños que tuvieron protagonismo en el último tramo de la campaña de Sergio Massa, en 2023, antes del ballotage que perdió contra Javier Milei. El equipo, instalado en unas oficinas del barrio porteño de San Telmo, está encabezado por el consultor Otávio Antunes, responsable de la campaña con la que Lula da Silva venció a Jair Bolsonaro en 2022. Antunes ya había diseñado el operativo “Lula Livre”, mientras el brasileño estaba en prisión.
La construcción del espejo de Lula aparece como algo deseable. La cercanía entre ambos se vería potenciada esta semana, cuando Lula aterrice en Buenos Aires en el marco de la reunión del Mercosur. "El presidente Lula estará en Argentina el 2 y 3 de julio y ya manifestó su deseo de estar con Cristina. No dejaría jamás de visitarla estando en Argentina", dijo la semana pasada el diputado del Partido de los Trabajadores Paulo Pimenta, enviado del brasileño a la marcha por CFK a Plaza de Mayo. La cancillería de ese país todavía no confirmó el encuentro de manera formal.
Las semejanzas entre los dos procesos son obvias, pero las situaciones no son iguales. En 2021, el juez Edson Fachin, del Supremo Tribunal de Brasil, anuló todas las condenas contra Lula y lo volvió a poner en carrera para las presidenciales. Cristina tiene condena firma por un fallo de la Corte Suprema de Justicia en la causa Vialidad y, por ahora, el único camino viable es la apelación a las instancias internacionales, que inicia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Además, la expresidenta también transita otras causas judiciales. La más complicada para ella es Hotesur-Los Sauces, en la que también está investigado Máximo Kirchner. En diciembre, la Corte confirmó el fallo de la Cámara de Casación que había anulado el sobreseimiento de Cristina y de su hijo. Ambos están acusados por presunto lavado de dinero y asociación ilícita.
Esa situación tiene en vilo a la familia Kirchner y también al resto del peronismo que, pese a las diferencias internas, ve que la condena fue “una medida de disciplinamiento general”, que excede a la expresidenta.
Por eso, generó rechazo inmediato la idea cuasi romántica que el dirigente social Juan Grabois lanzó apenas se conoció el fallo contra CFK, cuando propuso llamar al abstencionismo electoral como forma de protesta. “Hay que frenar esto con los votos. Cristina tiene claro que, si no nos va bien en la elección, va a estar presa muchos años”, dice un hombre que participa de la mesa de decisiones del PJ.
Como en Brasil con Lula, en los últimos días se puso en marcha la campaña “Argentina con Cristina. Es inocente, la queremos libre”, que ya empezó a tomar forma a través de diferentes herramientas. En las últimas horas, inauguró la página web “Cristina libre”, cuentas de Instagram y Twitter, un canal de Telegram, otro Whatsapp y, también, lista en Spotify.
En el canal “Los audios de Cristina” quedarán compilados los mensajes de la expresidenta dirigidos al pueblo argentino. Lejos de las clases magistrales, se trata de audios cortos y directos, a tono con los tiempos que corren. Cristina ya había dado cuenta de ese cambio durante las apariciones que tuvo este año, con tono de campaña, como el acto que encabezó el 25 de mayo. Ahora, con la expresidenta encerrada en San José 1111, su equipo tuvo que ponerse “más creativo” y apelar a otras herramientas.
A pesar de su condena, CFK seguirá presente durante toda la campaña en la provincia de Buenos Aires: lo hará con apariciones audiovisuales y a través de herramientas digitales. Considera dar entrevistas, aunque nada será fijo.
Máximo Kirchner ve a su madre todos los días en el departamento del barrio de Constitución. Desayunan juntos, hablan de política. Por ahora, la expresidenta tiene restringidas las visitas para todas las personas, a excepción de aquellos que formen parte de su círculo familiar, sus médicos y abogados. Los demás necesitan pedir autorización judicial.
Cristina está en línea vía mensajes y teléfono todo el día con amigos y dirigentes políticos. Lee, comparte artículos, comenta el minuto a minuto de las noticias nacionales e internacionales. Entrena en su cinta caminadora y solo se desvía en el cuidado de su figura por los chocolates. La pierden.
“La conducción y el liderazgo son de Cristina, pero la cotidianeidad eso lo traduce Máximo”, describe un dirigente kirchnerista que forma parte de las mesas de discusión del peronismo. Desde que la Corte confirmó el fallo contra la expresidenta, su hijo tomó protagonismo diario tanto en las actividades partidarias y políticas como en los medios de comunicación. Algunos referentes lo aceptaron como traductor.
“Quedé con Cristina en que hablo lo diario con Máximo”, apunta un hombre que la visitó en las últimas semanas. Los históricos, como Leopoldo Moreau, Eduardo Valdés u Oscar Parrilli, tienen línea directa con ella, aunque no se meten en el armado bonaerense, el centro de las disputas. El cristinismo dice que Cristina y su hijo funcionan “como un tándem” político y que las definiciones se toman de manera “colectiva”. Pero la expresidenta se reserva la última palabra en caso de que haya que resolver una diferencia mayor. Su centralidad está intacta y la condena le dio más poder.
Aunque en el kirchnerismo aseguran que Kirchner salió estos días a la cancha para hacer “una defensa política” de la expresidenta, que no está necesariamente asociada a lo electoral, cae de maduro que el diputado podría ocupar el lugar de su madre como candidato por la Tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires. El intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermin, articulador entre el cristinismo y el kicillofismo, dijo este sábado en AM750 que a Kirchner le generaría “incomodidad personal y política” ser el reemplazante de Cristina. Pero no está descartado.
Es un dilema. El apellido tiene peso por sí mismo en el distrito, pero obviamente las candidaturas no son equivalentes.
En el peronismo hay diferentes teorías. Una indica que, a falta de Cristina, cualquier candidato señalado por la expresidenta podrá cosechar una cantidad similar – claramente, no igual – de votos que ella, porque en realidad se trata del voto “anti-Milei”. Un consultor de confianza para el peronismo dice que eso no es así porque Máximo Kirchner tiene una imagen negativa cercana al 70%.
Con Cristina, el peronismo podía haber aspirado a medir entre 50 y 55 puntos en la Tercera sección electoral. Ahora es todo incógnita.